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Todos lo miran cuando entra al hospital. Oye susurros a sus espaldas, algunos disimulados lo señalan, otras miradas no necesitan palabras.

Frases como: "Definitivamente se hizo cirujías" "¿cómo es posible que haya rejuvenecido en un fin de semana?" "¿Es el Dr. Tomlinson?" "Debe o ganar mucho o tener negocios sucios o un alfa con ambas cosas" resuenan en sus tímpanos, se siente agotado pero nadie ha tenido el valor de preguntarle directamente por ello y Louis tampoco debe darle explicaciones a nadie.

—Dr. Tomlinson— llama una enferma cuando él voltea a verla ella se sorprende pero reacciona neutral, al menos lo disimula —Omega con herida de arma punzocortante en la parte superior de la cadera en la sala de urgencias.

El omega toma unos documentos de secretaría y se retira, ignorando todas los comentarios que el hospital tira hacia él.

Louis toma lugar junto el omega herido mientras este está anestesiado y casi desmayado.

—Omega— llama alumbrado sus ojos con linterna médica. El chico con ojos pesados sube su mirada hacia Louis y luego la baja.

—Bien, procedamos a suturar— informa a la enfermera.

Desinfecta la herida, aquella no es muy profunda pero sí muy grande, toma una aguja e hielo el cual la enfermera le ha pasado y comienza a coser la herida para luego terminar su labor y realizar el análisis general.

—Muy bien omega, te pondrás bien— asegura mientras este desorbitado asiente muy suave.

Cambia hacia la siguiente sala, Pediatría, si bien él no es un pediatra tiene asignadas la funciones básicas de uno, además que lleva el seguimiento de un caso, un pequeño alfa de seis años, el cuál cuenta con un caso de quemaduras en todo su cuerpo al haberle caído encima una olla de agua hirviendo.

La mitad de su cuerpo cuenta con lesiones graves, las zonas más afectadas fueron su pecho y el lado derecho de su cuello y abrazo, hasta afectando la mitad de su rostro, principalmente la parte trasera de su mejilla.

Fue un caso muy grave y desgarrador que los doctores y pediatras tuvieron que enfrentar el año pasado. Actualmente, el pequeño alfa ha cicatrizado la mayoría de su cuerpo gracias a los grandes avances de la tecnología pero aquello no borra las marcas permanentes que quedaron en su cuerpo.

Grandes crisis, depresión y demás sufrió el niño, asiste a terapia dos veces a la semana y con su baja autoestima lo único que se ha podido resolver es dejar el cabello del niño a la altura de sus hombros, para cubrir un poco su rostro y cuello pero no hay ningún corte que curen las heridas del alma.

Para Louis también fue muy duro, no sólo por el proceso médico, si no por el proceso emocional, era desgarrador ver todo lo que un niño tan pequeño e inocente tuvo que pasar.

Pero ahora estable más no se puede decir que está bien. Hay una diferencia enorme en esas dos palabras.

Louis toma una paleta de su bolsillo antes de entrar.

—Hola Adam— saluda el omega.

El niño levanta su mirada de sus manos, tiene un esmalte color violeta pintando sus uñas descuidado y sus manos envueltas en una casa de juguete.

Louis se inca a su lado y le entrega la paleta —Hoy te traje de mango.

Los ojos de Adam destellan por un gesto tan simple —Gracias doctor— menciona suave tomando la paleta.

Louis respira hondo cuando tiene que darle la noticia al niño —Sé que este día no te gusta pero hoy debemos inyectarte.

Adam tira la cabeza hacia atrás en señal de no quererlo pero toma aire y se pone en pie mientras Louis alista su inyección.

Toska [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora