VII

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El festival continúa con su rumbo tranquilo y no vuelve haber contacto entre Louis y Harry hasta que al irse vuelven a toparse de pasada.

Ninguno reacciona ante el otro.

En la noche Louis quita la ropa de su cuerpo acostándose en su cama plácidamente mientras piensa en aquellos ojos color verde, como el poco aroma del alfa que se ha pegado a su ropa, un aroma a limón, deseando un poco más para olfeatear.

¿Por qué llama tanto su atención? ¿por qué no deja de pensar en él?
¿por qué su cuerpo no deja de querer tenerlo?

Necesita parar, se está obsesionando con un alfa que no tiene ni el mínimo interés en él cuando ahora puede conseguir el alfa que desee pero no, él sólo piensa en rizos chocolates y unos labios delgados que podrían estar acariciándolo esta noche.

Ahora que recuerda, ¿cuándo tendrá su celo? Con todo este cambio no tiene idea de cuándo le corresponda que venga. Debe comenzar a tomar supresores de nuevo, para evitar accidentes.

Sus ojos empiezan a pesar cuando comienza a imaginar manos pesadas tocando su mejilla.

Al contrario de Louis, Harry llega muy agotado a su casa, su vida no ha sido la más tranquila ultimamente, desde que perdió a su hermana no es el hombre más feliz del mundo y todo por no tener el suficiente dinero para someterla a los tratamientos que requieren el cáncer.

A veces la pobreza más que sólo apestar, deshumaniza.

No es la persona más rica de la ciudad pero tiene lo propio y se esfuerza cada día, ha logrado salir a flote gracias a ello.

Desde un bonito apartamento a unas cuadras de la floristería hasta tardes acompañado de café mirando la puesta de sol, son pequeños placeres que su trabajo y pasión le obsequian.

. . .

La siguiente semana en el hospital pasa agitadamente luego de que hace tres días un autobus derrapó y cayó a un barranco, dejando 46 heridos.

Louis no ha podido ni respirar desde eso, ha estado tan atareado, sin horas libres más que para ir a descansar un pequeño lapso.

Entra muy temprano y sale bastante tarde, de hecho el día de hoy ha salido a las once de la noche, lo cual es muy peligroso.

Su auto necesitaba un cambio de aceite, por lo que está en el taller. Niall no ha terminado su turno aún y cree que coger un taxi es innecesario si está a tan solo unas cuadras de su casa.

Aún con su uniforme médico se retira, tan sólo quitándose la bata y llevándola en su mano mientras comienza a caminar muy sigiloso, sin no fuera tan tarde y no estuviera tan solo no le daría tanto nervio cada vez que pasa por un callejón sin salida.

Comienza a pasar los establecimientos cerrados, no hay sonido de nada ni nadie, sólo la cumbre de la noche y su sombra de compañía, eso sí, su omega muy nervioso en su interior.

Se mentaliza a sí mismo de valor hasta que a comienza escuchar a sus espaldas el sonido del gas de motocicletas, como personas detrás suyo ríen y la aceleran más, provocando que sus nervios se pongan de punta. Acelera.

Con pasos rápidos y concisos, casi trotando esta vez pero no logra deshacerse de las voces a su espalda, lo persiguen y Louis comienza a creer que o sólo quieren molestarlo o de verdad desean hacerle algún daño, por eso no se detiene, ni los enfrenta, el lugar de eso, huye.

Trotando cuesta abajo, sus ojos comienzan a lagrimar, escuchar aquellas personas riendo a carcajadas cuando lo miran correr y lo persiguen, lo hace entrar en pánico, necesita ayuda, no sabe qué quieren hacerle pero tampoco desea averiguarlo.

Toska [l.s]Where stories live. Discover now