Capítulo 11: Primer día.

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Me encontraba en los pasillos de la escuela, específicamente frente a mi salón de clases esperando que la maestra me diera la señal para poder entrar

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Me encontraba en los pasillos de la escuela, específicamente frente a mi salón de clases esperando que la maestra me diera la señal para poder entrar. Mientras esperaba leía una y otra vez los datos de mi carnet estudiantil, el cual tenía algo que me perturbaba de sobre manera, y eso era el nombre que ahora debía usar:

Alisa Sokolov

Según lo que Derek me había explicado en el auto, no debía temer al hecho de que me preguntaran mi relación con él, asegurándome que podía responder con total seguridad que éramos una feliz pareja. Sin embargo, más allá de relajarme, esto provocara que me pusiera más nerviosa y deseosa de que eso no ocurriera.

—Señorita Sokolov, ya puede entrar. —aviso mi maestra con una dulce sonrisa, a lo cual yo asentí caminando hasta el interior del salón, atrayendo automáticamente la vista de todos —Por favor preséntate. — pidió la maestra amablemente.

—Muy buenos días, mi nombre es Alisa Sokolov y desde hoy hasta el final del año seré su compañera. Espero que nos llevemos bien. —me presente finalizando con una pequeña reverencia de cabeza.

—Muy bien Alisa, por favor siéntese allí. —pidió señalando un asiento vació que se encontraba en la parte trasera del salón, específicamente delante del asiento de un chico pelinegro que me miraba con una amable sonrisa —Y usted Iván. ¿Le molestaría darle un recorrido a Alisa en el descanso? —preguntó la maestra justo cuando me senté.

—Por supuesto que no. —contestó una voz grave detrás de mí.

Las clases comenzaron y prosiguieron con normalidad, a pesar de que la maestra estaba impartiendo cosas que ya me sabía de memoria, me hacía feliz el no tener que ver o escuchar a Derek por varias horas. Pero vamos. ¿Quién no lo estaría?

Entre pensamiento y pensamiento tocaron la campana indicando que ya era receso, por lo tanto me dispuse a recoger mis cosas, pero casi todo el curso me rodeo para elogiarme y preguntarme cosas provocando que parara mi acción. Trate de responder cada una de sus preguntas e inquietudes sobre mi persona, pero cada vez eran más y más...Hasta que alguien tomo mi mano.

—Lo siento chicos, Alisa tiene un gran recorrido conmigo y supongo que quiere desayunar. ¿No? —Iván me miro con media sonrisa y me guiño el ojo.

—Sí. —contesté observándolo fijamente al mismo tiempo que me ponía de pie y ponía mi mochila sobre mi hombro.

—Bueno, tendrá que ser para la siguiente clase. —dijo una alumna logrando que todos salieran del salón dejándome sola con Iván.

—Siguen siendo tan intensos hasta en su último año. —afirmó Iván mirando hacia la puerta, luego volvió su vista a mí y sonrió. — Lamentó eso, suelen sorprenderse fácilmente y el hecho de que estés aquí es bastante raro. —explicó llevando la mano que tenía libre hasta su nuca.

—No pasa nada, los entiendo. —asegure con una pequeña sonrisa adornando mis labios —Gracias a ti por defenderme de la avalancha de preguntas. —una pequeña carcajada salió de sus labios terminando en una gran sonrisa.

—¿Qué te parece si empezamos con tu recorrido? —yo asentí sin quitar la pequeña sonrisa de mis labios.

Mientras caminábamos me fije en que Iván era bastante conocido en la escuela, casi todo el mundo se detenía a saludarlo o para tener una pequeña platica con él, al parecer era muy querido en ese lugar. Eso no me extrañaba ya que aparentemente era un chico bastante amable, alegre y divertido; cosa que a todos les gustaba.

También pude notar como muchas chicas se sonrojaban al verlo o tartamudeaban al hablar con él, ya que a esa preciosa personalidad había que sumarle su escultural apariencia: Era un chico de 1.83 m, con una piel blanca que hacia resaltar su cabello negro y sus fugases ojos de color celeste, los cuales eran adornados por unos lentes de marco negro. Además de que el uniforme dejaba ver su trabajado cuerpo, con una ancha espalda y brazos que se veían extraordinarios.

—Y por último este es el comedor. —señalo Iván abriendo las puertas del mismo —Usted primero señorita. —una pequeña risa salió de mis labios a la par que entraba al lugar.

—Ya me veo llegando tarde a todas mis clases. —solté cruzándome de brazos —¿Por qué a escuela tenía que ser tan grande? —pregunte retóricamente caminando junto a Iván para comprar nuestra comida.

—Bueno, a mí no me molestaría guiarte a diario. —soltó Iván de la nada provocando que lo mirara un poco sorprendida —Claro, si tu gustas. —dijo mirando hacia otro lado soltando mi mano, la cual no había soltado en ningún momento durante el recorrido.

—Por supuesto que sí. —contesté con un tono serio antes de mirarlo a los ojos —¡Así que espero que cumplas con tu palabra Iván! —exclame con una gran sonrisa señalándolo con mi dedo índice, consiguiendo que él me mirara un poco confundido antes de reír.

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.

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Me despedí de Iván antes de salir de la escuela, no quería que Derek lo viera salir junto a mí y que pensara cosas equivocadas. Ya afuera el lujoso Ferrari rojo de mi captor me esperaba, tenía ganas de correr lejos y desaparecer, sin embargo, sabía que el hacerlo no era una opción a menos que fuera masoquista y amara sus golpes.

—Hola Derek. —lo salude entrando al auto.

Él espero a que yo me acomodara y cerrara la puerta para saludarme tan solo como él sabía hacerlo: Con un desesperado beso francés que me dejo totalmente avergonzada, agradecía de corazón que todas las ventanas de ese auto eran polarizadas.

—Realmente te extrañe mi reina. —confesó Derek al terminar el beso, luego comenzó a conducir.

—Ya veo. —contesté de forma fría mientras me recostaba de la ventana, formando un silencio realmente incómodo.

—¿Estas cansada? —preguntó a mitad de camino.

— No. —contesté mirándolo —¿Por qué? —pregunté arqueando una ceja.

—A las nueve mi madre y mi hermana vendrán a visitarnos, se quedarán aproximadamente un mes. Por ello un grupo de estilistas están esperándote en la mansión para arreglarte. —explicó de forma simple antes de mirarme —Lo siento por ser tan anticipado, pero ni siquiera yo lo sabía, me acaban de llamar hace una hora. —agregó volviendo su mirada al camino.

—Supongo que solo nos queda esperar su llegada. —le alenté dejándome caer en el asiento, observando el gran portón de la mansión a lo lejos.

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Y después de un par de semanas volvimos mi gente :v

Lamento la tardanza, pero mañana es mi ultimo día de escuela y como comprenderán estas ultimas semanas han sido un completa locura :'c . Pero no os preocupéis, por ahí vienen mucho más capítulos y a tiempo >u<

Les ama: Blondegals.

Secuestrando a una Genio.Where stories live. Discover now