VI

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Taehyung pocas veces se encontraba furioso, era muy raro ver al chico de esa manera, solo cuando las cosas de verdad lo ameritan, sacaba su lado no tan... agradable.

Justo como en este momento.

Así que sin importarle los gritos y súplicas de su novia, llegó a la mansión de los Jeon. Golpeó la puerta desesperadamente hasta que alguno de sus familiares o el mismísimo Jungkook se hiciera presente en la entrada. Pero antes, dedujo que era probable que sus padres no estuvieran pues no se encontraban autos estacionados por ningún lugar, excepto uno, y claramente se trataba de Jungkook.

La sirvienta de la familia abrió la puerta y Taehyung la hizo a un lado preguntándole miles de veces en donde estaba metido Jeon, la señora en medio de los nervios, le dijo. Kim subió hasta el gimnasio que era totalmente de Jungkook, era lo único que le preocupaba, verse bien para el mismo y que las demás chicas que siempre deseaba, cayeran ante sus encantos. Tal cual le pasó a Haneul.

Taehyung tuvo ventaja cuando notó que el otro chico utilizaba audífonos por lo tanto parecía no percatarse de lo que sucedía a su alrededor o que ruidos provenían de cualquier parte. Kim lo miró correr en el aparato y tuvo la magnífica idea de estirar su pie causando que Jungkook cayera y se diera contra la mejilla muy fuerte. Rápidamente se deshizo de los audífonos y se levantó furioso por lo que había causado Taehyung, los dos se miraban de maneras distintas. Kim furioso por haber tocado a Hanuel cuando ella había dicho que no y Jungkook, de manera burlona porque ya sabía a donde iba todo ese escándalo.

Llevó sus dedos largos hasta el lugar del golpe percatándose que sangraba un poco por el corte que ocasionó la caída, soltó una risita sarcástica y negó con la cabeza con lentitud.

— Kim Taehyung, ¿que te trae por aquí? — Enmarcó el nombre, dejando caer sus brazos a cada costado. Le dio una mirada y después se estiró para tomar la botella de agua que se encontraba en el borde de la ventana, la abrió y bebió en tan solo segundos. Algunas gotas realizaron un camino por todo su cuello hasta desaparecer por su abdomen trabajado.

— Tú y yo sabemos el porque.

— Ah, Haneul, Haneul... esa chica preciosa que solía encantarme — Sonrió y lanzó la botella de plástico al pequeño bote de la basura — No puedo creer que ya te fue con el chisme, es impresiónate. Aunque ya haya pasado un año, pensé que te enterarías de inmediato.

Kim no quería recibir las palabras por parte suya, solo se acercó de manera lenta y estampó su puño sobre el rostro del peli negro que logró tambalearse pero seguía riendo como un loco.

— Ah, eso dolió. Pero nada de esos golpes quitará el hecho de que me haya metido con Hanuel. Si tan solo hubieras mirado como lloraba, gritaba y me suplicaba que parara, me causa... alegría. Si, eso. Ella era feliz conmigo, Taehyung, pero la alejaste, y vaya, conseguiste lo que tanto deseabas. Ser su novio — Dijo, presionado su nariz donde salía sangre sin parar.

Taehyung volvió a golpearlo, esta vez se armó la pelea de manera oficial donde los dos tiraban golpes. Pero Kim llevaba ventaja, a pesar de que Jeon tenía más masa muscular, parecía que el día de hoy no tenía fuerzas para luchar contra Kim, quien claramente se encontraba furioso y de ese ambiente sería difícil despegarlo.

Mientras que por otro lado, Haneul se encontraba nerviosa esperando en el auto, Taehyung le había dicho que solo sería un momento que necesitaba con Jeon y listo. Pero había tardado, demasiado, miró a todo su alrededor y no había más autos, solo el de Jeon. Parecía estar solitaria la gigantesca. La chica soltó un suspiro y salió del auto, sus zapatos de tacón resonaban a cada paso pero los detuvo cuando lun vehículo ajeno se hizo presente frente a ella. Negro matte, cristales polarizados y deportivo, una buena combinación de aquella preciosura de auto que le había encantado.

De el, bajo un hombre trajeado de cabello negro con perforaciones en sus orejas y un cigarillo entre sus abultados labios. Sin perderla de vista abotonaba su traje y caminaba en dirección a ella como si se tratara de una pasarela de modas. Lo más curioso es que Haneul sabía perfectamente que ya había visto en algún otro lugar a ese hombre.

Sus músculos se estiraron creando una sonrisa coqueta en cuanto llegó.

— Mucho gusto, Park Jimin — Le extendió su mano, Haneul algo confundida le respondió el saludo. ¿Como olvidarlo? Era aquel tipo de la discoteca que había asistido con sus demás amigos y Taehyung.

— Creo que te conozco de algún lugar — Decidió decirle para verificar que fuera cierto, aquella noche estaba en proceso de estar ebria así que probablemente lo estaba confundiendo. Mientras que Jimin recorrió todo su cuerpo y pasaba su lengua por sus labios en un movimiento lento y coqueto.

— Claro, Haneul, nos vimos en aquella discoteca — Él ahora observaba su rostro con detenimiento, le había encantado, en verdad. Sus ojos verde miel, cabello lacio y rubio y por supuesto, un cuerpo espectacular. Tal y como le gustaban a Park. No había duda que la necesitaba.

— Si, ¿que haces por aquí?

— Está es mi casa — Soltó el humo grisáceo, pero Haneul sabía que él mentía porque no era así, el hogar es de la familia Jeon quienes nunca venderían tal propiedad debido a qué pasó por muchas generaciones.

— Oh, ya veo — Decidió fingir que le creía.

En ese momento, Kim Taehyung salió disparado de la casa con algunos pequeños golpes en su bonito rostro, aún con la furia carcomiéndole.

— ¡Taehyung! — Exclamó caminado en dirección a él, tomó su rostro entre sus manos y observó sus golpes.

— Estoy bien, él quedó mucho peor y ten en cuenta que nunca más volverá a acercarse a ti, preciosa — Besó sus labios cortamente, Jungkook se había quedado en el suelo del gimnasio tratando de reponer el aire que tanto necesitaban sus pulmones.

Jimin seguía detrás de ellos mirándolos con una sonrisa perversa, el cigarillo seguía en sus labios y de vez en cuando expulsaba el humo.

— Vámonos — Le susurró a Taehyung, por alguna razón aquel hombre le causó un escalofrío por todo el cuerpo.

— ¿Quién es? — Le preguntó él, Haneul se encogió de hombros y rodeó el auto para alejarse de esa propiedad y personas.

Pronto nos veremos, linda — Murmuró causalmente mirando como el auto de Kim desaparecía de su vista. Y no dudó en imaginársela en su cama.

 Y no dudó en imaginársela en su cama

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Harlotry | PJMWhere stories live. Discover now