XXXVIII

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Lean la pequeña nota que se encuentra al último.


Haneul salió del estacionamiento totalmente sola y con una sonrisa de triunfo, los hombres que la habían acompañado a realizar aquel acto, debían encargarse de lo que su jefa había hecho. La chica decidió llamar a Park para citarlo en algún lugar y entregarle el regalo que amaría tanto. Como si fuera un niño recibiendo juguetes.

— ¿Pasa algo? — Respondió, al fondo podría percatarse de algunos sonidos raros. Prefirió ignorarlo porque le causaba un escalofrío por todo el cuerpo. Se centró en el camino para no causar un accidente que no deseaba.

— A pesar de que el día de hoy me has golpeado, una vez más — Habló entre dientes, con mucha furia pero disimulando — Decidí que sería bueno obsequiarte algo que te gustará tanto cuando lo veas.

— ¿De que hablas, Haneul? ¿Te sientes bien? — Bromeó, la mencionada colocó los ojos en blanco y se detuvo en un semáforo rojo. Miro por el retrovisor en cuanto escuchó las sirenas de la policía, probablemente alguien había llamado para avisar lo que sucedió, aunque no haya ningún cuerpo para ese entonces.

— Por supuesto, suelen suceder estos cambios y son debido al embarazo. Pero ya, te espero en la mansión principal, sin hombres, Jimin — Trató de escucharse amable y linda para que Park se ilusionara. Haneul sabía que el hombre poco a poco fue y está cayendo ante ella, podía decirse que ahora tenía algunos sentimientos por la chica. A Kang le daba igual, nunca sentiría algo por él. No, no podía permitirlo.

— Bien, te espero en dicho lugar. Solo nosotros dos — Colgó, Haneul sonrió satisfecha por que su plan fue un éxito que llegó a pensar que probablemente no sería así. Pero fue más fácil de lo que pensó, debía estar preparada para lo que vendría. Jimin no se quedaría de brazos cruzados.

Estaba por dar la noche cuando Haneul estaba a nada de llegar a la mansión de Park donde se realizaban cosas terribles, la mayoría de las veces, Jimin, llevaba a sus víctimas a ese lugar para... bueno, depende quienes eran. Algunas personas que le debían dinero o lo habían traicionado, estaba más que claro lo que les hacía. Cada acto era horrible, por lo que al llegar, resonaba la música desde lo lejos. Haneul se molestó enseguida porque le había dejado en claro que no quería personas con él pero era tan probable que ahora mismo se encuentre hasta el tope de ebrio.

Un auto con los vidrios arriba y blindado cerró el paso del suyo. Haneul frunció el ceño y tomó el arma que estaba a un lado de ella, por precaución. Pero en cuanto Jimin bajó del copiloto, se tranquilizó y guardó muy bien el artefacto para que él no se percatara que la llevaba.

Se encontraba ebrio o al menos algo drogado pero en sus cinco sentidos no estaba, aún así, Haneul le entregaría el regalo. Se trataba de lo mismo que él hizo con Taehyung, un dolor que no puede reparar y no cree hacerlo nunca. Todos los días lo recuerda, aquella persona que conoció desde los cinco años, el cual la defendía en cualquier momento y lo más importante: Los recuerdos. Aquellos que nunca olvidaría.

La camioneta de los hombres que acompañaron a Haneul estaba a centímetros de ellos, serían los que le llevarían el regalo. La chica bajó del auto con delicadeza y en ese momento Jimin sonrió en grande y abrió sus brazos para enredarla con ellos. Ella lo hizo, en ese momento pensó si tomaba su arma y disparaba, pero no. No podía hacerlo. Tal vez Park ya contaba con información de donde podría estar su hija.

— ¡Haneul! Me tienes con la intriga desde hace un buen rato, muéstrame el obsequio — Si, efectivamente se encontraba con sustancias tóxicas recorriendo su cuerpo. La chica de cabello rubio miró en dirección a la camioneta y asintió, dando el permiso de bajar y llevarlo hasta donde se encontraban.

Harlotry | PJMWhere stories live. Discover now