Epílogo

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JULIO, 2019

No me puedo creer que estemos en la cola para entrar al concierto de BTS. A pesar de no ser una gran admiradora del grupo me hace ilusión verlos actuar en directo. Bailan y cantan estupendamente y nos tienen a todo el público enloquecido. Especialmente a Vi.

No me queda muy claro si está cantando en coreano o invocando a Satán pero no importa. Las cuatro amigas estamos disfrutando de una actuación digna del riñón que no ha costado la entrada.

En ese momento me fijo en las personas del público a mi alrededor. La llevan gorretas y camisetas del grupo. Entonces alguien capta mi atención.

Se trata de un chico moreno vestido totalmente de negro. Su pelo rebelde se arremolina libremente sobre su frente. Es guapo... y me está mirando. Haz algo Kenya haz algo. Baila, canta algo.

Sin embargo mi cuerpo se queda quieto. Hay algo en él que no me cuadra. De repente la luz estalla a nuestro alrededor y el chico desaparece.

¿Me lo habré imaginado todo?

Entonces la canción termina y todo el mundo grita y aplaude pegando saltos. Empieza otra canción.

Otro fogonazo de luz, este de color verde. Unos ojos de ese mismo color con las pupilas rasgadas como las de un dragón aparece en mi campo de visión.

Me está empezando a doler la cabeza. Me acerco a mis amigas y les grito:

- ¡Voy al baño un momento!

Ellas levantan los pulgares dando a entender que me han oído.

Me separo de ellas de camino a los baños. Cuando llego allí me lavo la cara, necesito despejarme. ¿Si les pido a los de seguridad salir a fuera me dejarían volver a entrar? Ni idea. Con lo ratas que son seguro que me cobraban algo.

Levanto la cabeza y me miro en el espejo. Todo parece estar normal. Llevo el pelo algo despeinado pero no importa.

Entonces algo me llama la atención. Por debajo de la manga de mi camiseta asoman unas lineas negras que antes no estaban ahí. Levanto mi manga para dejar al descubierto una especie de tatuaje tribal que no recuerdo haberme hecho.

No entiendo nada. Debo de estar volviéndome loca.

Cierro los ojos un momento para aclararme las ideas. Debe de ser el cansancio que me hace alucinar.

- No estás alucinando.

Abro los ojos sorprendida y veo al chico que antes me había parecido guapo y fuera de lugar a partes iguales. Me doy la vuelta asustada por un momento.

- ¿Porqué me has seguido? ¿Qué quieres? ¿Quién eres?

- Guau. Tranquila fiera. Vamos despacio. - dice en tono calmado. - Me llamo Adis.

- ¿Adis? - pregunto por si he oído bien.

No es un nombre común.

- Si. Veo que el volumen alto no va bien ¿no? - dice irónico. Al ver que no me río añade. - En fin, veo que lo que te gusta es ir al grano, ya me dijo Jiaz...

- ¿Jiaz? - interrumpo.

¿Por qué me suena tanto ese nombre? Entonces un flash verde se abre paso por mi mente como un dejá vu que no logro entender ni ubicar.

- Si me dejases terminar... - dice Adis molesto.

- No, antes de que digas nada. No me voy a liar con un desconocido que me acosa en los baños por muy bueno que esté.

Creo que eso acaba con su paciencia porque se acerca a mi tanto que me arrincona contra los lavabos.

- A ¿no? ¿estás segura? - dice con aire seductor y peligroso.

Antes no me había fijado pero desde tan cerca puedo ver claramente como sus ojos relampaguean, literalmente.

- S-s-si. Estoy segura. - respondo tartamudeando, lo cual no ayuda.

Maldita vergüenza. Malditas hormonas.

Adis se aparta ligeramente para darme un poco de espacio pero tampoco mucho.

- Y ¿si no quieres liarte para qué me has seguido? - pregunto confusa.

- Tengo un mensaje que entregarte.

Lo miro con una ceja alzada. Esta farsa tiene que terminarse ya, me estoy hartando de tanta gilipollez. Sin pensarlo más me dirijo hacia la puerta para volver con mis amigas cuando Adis vuelve a hablar.

- El rey de los dragones es quién me envía.

Esa frase hace que me detenga en seco. Mi mente se encuentra confundida. ¿Quién es el rey de los dragones? ¿Hay dragones?

Entonces algo encaja dentro de mi cerebro.

Olvidados, equus, dragones, elementales... todo vuelve a su sitio. No era un sueño. Mundos, eso es lo que son. Son gente, guerreros... el Titiritero.

- ¿Qué has dicho? - digo girándome hacia él.

- He dicho que el rey de los dragones requiere tu presencia, Raidara Zánatu.


FIN DEL LIBRO 1

(Realmente no sé si habrá libro 2 así que tomároslo como final abierto, gracias os quiero)

ORAMANơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ