Victoria O'Malley es una chica elegante y seria quien en una reunión de trabajo conoció a Derek Sokolov, un hombre guapo de veinticuatro años que termina embobado con ella y la secuestra. Sin embargo, se lleva una gran sorpresa al notar que esa chic...
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Han pasado dos semanas desde que mi "amada" futura suegra bendiga el matrimonio entre Derek y yo, cosa que realmente no me pone nada feliz. Aunque debo admitir que desde entonces Gina me trata bastante bien, ahora hasta tomamos el té juntas a las cinco de la tarde y salimos en las noches a recorrer la ciudad. Algo bastante extraño, pero no sorprendente tomando en cuenta que tiene la misma sangre que Derek.
—¡Alisa cuidado! —salí de mis pensamientos al escuchar aquel grito al mismo tiempo que sentía un fuerte dolor en mi rostro.
Caí de trasero al suelo llevando mis manos hasta mi cara, el sonido de la pelota rebotando contra el suelo me dejaba bastante claro que había chocado con mi cara. Sentía todo darme vueltas a la par que escuchaba a mis compañeros preguntarme si estaba bien o si me tenían que llevar a la enfermería.
—Estoy bien. —contesté con media sonrisa levantándome del suelo con ayuda de Tania, una de mis compañeras.
—Mírale el lado positivo, te golpearon justo cuando nuestra practica termino. —alegó Tania tratando de alegrarme mientras me llevaba en dirección a las gradas.
Supongo que se estarán preguntando que estábamos practicando, bueno, entre al equipo de voleibol hace una semana atrás y ya dentro de un mes tendremos nuestro primer torneo, cosa que me emociona y hasta me pone un poco nerviosa.
—¡Además de que podremos ver a los guapos chicos del equipo de futbol practicar! —agregó Anastasia, otra de mis compañeras cuando nos sentamos.
A los pocos minutos el equipo de futbol llegó, comenzaron a dejar sus cosas en la banca antes de posicionarse en sus lugares. Y a pesar de que todos estaban haciendo la misma acción, cierto pelinegro llamó mi atención provocando que lo mirara muy detenidamente.
—Alisa, al parecer te has fijado en uno de los peces gordos de la escuela. —habló Anastasia sacándome de mis pensamientos —¡Aunque debo admitir que Iván y tu harían una preciosa pareja! —dijo formando un corazón con sus manos, a lo que yo solo solté un suspiro sonriendo.
—Por favor Anastasia, eso es imposible. Solo llevamos tres semanas conociéndonos, además de que estoy en una relación con Derek. —afirmé sintiéndome muy incómoda al decir lo último.
—Oh vamos Alisa, Derek te lleva un montón de años. ¿Cómo sabes que realmente te quiere? ¿Qué tal si solo te quiere para tener sexo contigo? —preguntó Tania con un claro fastidio haciendo que me encoja de hombros.
En ese momento la mirada de Iván y la mía se cruzaron poniéndome un poco nerviosa, él me sonrió y me saludo con su mano, acción que repetí en forma de respuesta. Me sentía algo tonta por ponerme nerviosa por algo como eso, sin embargo, suponía que era algo normal ponerse así con un chico talentoso, caballeroso y lindó como Iván.
—Por cierto. ¿Han escuchado los rumores sobre Iván? —habló Anastasia llamando mi atención.
