CAP 15-Fríamente

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PUNTO DE VISTA DE

Desperté en mi cama alrededor de las 5 de la tarde

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Desperté en mi cama alrededor de las 5 de la tarde. Mi cuerpo se sentía mucho mejor después de la visita del médico, pero aún me sentía al borde de un precipicio por la  noticia que me habían dado aquella mañana.

Me vestí rápidamente al ver la hora. Camisa negra y pantalón negro. En una hora era el funeral de Julián. Mi madre, que se había enterado de la noticia por Leila y Ana, me esperaba lista en la sala con los ojos rojos. Ella también lo quería mucho.

Nos subimos al auto en un silencio cortante, lo que agradecí porque sentía que se me había olvidado cómo hablar. Supuse que toda la banda había venido por la cantidad de autos que vi en cuanto llegué al lugar. Todos estaban allí con miradas desoladas entre llantos y lamentos. Valerie era quien más lloraba y fue entonces cuando recordé que Julian hablaba mucho de ella. Habían tenido una aventura. Ziel y Liam estaban de pie con miradas sombrías, pero sin rastro de lágrimas. Ellos ya estaban acostumbrados a esto, dos desalmados. En cuanto llegamos, Ziel se acercó a nosotros y saludó a mi madre con un abrazo. Se llevaban muy bien, mi madre trataba a Ziel como si fuese otra hija, ella sabía lo mucho que Ziel se esforzaba por ayudarnos. 

Nos sentamos en la primera fila y escuchamos como el padre le daba las últimas bendiciones, pero yo no podía concentrarme en su voz. Mi mente repasaba cada momento que había vivido junto a mi amigo, haciendo que un agujero profundo se abriese en mí. Él no merecía morir.

No lloré siquiera una lágrima. Todos tienen la idea de que el dolor se ve cuando aquellas gotas de agua caen de nuestros ojos, pero yo no pensaba igual. El dolor que sentía era diferente, tan violento y cruel que ni las lágrimas podrían expresarlo, y como si sintiesen vergüenza, mis ojos se quedaron secos.

No subí a dar ningún discurso ni a decir unas últimas palabras. No podía. No podía siquiera mirar. Ziel y Liam se encargaron de todo, y cuando la ceremonia acabó avisaron que darían dos días de luto, por lo que no tendríamos que ir a la base hasta el miércoles. Cuando todo terminó, me acerqué lentamente a la tumba y dejé en ella la flor que había llevado. Una Alstroemeria, la flor de la amistad. Me di la vuelta y volvimos al auto con la mirada en el suelo. Me asfixiaba lentamente. Nos dirigimos a casa y en cuanto llegamos, me tiré en mi cama y me quedé mirando el techo por horas preguntándome porque era que la vida era tan injusta, y luego me quedé dormido, pero tampoco en mis sueños encontré respuesta.


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No me olvides #OLVIDADOS#3 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora