XXXIX

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Los días fueron pasando y con ellos, la tristeza de Park abundaba en su ser. Nunca pensó sentirse de esa manera por una mujer, pensaba qué tal vez no tendría a una esposa como tal, si no a miles de mujeres detrás de él y las cuales aprovecharía. Como siempre solía hacerlo, pero llego Haneul, aquella chica que era menor de edad en aquel tiempo para cautivarlo y sentirse de manera diferente con tan solo verla a los ojos.

— Pero que... — Yoongi repasó toda la oficina con sus pequeños ojos en segundos, era un asco. Pero no literalmente, papeles regados por todos lados, botellas de alcohol y dos fotografías de Haneul donde en una de ellas tenía a Bora en sus brazos. Estas se encontraban en el escritorio de Jimin, mientras que él solo fumaba su cuarto cigarillo del día con un aspecto horrible. La camiseta blanca ya no era tan... blanca, debido al alcohol que había caído en ella ahora tenía algunas manchas un poco amarillentas, los cuatro primeros botones se encontraban desabrochados, el cabello rubio demasiado despeinado y a lo lejos podía percatarse de que sus ojos estaban inyectados de sangre, tal vez se había drogado o simplemente lloraba por Haneul.

— Vete — Susurró sin mirar a su mejor amigo, Yoongi negó con seriedad y se acercó a él. La oficina apestaba a alcohol y tabaco, era un olor fuerte que tardaría en macharse.

— Jimin, tienes treinta y tres años. No eres un adolescente para comportarte de esta manera, llorando por una mujer. ¿Que mujer? Es una niña, tiene veintidós.

— ¿Es que acaso solo porque ya soy un adulto no tengo sentimientos? Por tus palabras es que estamos así, porque no nos tomamos nada serio. ¡Es Hanuel, Yoongi! Te he explicado miles de veces que ella me tiene así, yo no pedí enamorarme de ella — Soltó con furia, volvió a darle una enorme calada a su cigarillo y sin hacer esfuerzo para salirse el humo, dejo que por si solo saliera.

— ¿Enamorado? Lo siento por lo que te diré, tal vez estás muy mal pero soy realista. Haneul no estará contigo, creo que por lo mucho podrá permitirte ver a Bora y el próximo bebé pero... olvida esa idea de que volverá a ti.

— Ayer me dijiste que me ayudarías con esto, qué tal vez podré pedirle perdón por todo lo que le hice.

— No se trata de un simple "perdón", fueron acciones graves que realizaste contra ella hasta el punto de mandarla al hospital. ¿Como puedes pensar que ella querrá casarte contigo? ¿Acaso crees que ella podrá amarte? No Jimin, lo siento, eres mi mejor amigo pero estoy diciendo la verdad de las cosas — Se encogió de hombros, Park bufó soltando risa sarcástica. Se levantó de su asiento y debido a la rapidez, le vino un fuerte mareo causando que su cuerpo se tambaleara pero logró sostenerse con fuerza.

— Verás que así será, Min. Mejor ve a donde está ella y convéncela, dile que la necesito y le daré todo lo que me pida.

— ¿Has intentando llamarla? — Preguntó mirando a Jimin que caminaba con pequeños tambaleos, había apagado el cigarillo y lo lanzó a cualquier parte de la oficina.

— Si, respondió todas esas veces pero me colgó cuando me escuchaba ebrio — Yoongi negó y lo vio desaparecer de su vista. Era un caso perdido, le dio una última mirada a la oficina sintiéndose mal por ella pues todo se encontraba fuera de lugar, la persona de limpieza tendría mucho trabajo que hacer.

Mientras tanto, Park había llegado a la segunda planta de la gigantesca casa, se dirigía a la habitación donde se deshizo de su camiseta blanca, dispuesto a ir por el teléfono móvil y volver a llamarle.

El timbre sonó dos veces hasta que Haneul respondió la llamada de Park, de manera tranquila le preguntó que era lo que necesitaba.

— Haneul, se que estoy ebrio pero... solo así tuve el valor para decirte todo lo que siento. Perdóname por haberte golpeado tanto, me drogaba demasiado todos los días y eso causaba que desquitara mi furia contigo cuando no tenías culpa de nada —Su cabeza comenzó a dolor. — Nunca...nu... nunca he hecho esto por una mujer, Haneul. Siéntate importante. Ah, lo siento, siéntete.

Harlotry | PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora