Un Cambio De Guión (Yoonmin)

El sacrificio

No podía dejar de temblar, estaba inmerso en un sufrimiento indescriptible, donde su mente le reducía a nada, esa noche fungirá como una moneda de cambio, peor que un objeto. Se arreglaba los ojos rojos debido al llanto que había derramado en la tina, todo estaba listo menos él.

HyungSik entró a la habitación, se acercó con cuidado como si temiera que en cualquier momento el trato silencioso entre ellos se rompiera, lo tomó de los hombros mirándolo a través del espejo ¿Qué era lo que él veía? ¿Qué reflejaban sus ojos afligidos? Le sonrió ignorando por completo el pequeño temblor en su labio inferior y la tensión de sus hombros, estos llevaban una enorme carga.

-Te ves precioso -dijo besando su mejilla

-Gracias -fue lo único que pudo responder, temía que si hablaba en ese momento lloraría

-¿Sabes lo valiente que eres? Sin ti no podría hacerlo TaeTae, eres mi sustento, la empresa de mi familia y yo estamos en tus manos, será algo insignificante mi vida, tan sólo un juego, por esta noche procura no pensar en nada, yo te esperaré aquí para abrazarte y darte alivio ¿Me crees cuando digo que te amo?

Estaba en una encrucijada interna, entre sus valores y principios y la devoción que le tenía a su esposo, ellos llevaban juntos cinco años, se conocían o al menos eso era lo que deseaba creer. Bajo la mirada soltando un suspiro temeroso

-Te amo-susurro -Y estoy dispuesto a todo por ti.

HyungSik era un hombre encantador, apuesto y talentoso, siempre estaba innovandose, pensaba en cientos de estrategias para mejorar la empresa que sus padres le habían encomendado, todo estaba bien en su pequeño mundo de ensueño donde las cosas eran posibles, pero aunque fuera excelente en su trabajo había ocasiones donde no media las consecuencias de sus decisiones. Hacía tratos injustos y que llegaban a perjudicarle como en esos momentos, la crisis estaba por ahogarlo en un mar de deudas, pagarle a uno de los más grandes empresarios de Corea era lo ideal sino quería perder lo que con trabajo había construido.

Claro que no pensó que el precio a pagar fuera su esposo, Taehyung quien al saberlo en un principio se negó, se dejó envolver en un sin fin de súplicas y promesas, él no quería que su esposo perdiera la empresa pero tampoco quería entregarse a otro hombre. No era justo, HyungSik debía de protegerlo no entregarlo.

Pero terminó aceptando, su culpa le había hecho bajar la cabeza y asentir a las exigencias ajenas como siempre había sido. Él le debía mucho a su esposo, porque este le había aceptado aún después de que ambos descubieran que no podía concebir, era infértil. HyungSik se enfrentó a su familia por él, lo amaba y el amor sobrepasa cualquier cosa, incluso una situación como esa. Ya que él no podría darle un hijo, le daría la posibilidad de conservar su adorada empresa.

Salieron de casa en la noche, HyungSik insistió en llevarlo al lugar del encuentro. El camino estaba inmerso en un incómodo silencio, los dos evitaban mirarse o hablar de lo que sucedería, Taehyung estaba muerto de miedo, sus uñas habían sido el medio para eliminar la tensión y ahora sus adoloridos dedos pagaban las consecuencias.

-Te amo -dijo al llegar a la acera de ese complejo de departamentos lujosos-Llama y vendré por ti

-Esta bien -susurro mirándolo -Te amo

HyungSik le observó con dolor -Te amo más que a mi vida

Taehyung bajo del auto tomando un pequeño maletín donde llevaba lo necesario, las náuseas aumentaban a medida que se acercaba al edificio. No recordaba cómo llego al ascensor y mucho menos cuando sus dedos marcaron el piso correcto, estaba a punto de sufrir un ataque de pánico, ¿Y si era violento? ¿Que pasaría si le hacía demasiado daño? ¿O si tenía uno de esos fetiches extraños?