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Haneul ya no tenía las fuerzas para mantenerse de pie después de que Hoseok la había lastimado demasiado. Fue brusco y ni siquiera le importaba si a ella le dolía o no, él solo buscaba su placer.

Pero eso no era lo peor para ella, cuando llegaba a casa con Jimin, este también lo hacía. Siempre después de Hoseok. Haneul se sentía totalmente destrozada, las fuerzas se le acababan y veía rendirse conforme pasaban los días. Ella solo podía pensar en las personas que la querían mucho y en lo mal que la han de estar pasado. Pero su sufrimiento era mucho peor.




¿Ella sabía que esto sucedería? Todos se encontraban decaídos por Haneul, estaba desaparecida y nadie sabía donde podía estar. La policía llevaba una semana buscándola por barrios, lugares abandonados, calle por calle pero no había nada, no se encontraba ni un rastro de ella.

Sabían que los secuestradores no iban a pedir dinero, porque la querían a ella. Lo sabía tan perfectamente porque a estos días ya lo hubieran hecho. Tan solo pensaba en lo mal que debe estar pasándola.

— ¿Como se encuentra Yeosang? — Preguntó Taehyung a la señora Kang, vio en ella unas ojeras horribles, ojos hinchados y se notaba su cansancio a kilómetros. Se sentía muy mal por todos ellos.

— Horrible es poco cariño, todos los días se culpa. Él dice que es un idiota por no forcejear más con aquellos hombres para poder salvarla— Sus palabras eran lentas. Y la entendía, todos los días lloraba por ella junto a su pijama que solía dejar en casa cuando se reunían para los días de películas — Dios mío Tae, no tienes idea el dolor que siento, algo me dice que ella está sufriendo mucho y no estoy allí para cuidarla —Tuvo la iniciativa de abrazarla, ella se aferró a al chico y no dudaron ningún segundo en romper en llanto.

¿Donde está Haneul?

Le prometo que la encontráremos — Susurró, pero no debía hacer promesas si no estaba seguro de ello. La tristeza que sentía no podía describirla pues su mente se hacía muchas películas ¿ella seguirá en Corea? ¿Estará en el extranjero? Esas preguntas le causaban ansiedad, esperaba que aún siguiera cerca de ellos y no la llevaran a otro lugar alejado. Porque de ser así, nunca la encontrarían.

Ninguno de ellos ha dormido correctamente pero ¿como lo iban hacer? Si todos los días se preguntaban si ella comerá, dormirá bien o que estará haciendo en estos momentos.





Eran las diez de la mañana y la chica no tenía las fuerzas para poder levantarse de la cama. Su cuerpo le dolía a horrores y pudo observar algunas marcas en su vientre y sus pechos. Aún seguía desnuda con solo una sábana tapando su cuerpo y por mas que deseaba levantarse para escapar de él, sabía que sería en vano. Sentía el dolor en cada músculo.

Park Jimin estaba a su lado durmiendo, la sábana le tapaba hasta su cintura y observó aquel rostro que parecía ser todo un ángel pero era lo contrario, se había vuelto una pesadilla los últimos días. Miró el techo recordando su buena vida que tenía a lado de su familia y amigos, todo era perfecto. Pero Jimin llego para jodersela, en pocas palabras. Empezó a sollozar aunque ella no deseaba que salieran las lágrimas. No tenía de otra.

— Joder, deja de lloriquear. Es hora de que te acostumbres — Haneul dio un brinquito por su voz ronca. Cerró los ojos fuertemente al sentir como se levantaba y se colocaba arriba de ella. Sintió su miembro muy cerca de su zona causándome un jadeo involuntario.

La tomó de la barbilla bruscamente y la obligó a que abriera los ojos.

— No saldrás de aquí, metetelo en la cabeza. No volverás a ver a toda tu familia ni amigos o novio, tú vida ahora es esta — La forma de decirlo fue cruel, él la empujaba contra la almohada cada que podía.

Ella no articulo otra palabra más solo se quedó quieta mirándolo, Jimin la beso con fuerza pero Haneul ya ni siquiera se oponía, solo se dejaba llevar. ¿Para que hacerlo si de todos modos no ganaba nada? Él haría lo que quiera con ella.

— Por favor no, me duele el cuerpo — Suplicó al darse cuenta que Jimin quería algo más que besos.

— ¿Y? Ese no es mi problema, si tengo ganas, lo hacemos. No tienes voz para decidir — Susurró en su oído. Haneul trago saliva al sentir sus besos en su cuello.

Eso fue la gota que derramó el vaso, una vez que terminaron la dejo en la cama y debido a la brusquedad, sangró. Cada movimiento que ella hacía era una tortura como si tuviera miles de clavos por todas partes de su cuerpo y al ducharse fue mucho peor el sufrimiento. Sollozaba al ver toda la sangre resbalar por sus piernas.

Jimin entro a la habitación con un conjunto deportivo en sus manos para la chica, la observó acostada con algunos moretones en su cuello. No le causa lástima ni un poquito.

— Levántate, te llevare al centro comercial para que elijas nueva ropa y todo lo que necesites — Lanzó la ropa y tomó asiento en el sofá — Te espero.

Se vistió bajo la mirada de Park que solo se dedica a soltar pequeñas risas por ver a a la chica quejarse del dolor. La admiro por completo cuando termino, aquel conjunto deportivo le quedaba estupendo, su rostro con leves ojeras y sus ojos rojizos.

— Date prisa — Jaló de su brazo para que caminara más rápido. Haneul soltó un quejido por lo brusco que fue.

— No puedo, me duele mucho el cuerpo — Negó con lentitud, Jimin suspiro y sólo asintió.

La cargo entre sus brazos como una princesa y bajo las escaleras rápidamente, la chica no era nada pesada para él. Haneul observó a algunos hombres con traje y armas vigilando la casa mientras dos venían detrás de ellos, cuidando de Jimin por supuesto.

— ¿Estamos en Seúl? — Preguntó en susurro, con miedo a su respuesta.

— No, estamos en Busan — La adentro a la camioneta. Y Haneul no había entendido como de un momento a otro se encontraba fuera de su lugar natal.

 Y Haneul no había entendido como de un momento a otro se encontraba fuera de su lugar natal

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Harlotry | PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora