Amanda Hills.
Hermosa. Inteligente. Adinerada.
Simplemente perfecta. O al menos eso pensaban todos.
Después de finalmente aceptar que Aris Baner no era el chico para ella, Amanda se esfuerza por mantener las apariencias y seguir con su perfecta v...
La enfermera trató de tranquilizarme, pero no lo lograría. Necesitaba ver a mi bebe.
Intenté ponerme de pie y me arranqué la mascara de oxigeno para luego salir de allí.
En el pasillo se encontraba Christian.
-Dónde está? Dónde está Leia?- pregunté aún sintiéndome mareada.
Christian se acercó a mí y me sentó en una silla. Vi en sus ojos que algo terrible había pasado.
-Dilo- le supliqué.
-Se han llevado a Leia. Zarah está herida, ella vió a los hombres. Estamos tratando de localizarla desde hace varios días pero...-
-Días?-
-Te sedaron por 3 días. Sufriste varias crisis respiratorias por el humo- me explicó.
Me puse de pie de golpe.
-Dónde está Liam?- pregunté.
-En la base, tratando de rastrearla-
-Iré para allá-
-No puedes, no te han dado de alta- respondió intentando detenerme, pero quien podría detener a una madre que buscaba desesperadamente a su hija?
-Tengo que encontrar a mi hija, Christian- le dije mirándolo a los ojos.
-La encontraremos- respondió soltándome.
Nos subimos al auto a pesar de que los médicos me habían recomendado que me quedara, pero no podía quedarme allí un segundo más.
Necesitaba encontrarla.
Una vez entramos a la base, corrí hacia Liam que me abrazó con fuerza. Su hombro estaba herido por el incendio.
Zarah también estaba allí con Aris. Al verme, empezó a llorar. La abracé.
-Lo siento tanto...- dijo hundiendo su rostro en mi cuello.
-No es tu culpa- susurré.
Me explicó entonces todo lo que había visto y lo que había pasado, pero no teníamos ninguna pista.
Zarah me entregó el pequeño brazalete que llevaba mi hija. Se había caído cuando se la habían llevado.
Me sentía perdida, como si acabasen de arrancarme el corazón.
Había sido mi culpa. Había sido ilusa al pensar que todo estaba bien y que podría tener una vida normal con una linda familia. Todo eso era una mentira.
Yo seguía siendo líder de una banda narcotraficante y el peligro me acompañaba a cada paso. Había sido ingenua al pensar que eso cambiaría.
PUNTO DE VISTA DE
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A pesar de la esperanza de Ziel, todos en la base sabíamos que el caso estaba perdido.
No teníamos pistas, ni sospechosos, y aquella niña podía encontrarse en cualquier lugar. Pero Ziel continuaba teniendo toda la esperanza del mundo sin importar cuántos días pasaran.
Pero pasó un año.
Un año de búsqueda, de rastreos...
Un año de incertidumbre, y luego otro y otro.
Leia no apareció.
Nuestras vidas siguieron su rumbo. Yo logré volverme artista y vivir de mi arte. Ya no necesitaba el dinero de mis padres, ni tampoco su apellido, lo había logrado, y por mi propio mérito. Me había mudado con Christian, que seguía manejando la banda, mientras que Aris y Zarah habían hecho lo mismo. Aris se volvió un escritor famoso en muy poco tiempo, y Zarah estaba a punto de graduase como psicóloga. La banda seguía como siempre, a excepción de que muchos integrantes se retiraron y otros se integraron, Tyler y Artemisa también terminaron por casarse.
Al principio, todos pensamos que Ziel nunca superaría la perdida de su hija, pero con los años, logró controlar su dolor, aunque su sonrisa había cambiado. Ya no era la misma Ziel.
Se había negado a tener más hijos. Liam y ella decidieron marcharse de Nueva York y empezaron viajar. Enviaban fotos en Roma, en Tokyo, en Cartagena...
Parecían una feliz pareja dandole la vuelta al mundo, pero yo sabía que lo que querían, era huir. Huir de todo lo que habían sufrido. De esos recuerdos que los torturaban.
Nunca olvidaríamos a la pequeña Leia, y todos nos preguntábamos, dónde estaría en realidad.
