La nueva llegada || Hazbin Hotel X Oc

21

Zenda

— Ahora lo entiendes, ¿Verdad? —chasqueó sus dedos y las imágenes que vi de nosotros en el sofá se esfumaron.

— Aún no termino de digerir todo esto...

—Eva, cuanto más tiempo estemos solos y juntos mayor será la tentación, y digamos que no soy alguien difícil de ceder ante los deseos...

— Necesito entender, por favor...

— Eva, no creo que entiendas lo que provocas en mí  y las consecuencias que hay. Tú, y por más que me cueste admitirlo, tienes un poder en mi, puedes increíblemente tentarme. Puedes provocarme, tienes el poder que nadie puede obtener. Control sobre mi.

— ¿Tentarte? ¿Jugar contigo?

—Dejame mostrarte —unas imágenes aparecieron y vi al mismísimo Lucifer con otra mujer—. Cuando Adán y Eva, estuvieron en la tierra yo no fui el culpable.

— ¿A que te refieres?

— Eva, es una persona sorprendente. Ella, al ver la manzana decidió  morderla, saborearla yo lo único que hice fue estar presente. Le dije, lo que significaba morder la manzana, los placeres de la vida y ella, estaba fascinada.

—¿Pero y Lilith?

—Espera...Con Lilith iba todo de maravilla era una mujer que nunca vi, era independiente, fuerte y la futura madre de los demonios pero Eva...Eva era tan pura, por así decirlo de una manera. Era un pecado, una tentación una de mis favoritas y yo era uno de los suyos claramente. Ambos caímos a la tentación del otro, ante las provocaciones y deseos, volviéndonos amantes. La amaba con locura, como deseaba ser tentada y caer conmigo...Adán era un patán no servía para nada, Eva me... —se detuvo un momento—. Olvidalo. En resumen, Eva y yo estábamos destinados a estar juntos en el camino de la lujuria y deseo.

— Pero tenías a Lilith, no lo entiendo.

—Querida, Lilith es increíble como ya dije pero, una manzana inocente dispuesta y deseosa de querer ser mordida es algo mucho más tentador. No sé cómo explicarte el sentimiento que teníamos. Sigo teniendo. Por cosas del destino, o de Dios mejor dicho, nos separamos por muchos años y sé por mis informantes que ella trataba de llegar a mi con rituales y demás cosas pero, moría en el intento y claramente el espíritu de Eva no iba a terminar aquí, entonces iba de cuerpo en cuerpo hasta que llegaste a mis brazos...

—¿Por eso siento estas ganas de pecar a cada rato? ¿Esta sensación de cuando te veo?

—Exacto, es la conexión que tenemos con Eva. Contigo, en estos momentos y yo, no quiero caer ante tales pecados, estoy bien ahora pero contigo en frente mi querida Eva...Sentir tu presencia, recordar los momentos y sensaciones...

No pude contenerme. Me lancé a sus brazos besandolo desesperadamente. Me separé por la falta de aire y agitada hablé:

—Esta bien, Lucifer. Estoy dispuesta a pecar por ti solo... —mi cuerpo empezaba a quemar—. Siento tanto calor y dolor en este momento, quiero que lo calmes.

—¿Sientes ese dolor? Es una pequeña maldición que quiso que hagamos —rió—, quería ver que tan fuerte era ante la tentación, que tanto resistía en mi presencia. Dejame ayudarte con ese pequeño dolor, que este sea nuestro secreto, Eva.

Mordió mis labios ansioso.

— Te he extrañado tanto...

— callate y bésame de una vez, Lucifer.

(...)

— ¿Que he hecho?

—Caer en la tentación.

Lo fulmine con la mirada.

— Solo dije lo obvio y respondí a tu pregunta.

—Soy una zorra.

—De las mejores —sonrió y lo miré enojada—. Espero haber respondido tus preguntas, Eva. Si me disculpas debo irme, tengo invitados que atender y un reino que dirigir. Estaré esperándote de nuevo, sabes que siempre estoy dispuesto contigo.

Me desplomé en el sofá con mis manos sosteniendo mi cabeza analizando todo lo que había pasado.

Eva y Lucifer eran amantes, pero no cualquiera, de los buenos y fuertes. Se provocaban una y otra vez y lo disfrutaban, mierda que lo hacían...

Y yo me acabo de acostar con Satán. ¡Con el puto diablo! Pero se sintió tan bien...El calor recorrer mi cuerpo y sus manos en to- ¡No, no!

No puedo permitirme volver a caer en la tentación. No voy a jugar a este juego.

•••
¡hola y adiós!