Síndrome de Estocolmo [ziall]

Capítulo 18

-¿Quién te ha llamado así?... ¡¿Quién te ha llamado así, joder?! ¿Alguien de la escuela? ¿Alguna chica de por ahí? ¿Papá te ha llamado así? ¡Coño, necesito que me digas!-estaba alterado, demasiado, nunca en su vida lo había visto así, ahora sentía mucho más miedo de decir algo más.

-N-nadie me ha llamado así, yo sé que lo soy

-No me vengas con esas chorradas, nadie pensaría así de uno mismo.

-Greg, la cosa es... Creo que me gustan los hombres, no estoy seguro y no creo que sea lo correcto.

-¿Qué? ¿De qué hablas?

-Lo correcto es que me gusten las mujeres...

Greg no habló por el resto del camino, estaba cabreado, cabreado en serio. Apagó el estéreo y siguió conduciendo sin variar en la velocidad y sin mirarle en ningún momento. Niall se sentía mal, no debió de haber dicho eso, la palabra 'homosexual' era mucho más apropiada para esa situación, tomó la mochila que llevaba entre sus pies y sacó al Sr. Osito, él y ese oso eran inseparables. Greg lo miró por un mili segundo, al igual que su padre, estaba harto de que Niall aún tuviera ese cochino peluche.

-¿Algún día dejarás esa chingadera?-preguntó con rudeza.

-No-él también se estaba enojando, estrechó el peluche contra su pecho aguantando las ganas de decirle algo ofensivo.

No se hablaron en diez minutos, el menor de los Horan contaba los minutos mientras jugaba con su oso como un estúpido, le picaba la pansita, le movía los brazos y las piernas, lo abrazaba, lo lanzaba y lo atrapaba, no sentía la necesidad de hablarle a su hermano por un largo rato. Greg fue quien se decidió por hablar de una vez por todas.

-Escucha, perdona si me alteré, soy tu hermano mayor y siento la necesidad de protegerte de todo, estoy molesto y por desgracia no puedo controlar mi enojo, no muy bien, se suponía que te traía a pescar para que te despejaras de todo pero soy yo el que te está alterando más de lo que debía.

-No importa, sé lo estresante que debe ser tenerme como hermano.

-No digas eso, lo único que estresa es que no digas nada de lo que te sucede, puedes confiar en mí, lo sabes ¿verdad?-sonrió-Cada que te pase algo, quiero que me lo cuentes ¿sí?, aunque tenga que ser por llamada, quiero asegurarme de que estés bien, eres mi hermanito. ¿Lo prometes?

-Va, lo prometo-respondió sin estar demasiado seguro. De todos modos, le dedicó una sonrisa falsa que más bien parecía una mueca de incomodidad. No sería capaz de cumplir con esa promesa.

Cuando llegaron a la cabaña del amigo de Greg, Steve, ya era de tarde, el mayor cocinó un poco de pescado para ambos. Un problema más para el rubio, desde hace días que no comía bien, no pudo comerse todo el pescado que su hermano preparó. Dejó la mitad de su comida argumentando que había comido algo antes de salir de casa que lo había dejado con el estómago lleno, Greg le creyó a duras penas. A las ocho de la noche ambos se fueron a dormir, al día siguiente (lunes) irían a pescar, se irían el martes por la noche después de recorrer los alrededores del lago.

-Duerme bien, peque.

-Igual, Greg-respondió sonriente, recostado en la cama, el mayor cerró la puerta.

Se despertó de golpe a las doce de la noche, todo su cuerpo estaba sudado, las almohadas, parte de las sábanas y el Sr. Osito estaban en el suelo. Su respiración estaba agitada y sentía la entrepierna pegajosa. Miró hacia abajo de sus caderas, un bulto sobresalía de sus pantalones. Alzó el resorte de su pantalón y su bóxers, estaba erecto. Su pene estaba erecto.

-¿Pero por qué? ¿Estaba soñando con...? No puede ser, no puede ser. ¡Como me odio!-se jaloneó el cabello, sabía las razones de esa erección y no le agradaba para nada saberlo. Había tenido un sueño húmedo. Con Zayn. Específicamente con Zayn.

Llevaba rato tratando de recordar lo que hicieron en casa de Maddy, sentía curiosidad de saber qué había hecho Zayn con su cuerpo, cómo lo había tocado, ¿habría sido gentil? Era su primera vez y maldecía a todo el mundo al no poder recordar cómo fue tener relaciones sexuales con uno de los chicos más atractivos del instituto, sin mencionar que sentía cierta atracción por él desde hace unos meses.

Miró de reojo la puerta de su habitación entre abierta, se levantó de la cama y la cerró por completo. Volvió a recostarse en la cama, tenía que encargarse de su 'problemita', se bajó la ropa hasta la mitad de los muslos y abrió un poco las piernas, con su mano se acariciaba a sí mismo, se recostó y cerró los ojos, imaginando que era Zayn quien lo tocaba. Ya no podía seguir negando que lo quería, y que quería repetir lo que pasó el viernes, lo deseaba demasiado.

Así se mantuvo, masajeando su pene, susurrando el nombre de Zayn y mordiéndose el labio inferior para no hacer tanto ruido, cuando llegó al clímax su cuerpo se tensó, sintió la sensación del orgasmo en el vientre y sus partes íntimas, se cubrió la boca con la otra mano y se corrió dejando que el semen caer sobre su mano. Se limpió la mano en el pantalón de su pijama y se acomodó la ropa de nuevo, no tenía las energías suficientes para salir de la habitación e ir a limpiarse, levantó al Sr. Osito del suelo y cayó dormido con el peluche debajo de él. El día siguiente sería demasiado largo y necesitaba descansar, aunque sea un poco.