La nueva llegada || Hazbin Hotel X Oc

2

Zenda

— Oh...Pobrecita humana, debe estar asustada —me abrazaba mientras acariciaba mi pelo, Charlie.—. Tranquila.

Me separé tratando de ser cuidadosa.

— No estoy asustada, al principio sí pero creo que estoy en un lugar seguro —miré a los presentes en busca de una respuesta positiva—y no me haran daño, ¿Verdad?

— Escucha, podrías quedarte hasta que hallemos una forma de devolverte a tu mundo, es decir, el mundo humano.

Asentí eufórica.

— ¿Piensan cuidar de una patética humana? —bebió de la botella y río— ¡¿Que clase de puta broma es esta?!

— ¡Husk! ¡Sé amable!—Pidió Niffty.

Revoleó los ojos y volvió a beber de la botella, ingorandonos completamente.

— Debe haber alguna explicación de porqué estaba abierto ese portal...Pero concuerdo con Vaggie. Te quedarás aquí, bajo la protección del Hazbin Hotel y podrías ayudarnos con la atención mientras averiguamos tu caso.

Asentí agradecida.

— Realmente muchas gracias. Se los agradezco.

— Oigan, idiotas hay un problema. Es una humana.—Habló desinteresado  mientras se veía las uñas.

— Si pude pegarme unos tontos cuernos, una cola y ocultar mi rostro y llegar hasta aquí, no creo que haya problema.

— ¡Eso es! ¡Te disfrazaremos!

— Gracias. Oh y con respecto al hotel, antes trabajé en uno, es...sencillo —sonreí a medias.

Charlie me estrechó la mano contenta y yo acepté con gusto.

— ¡Es un trato!

— Es un trato.—Repetí, cerrando la propuesta.

— Bien. Iré a conseguir algunas cosas que ponerte, ¡No te muevas! —Ordenó severa Vaggie.

— Aunque lo digas no creo hacerlo...Je.

— ¡Cuéntame como es allá! —Pidió Charlie emocionada.

— Uhm...Difícil, creo.

— Eh, Dulzura no tienes pinta de ser una niña buena —acercó peligrosamente su rostro al mío el cual lo empujé con mi mano.

— No lo soy, tonta araña.

Este mostró total interes en mí.

— Cuéntame...Estoy intrigado por la "niña mala".

Mi cara mostraba total odio hacia su comentario.

—Nada importante, he robado algunas cosas pero me dedico más que nada a matar las personas por dinero. Se les llama sicario.

— Vaya...Creo que de todas formas hubieras terminado aquí —rió nerviosa la rubia—. ¡Esta es tú oportunidad de remediarlo! ¡Te curaremos!

—Pero no soy un demonio.

— Pero no importa, lo haremos igual.

—Pero no quiero.

— ¡De todas formas lo haremos!

Se veía decidida y feliz, no iba arruinarle eso.

Suspiré.

— De acuerdo...Sería otra forma de agradecerte por...Esto, supongo.

Hablé en la situación en la que me encontraba.

— Sigues oliendo mal —me tomó de mis manos y me arrastró escaleras arriba— ¡Te daré un baño hasta que regrese Vaggie con las cosas!

Miré a Charlie y esta asintió levantando su pulgar.

Volví a mirar a la pequeña demonio que tiraba de mi con fuerza.

Para ser unos demonios, al menos en este edificio, todos estaban alegres, la mayoría del tiempo. Me agradaba.

Entramos a una habitación y oh Dios mío, era grande y espaciosa. ¡Era como estar en un hotel 5 estrellas! Con el detalle de que estaba decorado con partes y huesos de demonios, algo destrozado.

Niffty abrió otra puerta, la cual era la del baño. Esperé unos minutos sentada en la cómoda cama hasta que me nombró diciendo que entre.

El agua, que tenia un color algo peculiar estaba caliente, empecé a desvestirme y me sumergi en la tina. Niffty empezó a bañarme. Que agradable sensación...

— Hace cuanto no recibía tanta atención...

— Nunca duché a un humano, esta es mi primera vez, ¡Que emoción! ¡Gracias!

Reí corta.

— De nada, supongo...

— Wow, tienes el pelo muy suave. Oh, te quitaré la cosa viscosa que tienes en la cabeza.

— Por favor...Es lo único que encontré para pegarlos.

— Esto es algo de moco y sangre de un demonio el cual es una peste en este mundo.

Abrí mis ojos asustada.

— ¡¿Qué?!

— Descuida —rió tierna—. Ya te lo quité, y por suerte no lo tuviste demasiado tiempo.

•••
¡Hola y adiós!