XXVI

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La sangre corría por el suelo hasta llegar a sus zapatos de marca Gucci pero no le importó. De todas maneras tendría que quemarlos para no dejar rastro de evidencia o algo parecido. Limpio sus manos llenas de sangre en el saco que llevaba y de tan solo pensar que el líquido espeso también se encontraba en parte de su rostro quiso vomitar. Al menos de esa persona asquerosa no quería sentirla. Sonrió en forma de malicia con verlo en el suelo con cinco perforaciones en su cuerpo.

—Ya saben que hacer—Park les informó a sus hombres quienes sólo asintieron y levantaron el cuerpo del suelo. Jimin se dio la vuelta para entrar a aquella casa donde han sucedido demasiados sucesos horribles. Se encontraba completamente aislada de la ciudad y algo lejos como tanto de Seúl así como de Busan.

Al entrar, vio a Haneul de pie con un vaso de cristal relleno de vodka, su mano temblaba y a pesar de todo lo que había pasado con aquella persona, la quería. Al ver a Jimin bañado de sangre supo que ya había concluido su trabajo y sin querer soltó el vaso cayendo al suelo formando un pequeño estruendo.

—Lo siento tanto, preciosa—Hablo en tono bajo al mismo tiempo que alzaba sus brazos. Haneul empezó a soltar pequeñas lágrimas las cuales se hicieron más constantes con los segundos.

—¿En donde esta?—Susurró sin mirarlo, trago saliva y colocó su mano derecha en jarra mientras que la sobrante cubría su boca.

—Se lo llevaron mis hombres, fueron cinco disparos—Declaró, ella no dijo nada más ni mucho menos lo miró. Jimin tronó su cuello y se dirigió al cuarto de baño para deshacerse de su ropa y darse un buen baño. A pesar de poseer demasiado dinero y que podría comprarse miles de trajes o zapatos de las marcas que él desee, le dolía un poco deshacerse de sus zapatos y traje. Pero era eso o arriesgarse.

Por el lado de Haneul aún seguía sin poder creer que Park lo había matado. Se dejó caer en el sofá cuando sus piernas empezaron a flaquear. Recargó su codo en el brazo de este mientras que con su mano acariciaba su frente.

—Señora Park, ¿se encuentra bien?—Una voz ajena a ella se hizo presente en la sala. Levantó su mirada para encontrarse a cinco hombres de Jimin que portaban sus armas.

—Eh si...gracias, no se preocupen—Su voz se encontraba entrecortada y aunque no se los hizo saber, agradeció el gesto de preocuparse por ella. Limpio sus lágrimas con sus dedos pulgares y acomodó su cabello tratando de hacerse la idea de que lo hecho, hecho esta.

—¿Gusta que le traigamos algo para comer?—Trago saliva en cuanto vio a Park hacer presencia en la sala con solamente una toalla al rededor de su cadera. Todos temían de él y aún más cuando se trataba de Haneul.

—Si, trae hamburguesas. Los demás se quedan aquí—Hablo Jimin entregándoles algunos billetes. Él asintió y salió de la casa no sin antes de dedicarles algunas reverencias.

—Quiero verlo—El tono de voz de Haneul fue duro y alto, su mirada se encontraba en el frente y algo pérdida. Jimin la ignoro dirigiéndose a la habitación para colocarse su vestimenta.

Haneul se levantó del sofá bruscamente para ir en busca de Park, tomó la manija de la habitación y entró a ella de forma brusca. Encontrándose con la gran escena de Jimin junto a una mujer que al parecer lo disfrutaban demasiado. Soltó una risita y salió de la habitación rápidamente cerrando la puerta detrás de su espalda. ¿En que momento había entrado una mujer a la casa? Es decir, ella ni siquiera se había percatado de su presencia o del momento en el que entró.

Salió al gran jardín tomando en el camino un cigarrillo que reposaba en la mesa. Se acercó a uno de los hombres de Park con mucho cuidado.

Harlotry | PJMWhere stories live. Discover now