Victoria O'Malley es una chica elegante y seria quien en una reunión de trabajo conoció a Derek Sokolov, un hombre guapo de veinticuatro años que termina embobado con ella y la secuestra. Sin embargo, se lleva una gran sorpresa al notar que esa chic...
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Corrí lo más rápido que pude siguiendo el sonido de los disparos, que ceso en el momento exacto que me quede a unos metros del portón de salida. Frente a este se encontraban los guardias de la mansión apuntando a un hombre que tenía a Derek inmovilizado con un cuchillo en su cuello, a la par de que sus guardias apuntaban a nuestros guardias.
—¡Después de tanto tiempo, este será tu fin Derek Sokolov! —vocifero aquel hombre de mediana edad apretando con firmeza el mango del cuchillo.
En ese momento me di cuenta que debía poner en practica todo lo que Nicoletta me había enseñado hasta ese momento. Mire la pistola que tenía entre mis manos, las cuales temblaban sin control y sudaban demasiado demostrando lo nerviosa que estaba. Respire profundo para calmarme antes de levantar el arma a la altura de mis hombros.
—Solo es apuntar y disparar. —susurre para mí misma apuntando en dirección al hombro del hombre que tenía cautivo a Derek —No puedo dejar que Derek muera aún. —y con eso dicho jale el gatillo.
Vi en cámara lenta como la bala atravesaba la frente de aquel hombre, soltando a Derek de su agarre antes de caer abruptamente en el suelo. Todos miraron impresionados aquella escena, cosa que yo también hacia en total shock, sin poder evitarlo la pistola se me cayó de las manos chocando contra el suelo, llamando la atención de todos.
—¡Retirada! —grito uno de los guardias del bando opuesto a sus compañeros, nuestros guardias iban a disparar, sin embargo, Derek hizo una seña para que no lo hagan.
—¡Victoria! ¿¡Estas bien!? —preguntó Derek frente a mi logrando sacarme de mis pensamientos, ni siquiera me había dado cuenta de que los guardias se habían dispersado y el castaño había caminado hasta mí.
—Yo lo mate, yo solo quería lastimarlo para que te soltara. —susurré sintiendo como mis ojos se cristalizaban — ¿¡Cómo podría estar bien!? —grite histérica antes de que Derek me abrazara con fuerza para tratar de tranquilizarme.
— Mi reina no ha sido tu culpa, fue un error. —me aseguró Derek envolviéndome en sus brazos tratando de calmarme —Vamos adentro para que tomes un baño. ¿De acuerdo? —preguntó el castaño mirándome a los ojos con una sonrisa dulce en sus labios, cosa que me tranquilizo un poco.
—De acuerdo. — contesté soltando un suspiro, para luego caminar en dirección a la mansión.
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—Bueno chicos, la clase a acabado. Recuerden que la próxima semana comenzaran sus exámenes finales, así que tomen este fin de semana para estudiar. —aviso la profesora con una sonrisa antes de marcharse del salón.
Comencé a recoger mis cosas a medida que todos los estudiantes comenzaban a salir del salón de clases. Era impresionante pensar que ya estábamos a finales de mayo y que muy pronto terminaría la escuela, lo que significaba también que muy pronto tendría que casarme con Derek.
