21. Por el hombre que amaba

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No se sentía presente, su cuerpo físicamente estaba ahí, su corazón latía con fuerza e incluso sus ojos permanecían abiertos, pero él, él...

Simplemente no estaba.

   Jaemin por momentos no sabía exactamente que dominaba con más fuerza en su interior; si la rabia, la tristeza o el miedo. 

   Jeno había dejado de hablar desde hacía un buen rato. Justo cuando las últimas palabras que lo llevarían al borde del colapso y la locura, hicieron eco en las cuatro paredes de su departamento.

   "Creo que me acosté con tu mejor amiga".

   Lo peor para Jaemin era precisamente eso. Que ni él mismo tenía la certeza de si lo había hecho o no; entonces ¿Qué hechos odiar?, Jeno estaba tan asustado, con la cara entre las manos y el llanto llenando la noche, que se estaba volviendo loco. 

   Jaemin también tenía ganas de llorar, pero por extraño que parezca, no podía hacerlo. Lo había hecho tanto durante los últimos días que sospechaba, se había quedado vacío. Incluso aun en medio de su confusión, quería acercarse a Jeno para decirle un montón de cosas que reconfortaran su corazón y calmaran su alma, pero no sabía cómo empezar.

   Ya no sabía que sentir.

   Sus ojos miraron con detenimiento al hombre que por tres años de su vida, lo había hecho sentir como en un auténtico cuento de hadas. Jeno, el amor de su vida, la persona quién durante tanto tiempo lo había protegido de todo lo malo, que había sido su escudo, su amigo, su confidente, el amante ideal, estaba sentado en una silla a mitad de la madrugada, con la cabeza agachada y las lágrimas bañando su rostro, porque las personas que se suponían debían cuidarlo, lo rompieron sin piedad.

   Su amor, que creía fuerte e inquebrantable, había sido víctima de una de las peores y más bajas jugadas que el destino pudo haberles hecho. Y es que, ¿en qué cabeza eso podía sonar posible? Las amistades que se hacen a lo largo de los años y que se forjan con confianza, amor y respeto, son aquellas de las que más cosas buenas se esperan. Jaemin nunca había tenido una amiga como Dahyun. Ella estuvo para él desde antes de que Jeno apareciera en su vida. Siempre lo escuchaba, aconsejaba, y cuidaba, como si fuera su hermano menor. Tenía la confianza de contarle todo, desde las cosas que lo hacían feliz, hasta las que le quitaban el sueño.

   Jaemin era ligeramente consiente de toda la envidia y el rencor que su relación acarreaba con el tiempo. No muchos aceptaban que a su corta edad estuviera tan enamorado y menos de un hombre como Jeno. Sin embargo, él siempre intentó ser objetivo y pasar de los comentarios impertinentes con una sonrisa. Porque creía que no valía la pena detener su vida por un montón de personas que no tenían el valor suficiente para arriesgarse y buscar su propia felicidad.

   No previó hasta qué punto aquello estaba siendo un error tan grande.

   Mark era el amigo más cercano de Jeno y Jaemin lo aceptaba, estaba bien con eso. Reconocía que a veces había algo en él que no lo dejaba tranquilo, como cuando lo descubría mirándolo fijamente o cuando escuchaba que le decía a Jeno que su vida era "aburrida y sin sentido". Sin embargo, no decía nada, porque creía que sólo bromeaba, que en realidad no lo estaba diciendo con intención de molestar, sino como una broma.

   Y nuevamente se equivocó. Mark, al igual que Dahyun no era lo que ninguno de ellos pensó. 

   Jaemin de nuevo quería gritar, quería llorar... Pero, no podía.

   Apartó la mirada de Jeno, que estaba tratando de calmarse, poniéndose de pie. No sabía en qué momento él había terminado en la cocina, pero eso era lo de menos. Jaemin estaba tan desconcertado, que ni siquiera era consciente de los movimientos de su cuerpo.

Move On |NoMinWhere stories live. Discover now