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Zenda

— Vaya, eso si fue veloz.

Sonreí de costado algo asustada.

— Niffty...¿No crees que son...demasiados? —era una inmensa pila de papeles.

— Mmm...No, no lo creo —sonrió.

Suspiré y extendí mis brazos aceptando todos los folletos.

— Vamonos dulzura, hora de trabajar y mostrar un poco de piel para llamar la atención.

— ¿Qué?— Pregunté estupefacta.

— ¡Adiós niñas!

Este me empujó prácticamente hacia la puerta y una vez que estuve fuera la cerró.

Suspiró feliz.

— Bien. Vayamos al centro y empecemos.

— ¿Sabes que? Tu eres una especie de araña y tienes brazos  —le pasé todos los folletos—, llevalas tú.

Me limpié las manos y caminé despreocupada.

— Tch. Te estás aprovechando niñita.

— Eh, sh. Silencio y a trabajar, Ángel Dust.

Este rodó los ojos y yo reía por sus expresiones.

Mientras caminábamos yo admiraba todo a mi alrededor, el cielo, los demonios, los cuerpos, los edificios, todo y absolutamente todo. Era increíble.

— Descuida, si te gusta puedes suicidarte para venir antes, de todas formas caeras aquí.

— ¿Y qué si no?

— Me aseguraré  yo mismo de que eso pase —Sonrió  arrogante—. Después de todo, no todos los días encuentras semejante obra del diablo.

— Escucha, Ángel...¿Como es todo esto? Es decir, tu eres una especie de araña después esta el gato ese y el bicho y-

Este empezó a reírse a carcajadas.

— Eres todo un banquete, Zenda —continuó riendo y luego fue parando despacio para continuar hablando—. Un bicho, que gracioso... En fin, no lo se. Hay algunos que suponen que como viviste es la forma que adaptas, o mueres o no sé. Sinceramente no es de mi interés, soy todo un bombón así como soy.

— Ciertamente lo eres.

Este sonrio satisfactecho.

— Bien, llegamos. Hora de actuar.

—¿Que haremos específicamente?

—Dejame arreglarte un poco esto —empezó a rasgar mi vestido dejando a la vista mi pecho, algo de mi estómago y piernas junto con mi trasero—. Mucho mejor, vaya...Los humanos si que deben pasarla bien contigo ¿Eh? —me guiñó el ojo mientras me codeaba.

— Eso creo. ¿En qué afectaría mi vestimenta exac-

— Hola, ¿Cuanto la hora?

Mire incrédula a este demonio que apareció de la nada.

— Oh no, no, estamos haciendo publicidad, si vienes a nuestro hotel —le entregó el folleto— ¡Podras ver a este dulzura todos los condenados  días de tu vida!

— Todo por ver ese cuerpecito...Mmm

Me repugna ver cómo se relame y fantasea, este tomo el folleto y se fue no sin antes echarme una buena mirada.

— Ya veo tu estrategia, interesante. Funciona. ¡Bien! ¡En marcha!

— Crei que te molestaría, vaya.—confesó sorprendido.

《En realidad un poco, sí. 》 pero no puedo decirle eso.

Negué suave.

— ¡Por supuesto que no! Me sube el autoestima, je. Además...Alguien una vez me dijo, si tienes algo hay que mostrarlo.

— Debo admitirlo Zenda, eres extraña pero aquí, en el infierno no te llevarías nada mal...Este es tu lugar.

— Debo sacarle provecho a esto y entender, después de todo voy a terminar aquí y sería bueno ya conocer el área.

— Me intrigas cada vez más y mi interés crece —pasó su brazo por mis hombros— ¡Vamos nena! ¡Hagamos nuestro trabajo!

— ¡Con mucho gusto! Oh, espera. ¿Charlie no se enfadará la descubrir en la forma en que estamos haciendo publicidad?

— No tiene porqué enterarse —me guiñó el ojo y yo hice lo mismo entendiendo su referencia.

(...)

Alastor

Oh, con que...¡Haha! Ahora todo tiene sentido...Será todo un placer conocer y aprender de ti, pequeña...

Después de todo, serás mi diversión personal.
Oportunidades como esta rara vez aparecen, veamos que tan malditamente mal pueden salir las cosas...

Me sonrisa se ensanchó maliciosamente y unas risas se escucharon de fondo.
Era hora. Se estaba tornando un poco aburrido aquí abajo...

•••
¡Hola y adiós

La nueva llegada || Hazbin Hotel X OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora