Síndrome de Estocolmo [ziall]

Capítulo 36

Ese día Niall se quedó dormido con una sonrisa en su rostro, había recibido un mensaje, de entre todos los mensajes con variaciones de palabras altisonantes hacia su persona, había uno en específico que le agradó recibir. Un mensaje de Zayn.

"Cerecita de mi corazón... Sonó raro
Te quiero, duerme bien."

Cuando despertó al día siguiente, tenía un mensaje de su hermano Greg diciéndole que pronto podría volver a casa para hablar con él sobre todo el asunto de Zayn y planear la forma de decirle a su padre que es gay. Se sentía mucho más seguro cuando hacía las cosas con Greg, quizás era por el hecho de que su hermano era mayor que él por unos siete años, más o menos, quizás al tener esos aires de grandeza y madurez le inspiraba una enorme confianza para hacer parecer las cosas fáciles cuando las hacía con él pero esta vez no. Estaría pronto de decirle a su padre que, básicamente, le gustaban los penes y no las vaginas, bien, no lo diría tan literal de a como lo ha pensado ésta mañana pero era lo que se daba a entender.

Se levantó de la cama aún con una muy notoria pereza en la cara y en el cuerpo, era temprano aún, sacó ropa interior limpia de la cajonera y la dejó extendida sobre la cama. Abrió las puertas de su armario y se encontró con el Sr. Osito tirado en el suelo, observándole con sus ojos de botón y su boca de hilos curveada en una sonrisa, vale, él el veía una sonrisa en realidad su boca era neutra.

Con un rápido movimiento el oso de peluche ya estaba siendo estrujado entre sus brazos mientras le susurraba cosas como: 'Nunca te dejaré así de nuevo, perdóname, fui un idiota' y demás frases que solo se dice una pareja de enamorados que está pasando por problemas reusándose a acabar con la relación. Aún con el peluche en brazos, sacó del closet su uniforme, y al igual que sus bóxers, lo dejó extendido sobre la cama. Dejó al Sr. Osito recostado sobre su almohada, haciendo guardia de su cuarto y su ropa mientras se quitaba la pijama quedando completamente desnudo. Nunca había observado con detenimiento la anatomía de su cuerpo y descubrió algo. No le gustaba.

Estaba muy delgado, algunos huesos como las clavículas y parte de las costillas se le marcaban demasiado, su piel era tan blanca como la leche, tenía un poco de pansita, no se notaba demasiado y tampoco era la gran cosa, su cuerpo no estaba para nada ejercitado ni trabajado. De la cadera podía sentir sus huesos con solo tocar un poco pero por suerte estos no sobresalían de una extraña forma, de ahí estaba su pene flácido y de un tamaño promedio, no tan pequeño pero no tan grande, por encima de él una fina capa de vello púbico que empezaba desde su ombligo en una delgada línea. Luego sus piernas, estaban algo delgadas y ligeramente torneadas y fuertes por todas las veces que había sido obligado a jugar fútbol en la escuela desde que vivía en Irlanda, luego sus pies que eran tan blancos como el resto de su cuerpo. Su cuerpo estaba pasable, era bonito, pero en definitiva no le gustaba casi llegando al punto de sentir asco por sí mismo sin siquiera saber las razones. Después de su gran análisis anatómico se cuestionó: ¿Cómo Zayn puede gustar de él? Incluso, ¿cómo Tommy puede gustar de él?

-Deja de pensar en eso que se te hace tarde-se regañó a sí mismo, entró en el baño y abrió las llaves del agua nivelando la temperatura de esta hasta que estuvo en la correcta. Se bañó rápido para no perder más tiempo en la mañana sumergido en sus pensamientos.

Cuando estuvo listo para salir de la ducha, después de secarse con la toalla se puso sus bóxers y seguido de este el uniforme. Aún tenía que devolverle a Zayn el uniforme que le había prestado, antes tenía que lavarlo, no iba a devolvérselo usado y sucio. Sería grosero. Se arregló el cabello frente al espejo y se dio cuenta de otra cosa. Tampoco le gustaba su cabello, nada de él le gustaba, no le gustaba su cara, ni sus labios, ni sus orejas, mucho menos sus dientes todos chuecos. Si acaso algo pasable en él eran sus ojos, solo por ser azules y tener unos ligeros tonos de amarillo cerca de la pupila pero tampoco es que adorase tener esos ojos.