Capítulo 18: Un macabro ser humano.

5.1K 279 31
                                    


Abrí los ojos de par en par al sentir como agua fría chocaba bruscamente contra mi piel, traté de mover mis manos para limpiar mi cara sin tener éxito, estaba esposada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Abrí los ojos de par en par al sentir como agua fría chocaba bruscamente contra mi piel, traté de mover mis manos para limpiar mi cara sin tener éxito, estaba esposada. Miré al frente tratando de encontrar una respuesta de lo que sucedía, la cual encontré en un chico que se hallaba con una cubeta entre sus manos y con una gran sonrisa en sus labios.

—¿Te han dicho lo hermosa que eres? —preguntó sin quitar aquella sonrisa, la cual comenzaba a ser bastante tétrica —Entonces eres poco habladora Victoria O'Malley. —habló dejando la cubeta a un lado antes de levantarse de su asiento —O al menos quiero suponer eso. —agregó tomándome con fuerza del cabello logrando sacarme un quejido de dolor —Tú fuiste la perra que mato a mi padre y ahora yo te haré pagar, mi nombre es Vladimir Semiónov. Quiero que lo recuerdes hasta el día que perezcas. ¿Entendido? —preguntó tomándome del mentón bruscamente haciéndome algo de daño, aun así, no respondí —Te pregunté si entendiste. —hablo de forma siniestra halando aún más mi cabello.

—Sí. —respondí de forma seca logrando que me soltara.

—Bien, volveré dentro de unos minutos para jugar contigo. —avisó mirándome por unos segundos antes besarme ferozmente mordisqueando mis labios, en una de esas mordidas aplico mucha fuerza provocando que mi labio sangrara — Eres dulce. —comento guiñándome un ojo, y con eso se retiró de la habitación.

Mire hacia todos lados para analizar mi situación: Aparte de tener las manos esposadas, también uno de mis tobillos estaba encadenado a la pared reduciendo mis posibilidades de moverme. La habitación donde me encontraba se componía de paredes pintadas de negro y el suelo era de concreto perfectamente alisado, había una cama, y por ultimo otra puerta aparte de la de salida que supuse que conducía a un baño.

En ese momento comencé a sentir el mismo sentimiento que circulaba por mi cuerpo cuando Derek me secuestro, pero este estaba multiplicado por todos los números que existen. No sabía dónde estaba y quien me secuestro esta vez no es alguien quien dice que me ama, al contrario, está claro que me odia y que no tiene ninguna intención de hacerme feliz.

—Esto es malo, muy malo. —susurre sintiendo como mis ojos se cristalizaban, tenía mucho miedo —Por favor, que alguien venga a buscarme. —susurre nuevamente recostándome de la pared mirando la puerta por la que Vladimir salió. A los pocos minutos él volvió a entrar, pero esta vez acompañado, o mejor dicho, arrastrando a alguien con una bolsa en la cabeza.

—¿Reconoces a este caballero? —preguntó Vladimir mientras que varias personas más aparecían por la puerta con una silla, unas cuerdas y una sierra eléctrica. Rápidamente me fije en la vestimenta del individuo notando que traía el uniforme de los guardias de la mansión Sokolov.

—Así es. —contesté desconcertada observando como lo sentaban y amarraban en la silla.

—Bueno, este pequeño hijo de puta trato de decirle a Derek que estabas aquí. ¿Y sabes qué pasa con las personas que tratan de traicionarme? —preguntó haciendo una seña a las demás personas que estaban en el lugar salieran. —Esto. —una sonrisa se dibujó en sus labios y encendió la sierra eléctrica, segundos después los gritos de dolor del guardia empezaron a resonar por toda la habitación y su sangre salpicaba por todos lados, hasta en mi cara.

Secuestrando a una Genio.Where stories live. Discover now