Kenya, la pelusa

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La verdad es que ya he perdido la cuenta de los días que llevo en esta celda. Podría haberme puesto a hacer rayas en la pared como cualquier buen preso de las pelis, pero no se me ha ocurrido hasta hace unos segundos.

Tampoco me puedo quejar demasiado: tengo comida y agua, un váter, una ventana con sus barrotes de hierro incluidos, una cama y una manta. La verdad es que para ser una presa no me están tratando nada mal. Incluso he hecho una amiga.

Se llama Lyka y es una de las sirvientas del castillo. No es mucho más alta que yo y tiene el pelo rubio muy rizado y enmarañado. 

Viene casi todos los días para hacerme algo de compañía y ponerme una capa de piel falsa en el hombro, encima de las extrañas lineas negras que aparecieron la noche en que me metieron aquí. Dice que si Enys o cualquiera leal a ella se entera de la existencia de esa marca, Jiaz podría correr peligro de ser ejecutado por traidor.

No me ha querido contar nada más acerca de la marca y la loba tampoco ha venido en sueños a explicarme nada. Tampoco me ha querido decir nada sobre porqué estoy aquí encerrada o si se sabe algo de Quinn.

Sí que me habla de cotilleos de la ciudad sobre gente de la que no he oído hablar en mi vida o de su trabajo. Me cae bien pero me gustaría que me contase lo que ahora mismo necesito saber, no si la cocinera tiene novio o si Paquita la del puesto de verduras ha cogido la gripe.

También le he preguntado por Enys. Está bastante claro que no le cae nada bien.

Resulta que la zorra (como la llama ella) lleva prometida con Jiaz desde que nació. Viene de una familia noble que prácticamente se lleva enfrentando a la casa real desde el principio de los tiempos. Al parecer se creen superiores y con derecho a tratar mal a los demás porque son los guardianes de un libro de hechizos super antiguo y chungo llamado Pantamagisha que contiene todos los sortilegios de todos los mundos.

Y esa es la historia de Enys, ahora mismo heredera del libro y del trono de los dragones. A mi parecer es demasiado poder concentrado en la persona equivocada.

Miro por la pequeña ventana de mi celda por encima de la ciudad hacia el desierto de roca negra y hacia los volcanes. ¿Quinn estará bien?

De repente se oyen unos ruidos de pela procedentes del pasillo y unos segundos después la puerta que hasta ahora me separaba de la libertad se abre.

Me pongo en guardia esperando a cualquier enemigo cuando entra Lyka seguida de una chica muy alta a la cual no conozco.

- Hola, Pelusa - me saluda mi amiga.

Me puso ese mote el primer día que vino a verme porque tenía el pelo muy sucio y lleno de pelusas. Exactamente como ahora.

- Necesitamos tu ayuda y rápido - continúa la otra chica hablando con nerviosismo.

- Eeehhh... Vale. Primero: ¿quién eres? Segundo: ¿qué está pasando? - pregunto.

- Esta es Ave, forma parte de la guardia real de Palacio - responde Lyka. - Y en cuanto a lo que esta pasando...

- Dabka ha adelantado la boda de Jiaz con la chica que quiere venderte al Titiritero, la cual también ha encerrado a tu caballo, y a la cual todos tenemos asco, especialmente Lyka porque está enamorada de Jiaz y para colmo él también la ama. - dice rápidamente Ave.

Entonces se da cuenta de que casi toda esa información me era desconocida, que igual lo mejor era soltármelo con calma y se tapa la boca.

- ¿Estás enamorada de Jiaz? - le pregunto a Lyka muy sorprendida.

-¿Eso es lo que te sorprende? - rebate ella.

Tiene razón, debería preocuparme más el hecho de que me quieren intercambiar como si fuese un saco de patatas. ¡Pero es que es todo muy fuerte! Al fin me cuentan un drama de gente que me interesa.

ORAMAWhere stories live. Discover now