Rascacielo

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Namjoon miró a Hwasa con una sonrisa, esta jugaba con Jae a las cartas, iba perdiendo a propósito. Rió por lo bajo, le emocionaba ver a su hijo tan feliz.Hace mucho que no pensaba en Jin, no lo recordaba como todas las noches el primer año de su suplicio, habían pasado casi cuatro años y de corazón esperaba que fuera feliz, que haya encontrado aquello que le faltaba para sentirse realizado y completo. Él ya tenía a su familia. 

Besó la cabeza de Hwasa sorprendiéndola, Jae les miro con una ceja alzada, para ser un niño de siete años era muy inteligente -¿Ya son novios?

La pelinegra boqueo incapaz de decir algo, vio como Namjoon sonreía y asentía -Lo somos ¿Qué te parece?

El ceño del menor se frunció poniendo nervioso a los adultos, sin embargo, poco a poco su sonrisa se fue ensanchando, se encaminó hacía ellos y los abrazo con fuerza. Hwasa miró a Namjoon con ojos brillantes.

-Ahora mis papás están juntos -susurro Jae cerrando los ojos, de inmediato la imagen de un pelinegro llegó, pero como las otras ocasiones pudo ignorarlo. 
















SeokJin caminaba a la habitación, había tenido una noche cansada, necesitaba un baño, alimentar a su hija y dormir, cuando iba acercándose escucho la voz de Ken, una inmensa incomodidad, mordió su labio inferior y se escabullo para que no le viera.

-...Te lo digo, es un buen negocio Ken, nos pueden dar hasta dos millones de dólares por ella -paró en seco y se acercó para escuchar mejor, porque su curiosidad era enorme -Piénsalo bien 

-Es mi hija -gruño 

Su respiración se detuvo por completo, no podía estar hablando de Tzuyu 

-Dijiste que SeokJin estaba muy enfrascado en cuidar de esa niña que no trabaja bien ni te atiende como se debe ¿Verdad?

-En eso tienes razón, pero ¿Venderla?

Su ojos se abrieron llenos de terror, se alejó negando, un terrible escalofrío recorrió su cuerpo por completo, casi corrió hacía su habitación, miró a su hija dormida en la pequeña cuna, busco como loco el canguro y se lo puso, metió a la niña no sin antes ponerle su gorro de conejo, tomó una chaqueta de cuero. Trago en seco ¿cómo se iría?

-No me falles ahora -susurro con miedo 

Salió de la habitación y se encamino a donde había escuchado las voces, toco con manos temblorosas la puerta

-Adelante 

La abrió con temor de lo que pudiera encontrarse ahí, Ken estaba con ese socio suyo que había conocido hace años cuando llego al prostíbulo, hizo una reverencia 

-¿Qué quieres cariño?-preguntó Ken poniéndose de pie 

-Tengo que ir a la farmacia -dijo con voz clara, tratando de esconder sus nervios -Se acabaron los pañales -hizo una mueca

-Le diré a Joy que te lleve-dijo mirando a la mujer alta y bien vestida que le miraba con suficiencia -Deja a la niña 

-No -negó -Sabes bien que ella llora mucho y no quiero que moleste a los clientes 

Ken pareció pensarlo, tras unos segundos examinando su rostro asintió, se acercó y le tendió trecientos wongs, los tomo con mano temblorosa 

-¿Qué tienes?-preguntó levantando una ceja 

-Estoy cansado-susurro 

-Cuando vuelvas tu y yo podemos encerrarnos en la habitación y tomar algo para divertirnos ¿Te parece?

Sabía a lo que se refería, miró la mesa llena de paquetes blancos, mordió su labio inferior, Ken estaba insistiendo últimamente para que la consumiera de nuevo, pero él no quería, la había dejado desde que descubrió que estaba embarazado, ahora sólo consumía tabaco para la ansiedad 

-Claro -rió por lo bajo -Ya es momento ¿No?

-Si mi amor -beso sus labios de una forma brusca -Joy ve con él 

La chica asintió con seriedad, salió de la habitación para que SeokJin la siguiera, cuando lo hizo su mente iba ideando miles de maneras para escapar de Joy, podía simplemente darle un golpe pero no quería hacerle daño, aunque no la soportara aún no se sentía capaz. Subieron a un auto negro, abrazo a su hija al cuerpo, miró a la ventana, sus piernas se movían con nerviosismo. 

Observo como pasaban la calle de la farmacia -¿A...a donde vamos?

Ella no respondió, siguió el camino poniendole los pelos de punta, arrullaba a Tzuyu con la esperanza de que esta no despertara. Cuando miró el camino se paralizo 

-¿Joy?

Ella le miró sin emociones -Sabes, yo también tengo una hija, se llama Jessica...tenía los ojos verdes-sonrió con los ojos inyectados de dolor -A veces me gustaría saber qué fue de ella, pero la vida no da tantas oportunidades 

-No entiendo....-susurro pasmado 

-¿Cuánto amas a tus hijos SeokJn? porque este camino nos lleva a dos direcciones, a la estación de autobuses o al orfanato de Daegu, tu decides.



































-¿Cuánto amas a tus hijos SeokJn? porque este camino nos lleva a dos direcciones, a la estación de autobuses o al orfanato de Daegu, tu decides

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Jajaja ustedes

Un Cambio De Guión (Yoonmin) Where stories live. Discover now