10. Mala suerte

4.8K 685 492
                                    

Las vacaciones estaban a punto de terminar y Jaemin sentía que no había hecho nada para disfrutarlas. Pasarse todo el día llorando por su ex era una puta mierda con la cual quería terminar. 

   Dado a que todavía le quedaban dos semanas libres antes de entrar a la universidad, se inscribió en un curso de boxeo. Pensó que lo ayudaría a desahogar toda la furia que sentía por dentro. Esperaba que golpear un saco de arena con los puños lo ayudara a sentirse mejor. 

   Hizo su maleta llevando consigo las cosas que creía necesarias y salió de ese apartamento que tantos dolores de cabeza le traía. Tomó un taxi y se dirigió al gimnasio, sintiéndose ligeramente ansioso. Sólo esperaba que su entrenador tuviera paciencia con él, pues era la primera vez que formalmente practicaba un deporte. 

   Después de cinco minutos el taxista lo dejó en su destino. Jaemin suspiró y caminó directo alas puertas automáticas. Una señorita en la recepción le ofreció una semana de membresía para probar y lo hizo entrar a la sala en donde había un enorme ring (suponía que para los profesionales) y al menos diez sacos de box colgados alrededor en una plataforma baja. Era un alivio que no hubiera mucha gente a esa hora. 

   —Jae, ¿Qué haces aquí?

   Sintiéndose estupefacto de que alguien supiera su nombre en un lugar que no conocía, Jaemin giró sobre los talones y se encontró con Mark, el amigo más cercano de Jeno que iba con ellos en el Instituto. A decir verdad también era amigo suyo, pero como lo era más de él, lo identificaba mejor así.

   ¿En serio él tenía que ser el entrenador?

   — ¿Qué pasa, Mark? —Jaemin sonrió y caminó hacia al costal de al lado donde Mark estaba recargado—. ¿También vienes a entrenar?

   —En realidad soy yo el que entrena —confesó, bajo su atenta mirada—. Este es mi trabajo temporal.

   —Fantástico.

   — ¿Es tu primer día? —Mark le preguntó con curiosidad—, ¿Quieres que te dé algunas lecciones?

   Lo que quería era que Jeno dejara de estar presente en cada espacio de su maldita vida. Pero, por mucho que lo deseara Mark no tenía la culpa de su estúpida mala suerte. 

   —Claro. 

   —Entonces deja tus cosas en el locker para que podamos comenzar. 

   Jaemin asintió y se apresuró a guardar sus cosas. Dejó la botella de agua afuera por si acaso le daba sed y regresó a donde se encontraba Mark, vendándose las manos.

   —No vamos a ir directamente a los golpes, porque primero necesitas calentar, pero voy a vendarte las manos de todas formas, ¿está bien?

   —De acuerdo.

   Mark se acercó hacia él y le sonrió con cortesía. Jaemin tendió sus manos al frente y esperó a que iniciara con su tarea, sin embargo, la mirada fija de su nuevo entrenador sobre estas lo hizo sentirse un poco desconcertado.

   —Oh disculpa, no me he cortado las uñas desde hace mucho —a lo mejor le causaba conflicto que las tuviera un poco largas. A Jaemin no le gustaban así pero últimamente tenía la cabeza tan fuera de lugar, que se olvidaba de hacer las cosas más simples.

   —No, no es eso —Mark frunció el ceño, tomando su mano derecha y acariciando su dedo anular sin razón aparente—. ¿Dónde está tu anillo?

   Jaemin palideció, ¿había escuchado bien? ¿Mark le había preguntado por su anillo?

   — ¿Qué? —apartó su mano como si el toque repentinamente quemara—. ¿D-de qué hablas?

   —Oh mierda, no me digas que Jeno aún no te lo pidió y yo ya lo arruiné todo.

Move On |NoMinWhere stories live. Discover now