Victoria O'Malley es una chica elegante y seria quien en una reunión de trabajo conoció a Derek Sokolov, un hombre guapo de veinticuatro años que termina embobado con ella y la secuestra. Sin embargo, se lleva una gran sorpresa al notar que esa chic...
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Eran las seis de la mañana y los ojos de Victoria O'Malley comenzaron a abrirse, así empezando otro nuevo día de su vida. Como era rutina se estiro un poco antes de levantarse de la cama, seguido de ello se acercó a las cortinas de su cuarto y las abrió de par en par dejando ver un panorama nocturno de Beverly Hills.
Se dio la vuelta para encender las luces de su habitación dejando verla en su máximo esplendor, era realmente grande. ¿Pero qué cosa no era grande en su vida? Su baño era grande, su armario era grande, su casa era grande. En fin, todo era grande.
Camino hasta el baño en donde comenzó a despojarse de su ropa, la entro en el cubo de la ropa sucia y después se entró a la ducha. Abrió la llave del agua fría, agua que al sentirla en su espalda hizo que terminara de despertar en un dos por tres.
Al terminar su baño envolvió su delgado cuerpo en una toalla y se acercó a su lavamanos para cepillarse los dientes. Luego se dirigió hasta su closet que parecía una pequeña tienda de ropa, bajo hasta la planta baja del mismo y busco su uniforme. Dejo caer la toalla al suelo, se puso su ropa interior y acabo poniéndose el uniforme.
Al terminar de cambiarse se sentó en el banquito de su tocador y se miró al espejo. Realmente era una chica atractiva con su largo pelo rubio y unos grandes ojos azules, facciones finas, piel blanca como porcelana, un cuerpo lindo con las curvas en su lugar. Tenía la apariencia de una hermosa princesa.
Victoria tomo un cepillo y comenzó a cepillar su cabello hasta que los pelos rebeldes que se encontraban revueltos se acomodaron. Dejo el cepillo en su lugar y se dedicó a arreglar su mochila para la escuela.
Al acabar de arreglarse se miró al espejo y se percató de cualquier desperfecto que estuviera en ella con el fin de acomodarlo.
—Ya estoy lista. —susurró la rubia para si misma llevando sus pies hasta el comedor de su gran mansión. Por el camino se encontró a varios sirvientes los cuales la saludaron con mucha formalidad, saludo que fue devuelto de la misma manera por parte de ella —Buenos días. —saludó de forma elegante entrando al comedor.
—¡Oh, querida! ¡Muy buenos días! —saludó su padre con una sonrisa recibiendo un beso en la mejilla por parte de su hija —¿Cómo dormiste? —preguntó observando como Victoria tomaba asiento a su lado.
—Bien. —contestó la rubia al mismo tiempo que ponían el desayuno en la mesa —Hay una reunión de maestros el día de hoy, así que despacharan temprano. —avisó empezando a comer su desayuno.
—¡Eso es perfecto! —exclamó su padre con una alegre sonrisa —Hoy tendremos a una importante persona dentro de la compañía con la cual debemos cerrar un trato, y no hay una mejor persona para ello que tú. — explicó su padre realmente entusiasmado.
Víctor O'Malley era dueño y jefe de la cadena de restaurantes Ocean Blue que se repartían por todo el país. Víctor sabia como hacer que el negocio fluyera en soledad, pero cuando su hija apareció en su vida se volvió su mayor soporte. Ella era la razón por la que tenían un montón de socios y accionistas a su favor, todo gracias a su inteligencia y habilidad de persuasión.
