Nuestra aflicción

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Jimin bajo las escaleras confundido, tenía siete llamas perdidas de Yoongi y mensajes diciendo que le abriera, ya se encontraba en pijama y despeinado por las dos horas de sueño que había tenido. Abrió la puerta y lo miró, con sólo ver sus ojos supo que algo no andaba bien. 

-¿Qué pasa?-preguntó confundido 

Yoongi entro y con agresividad lo tomo de las mejillas y estampo los labios con los suyos, la sorpresa hizo que abriera los ojos tan grandes que le dolieron, sintió ese abrazo que se aferraba a su cuerpo, cerro los ojos dejándose llevar por el movimiento de los labios ajenos, suspiro lleno de deseo y lo tomó de la cabeza acercándolo hasta que no hubiera mañana, la necesidad era inminente, como imanes se atraían el uno al otro. Se separaron un momento para recuperar el aire, reacios a soltarse Yoongi llevo sus delgados labios al cuello de Jimin quien soltó un sonoro gemido. Jalaban su ropa mientras caminaban a las escaleras, Jimin estaba ardiendo, su cuerpo entero parecía estar fundiéndose en lava. 

Se separaron, Jimin un escalón más arriba que Yoongi le tendió la mano, este la tomo sin dejar su expresión de dolor, subieron los escalones hasta el pasillo, entro en la recamara de huéspedes, porque HueningKai dormía en su cama, cerró la puerta, Yoongi lo acorralo en esta y comenzó a besarlo con sed, sus manos iban y venían por su cuerpo, las prendas estorbaban y poco a poco comenzaron a desaparecer, se miraron a los ojos emanando calor sofocante de sus cuerpos desnudos. 

Jimin lo tomó de la mano nuevamente y lo atrajo a la cama, se recostó en esta alzando los brazos para recibirlo, Yoongi se recostó sobre él y reanudo la ronda de besos, salvo que ahora restregaban sus cuerpos inundados de deseo, Jimin subió una pierna a su cadera para sentirlo con mayor precisión en la zona erógena que necesitaba mayor atención. Jadeo al sentir su lengua recorrer su mandíbula, bajando por su cuello, haciendo un recorrido delicioso por su costado hasta su vientre, donde beso con cariño la casi desaparecida marca en su vientre bajo, descendió con la intención de probarlo más de cerca. Cuando la cálida y húmeda boca toco su intimidad arqueó la espalda con la cabeza hacía atrás jadeando de placer, sus manos se hicieron puños tomando con fuerza la sábana. 

Nadie podía compararse a Yoongi, porque este era el primer y único hombre que le hacía sentir el cielo con sólo una caricia, esa noche dejó que sus instintos le llevaron por la marea del deseo, recorriendo cada una de sus fantasías, aquellas que tenían nombre y apellido, que le pertenecían a sólo una persona, a Min Yoongi. 

Sus ojos se llenaron de lágrimas debido a lo placentero de su boca, se enderezó mirándolo, Yoongi le observaba desde abajo con lascivia, Jimin tomó su mano derecha e hizo que esta acariciara su cuerpo, sin dejar de mirarlo y con cuidado beso la cicatriz en su muñeca. Yoongi paro en seco, se incorporó y le miró a los ojos, con lágrimas deslizo la mano fuera de su alcance y se acercó para besarlo, un beso diferente, con ligeros movimientos, caricias tenues y abrazos cálidos. 

Jimin sintió como se abría paso a su cuerpo, gimió al sentirse extendido por la longitud del mayor, era aún más grande de lo que recordaba, se aferro a sus hombros, Yoongi tomo sus rodillas y embistió con lentitud, llegando hasta lo profundo, sacandele gemidos  agudos de la garganta, sus ojos se encontraron transmitiendo todo aquello que no podían poner en palabras. 

-Yoongi..-susurro cerrando los ojos 

El pálido escondió la cabeza en su cuello aspirando su aroma mientras lloraba, había llegado hasta Jimin porque ese era el único lugar donde se sentía seguro y donde quería estar, sin embargo al sentir las ligeras, suaves y pequeñas manos acariciando su espalda el pánico creció en su interior. 

Se movió con más fuerza disfrutando del cuerpo ajeno. Jimin se aferraba con las uñas a su cuerpo perdiendo la cabeza a medida que aumentaba sus estocadas. Ambos lo sentían, crecía en su interior como una bola de fuego que estaba dispuesta a reducir a cenizas su alma. 

-Jimin-susurro en su oído perdido en el mar de sensaciones que estaba viviendo en ese momento 

Cuando sus cuerpos no pudieron más, cuando la excitación era tan fuerte que no podían soportarlo más, llegaron a la cúspide del placer con un orgasmo que se extendió por cada espacio de su ser. Yoongi miró a Jimin sin decir nada, lo abrazo a su cuerpo y permitió que este se recostará sobre su pecho, los cubrió a ambos con la colcha. Jimin escuchaba el rápido palpitar del mayor, quien observaba el techo con mirada perdida. 

-Si duermo ¿Estarás aquí cuando despierte?-preguntó con voz ahogada 

-Si -susurro Yoongi 

Jimin asintió, cerro los ojos y se dejó llevar por las caricias que este le daba en el hombro, durmió plácidamente en los brazos de Yoongi quien velo sus sueños toda la noche. 



























Despertó porque sintió la luz del sol golpear su rostro, gruño y se volteo, tentó la cama pero fue sólo la frialdad de las sábanas la que sintió, se sentó en la cama y tallo sus ojos con el fin de recuperar la visión. Trago al encontrarse en esa habitación completamente solo, quiso creer que Yoongi seguía en el departamento, se vistió y rápidamente salió, bajó las escaleras encontrando  a Jihoon bebiendo café, busco por doquier pero no lo encontró.

-No esta -dijo su hermano con seriedad -Se fue, dijo que te dijera que lo siente ¿Qué paso Jimin?-le miró de pies a cabeza -Olvídalo, por tu aspecto lo imagino -hizo una mueca -Jimin ¿Estás bien? ¿Por qué lloras?

Se dio la vuelta para subir de nuevo, quería lanzarse a la cama a llorar, porque nuevamente Min Yoongi había jugado con su corazón siendo abandonado después de usarlo, como si no valiera nada. 





Tres para final...









Un Cambio De Guión (Yoonmin) Where stories live. Discover now