Y el ganador es...

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Oigo el taconeo de mis pisadas juntos con las de Lynn. Camino por los amplios pasillos del teatro. Mi pulso aumenta, al igual que mi respiración. Estoy convencida de que me sacará tiesa un cuerpo de paramédicos, sea la ganadora o no. Sé que la fregué hace rato, pero los jueces deben, o deberían de enfocarse, es en mi actuación en el escenario y no en la nefasta actuación que hice después de este. Mis entrañas se retuercen y una extraña sensación me abrasa la piel. Demasiadas emociones para mí. Todos me piden que la procese a la velocidad de la luz. Y no puedo hacer eso, necesito tiempo y espacio. Aparte de una buena dosis de cordura.

Sé que tengo una conversación pendiente con mi padre y mi maestra Mary, aclarar algunas cosas con mis amigos, destripar a una víbora y, por último, resolver mi problema con Wrathly. No debí de haberle pegado, es mi primer y mi único amor. Si cada vez que me dé un ataque de celos voy a pegarle, mi relación está destinada al fracaso. Dejé que Mady se metiera en mi mente. Es como cuando ves una película, en donde sabes que detrás de esa puerta le espera algo malo al protagonista y aun así terminas gritando cuando hace lo que sabías que haría. Estoy al tanto que ella me dará guerra sin cuartel. No es mi amiga. Me lo ha dado a entender hasta por señales de humo. Estamos en batalla, no puedo esperar tratados de paz ni conciliación. ¿Y si por mi idiotez, Wrathly decide darle una oportunidad?

Se me estruja el corazón ante aquella pregunta; mis ánimos se caen por el piso ante tan tediosa perspectiva. Nunca pensé que me llegaría a enamorar y menos que me comportaría de esta manera. Siempre visualizaba mi primer romance como un amor de época. Lineal y armonioso. Sin embargo, esto ha sido lo más serpenteante y aguerrido que he tenido que lidiar. No cambiaria a Wrathly. Reconozco que el flechazo fue rápido, como un rayo cuando te impacta. Para mi padre, soy muy joven para comprender todas las caras y facetas del amor, pero esto no se basa en aprenderse el manual (uno inexistente, la verdad sea dicha), si no en asimilar y vivir esa sensación que pone a los sentimientos a mil por hora.

Desde que lo conocí, fue en unos de los peores días de mi vida y me ha dado un respiro gratificante. Con su melodía pudo hacerme recordar que la música es un bálsamo. Sin saberlo, me dio lo que necesitaba, esto provocó en mi corazón una revolución. Yo no sé mucho sobre el amor, pero estoy segura de lo que siento. Solo sé que este cambia a las personas, para bien o para mal. El amor que Wrathly desde el principio me ha demostrado, es algo diferente e imposible de clasificar o catalogar. Su presencia ha sacado cosas de mi personalidad que desconocía y me ha dado la determinación de querer luchar por él. Estoy convencida de que me enamoré de él muy deprisa, que la he cagado en varias ocasiones, pero nunca, nunca, he dejado de quererle. Esta convicción en mis sentimientos por este joven, provoca que se me erice la piel.

Es aterrador, pero así es el amor.

El amor es una sombra que te envuelve, una verdad que te consume. Un estremecimiento que te hace tambalear; una energía que cambia los colores establecidos en tu vida, porque el amor nos impacta de una manera intensa e irremediable. Aunque solo cambiaria una cosa... la amistad de Wrathly con la víbora de Mady. Una oleada de furia me invade por dentro. Cuando todo esto acabe, volveré a tener una conversación con ella, con él a mi lado.

Pienso llevarla a mi terreno para que se dé cuenta de una vez por todas, que Wrathly no está con ella porque él así lo desea. Y anhelo con todo mi corazón se vaya bien lejos a curarse las heridas y que nunca regrese. Sonrío con cara de enamorada, cuando mis pensamientos empiezan a grabarse con fuego en mi mente y corazón. No obstante, el bullicio de las personas, mezclado con la música de fondo, se torna más audible, me saca a patadas de mis cavilaciones, y cerca del umbral de una sala enorme, Lynn se detiene.

—¿Hasta cuándo estarás molesta con nosotros, Peach? —cuestiona con la frente un poco arrugada.

Me río y sacudo la cabeza, busco tiempo, pues su pregunta me agarró fuera de base. Lynn pone los ojos en blanco y conociéndola, sé que no me dejará en paz hasta que hayamos resuelto nuestro problema.

Soldat Donde viven las historias. Descúbrelo ahora