Victoria O'Malley es una chica elegante y seria quien en una reunión de trabajo conoció a Derek Sokolov, un hombre guapo de veinticuatro años que termina embobado con ella y la secuestra. Sin embargo, se lleva una gran sorpresa al notar que esa chic...
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—Bienvenidos de vuelta. —saludaron todos los sirvientes de la mansión Sokolov cuando los dueños entraron en ella.
—Gracias a todos por recibirnos de esta manera. —dijo Derek de forma seria soltando la mano de Victoria, quien aún se encontraba algo soñolienta luego de un largo viaje de regreso —Pueden volver al trabajo. —avisó siendo obedecido rápidamente por sus sirvientes.
—Veo que la señorita Victoria está realmente cansada. —dijo Nicoletta acercándose a la pareja.
—Así es, llévala a nuestra habitación. Tengo algo importante que hacer. —y con eso dicho se fue en dirección a su despacho.
—¿Hiciste lo qué te pedí? —preguntó Victoria en un susurró tan pronto Derek desapareció del lugar.
—Por supuesto que si señorita, se marchó esta mañana como nueva. —afirmó Nicoletta comenzando a caminar hasta la habitación principal junto con la más baja. —Me mando a decirle que esta eternamente agradecida con usted, y que si la necesita estará ahí en todo momento. —agregó provocando que una pequeña sonrisa se formara en los labios de Victoria.
—Me alegra mucho escuchar eso. —confesó llegando a su cuarto —¿Podrías prepararme algo de comer? —preguntó amablemente recibiendo un asentimiento de su sirvienta, la cual se fue dejándola sola en su cuarto.
Victoria soltó un suspiro lleno de cansancio antes de lanzarse a la cama, después de aquel viaje tan movido lo que más ansiaba era dormir en su cama. Necesitaba descansar lo más posible ya que solo faltaban dos días para que sus clases comenzaran, algo que la ponía realmente ansiosa ya que faltaba muy poco para poder librarse de las garras de Derek y volver con su familia.
Eso ultimo le recordó las noticias que vio durante su estadía en Italia, ella era noticia mundial y todos la buscaban, principalmente su familia, la cual se veía totalmente deprimida cada vez que hablaban ante las cámaras. Si no hubiera sido por la peluca negra que Derek le obligaba usar, ya estaría en su hogar.
—¿¡Fuiste tú no es así!? —al escuchar aquel estruendoso grito Victoria trato de reincorporarse, sin embargo, la persona que grito la giro bruscamente antes de darle un puñetazo en la cara —¿¡Acaso crees que soy un idiota!? ¿¡Qué no me daría cuenta!? —vocifero Derek bastante molesto jalando el cabello de Victoria.
—¿De qué estás hablando? —preguntó Victoria llorando y gimoteando del dolor.
Ante esta respuesta Derek rio como un maniático y miro a Victoria con una sonrisa escalofriante, causando que el miedo invada completamente a la rubia. Ella había subestimado al castaño, y sabía que por ello ahora pagaría muy caro.
—¿Ah no? —preguntó Derek con un toque de inocencia en su voz, tomando bruscamente a Victoria de las mejillas —Veremos si esto te refresca la memoria. —sin soltar a Victoria del cabello, la arrastro por toda la mansión directo hasta su oficina, captando la mirada horrorizada de todos los sirvientes que se cruzaba en su camino.
