Punto de Quiebre

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Últimamente tenían la costumbre de almorzar con Kirishima. Podría ser porque era el único que insistía tanto. De cualquier manera, terminar en el jardín o la azotea, pese a haberse negado, no era nada raro para él en estos días.

Normalmente prefería estar solo, pero si debía estar con alguien Kirishima no era una opción tan horrible. Su presencia la mayoría de las veces pasaba desapercibida si simplemente ignoraba las largas charlas unilaterales en las que se respondía a sí mismo y reía de tonterías. Pero ese día curiosamente no dijo nada estúpido, lo acompañó a la cafetería sin reprenderlo por sus malos modales, lo dejó escoger el lugar para almorzar sin quejarse y no arruinó su buen humor con ningún comentario estúpido.

Parecía infinitamente más concentrado en el cielo y en las cosas mundanas que pasaban a su alrededor y ocasionalmente podía sentir sus ojos caer en él. Ese comportamiento anormal en él solo significaba que estaba pensando en algo y eso había empezado a incomodarlo seriamente alrededor del final de la comida.

El pelirrojo se crispó cuando lo atrapó mirándolo y se apresuró a volver la vista al jardín.

Estaban sentados junto a la pista de atletismo, lejos de dónde solía reunirse el resto, era el lugar perfecto para encontrar un poco de silencio, también era el lugar perfecto para hablar; como había dicho Kirishima una vez y tenía la sensación de que había querido decirle algo desde entonces. A veces solía guardar silencio como si finalmente fuera a soltarlo y luego decía alguna tontería, pero esta vez no fue así.

— ¿Pasó algo con Midoriya? —le había preguntado con una expresión seria que le causó cierta incomodidad—

Trató de ocultar que la pregunta lo sorprendió, pero el pequeño lapso que tardó en responder lo delató.

— ¿Por qué mierda crees que todo tiene que ver con él? —cuestionó apretando con rabia la hamburguesa a medio comer que había en su mano—

— Han pasado muchas cosas entre ustedes, es natural que piense que tiene algo que ver.

— Ni Deku, ni esa mierda importan. Lo que me pasa solo tiene que ver conmigo.

Kirishima sonrió.

— Así que... ustedes siguen igual que antes, ¿eh? —soltó el chico con un tono más tranquilo—

— Por supuesto que sí, nada va a cambiar.

El pelirrojo asintió y bajó el rostro con nerviosismo. No dudaba de sus palabras, Katsuki siempre había sido honesto con él, pero el tema realmente lo estaba inquietando. Vio a su alrededor, no había nadie cerca y tenían tiempo, así que no iba a postergar más sus preocupaciones.

— Después del incidente —empezó con un tono bajo, pero adquirió seguridad a medida que hablaba— cuando supe que te habías enlazado con Midoriya, estuve preocupado. Pensé que eso iba devastarte, pero que nada haya cambiado me tranquiliza... —levantó la vista tomando valor para hacer la pregunta que lo había estado atormentando— Ustedes no tienen realmente una relación, ¿cierto?

El rubio lo vio con una expresión entre consternada e incrédula. No podía creer que el pelirrojo hubiera tenido las bolas de sacar "el tema". Era algo que había estado esquivando de todas las maneras posibles desde que volvió a UA y allí iba él a soltárselo en la cara y lo curioso era que no lo molestaba tanto como pensó que lo haría.

— Eso nunca va a pasar... nosotros no tenemos nada a parte del lazo —su respuesta fue más seria y sombría de lo que hubiera querido—

Recibió una palmada fuerte en la espalda y un brazo alrededor de los hombros del que se decido agresivamente.

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⏰ Last updated: Feb 01, 2021 ⏰

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