Toska [l.s]

XIV

La maleta de Louis es un poco pesada, lleva más cosas de las que está seguro que necesita pero no podía dejar su almohada favorita en casa y menos si no puede conciliar su sueño sin ella.

La de Harry al contrario es muy liviana, unas cuantas camisas, unos pares de pantalones, ropa interior y kit de higiene.

Se reencuentran en el aeropuerto, el alfa llegando primero y estando recostando en una silla con lentes de sol totalmente profundo en su teléfono. Se ha cortado un poco el cabello.

Louis suspira.

Lleva días sin verlo, desde el acontecimiento en el coche, no sabe qué decir, cómo actuar o cómo debe mirarlo.

¿Debe actuar dulce? ¿arrogante? ¿seductor? Con Harry nunca sabe cómo actuar.

Los demás doctores están cerca de Harry junto al director hablando de temas tribales.

Harry baja un poco sus lentes de sol cuando siente la presencia de Louis. El omega sonríe.

—Hola Harry.

El alfa sólo le da una suave sonrisa —¿Cómo va todo?

Louis encoge sus hombros tímido —Nervioso, volar siempre me pone así.

Harry asiente —Es normal.

Una voz por la interconexión comienza a sonar —Pasajeros del vuelo 234 a Brasil, favor comenzar a abordar— termina el comunicado y lo repite dos veces más para luego terminar.

Harry se pone en pie luciendo su ropa casual al igual que la de Louis en la que se le ven parte de sus clavículas y avanzan al avión junto a los demás.

Louis va nervioso y aún más cuando Harry distraídamente y sin intención coloca su mano en la cadera de Louis empujando para que no se quede atrás. Las mejillas de Louis se calientan.

El guarda toma sus pasaportes, los requisan y por último los dejan proseguir. Louis sube primero y luego Harry.

Observan los asientos junto al número correspondiente 332 y 333. Juntos. ¡Vaya! Es lógico.

Harry deja que Louis tome el asiento de la ventana para luego él tomar el del afuera y colocar la pequeña maleta de Louis arriba, en el maletero para después tomar su lugar.

—Trajiste de todo, ¿eh?— menciona Harry.

Louis sonríe —Sólo lo necesario.

Harry ríe suave y vago para luego mirar a los demás doctores y acompañantes tomar sus lugares.

Es un vuelo de aproximadamente más de 25 horas. Completamente largo y aburrido, o quizá no, con Harry a su lado puede que no.

El avión despeja y los nervios de Louis se van poco a poco. Harry ahora está ojeando una revista vieja de sociedad del avión.

—¿Cómo hiciste con la floristería?— emplea Louis un tema.

Harry pasa la hoja —Llamé a un primo para que la cuidara mientras no estaba, le dijo que le iba a pagar bien y aceptó.

Louis asiente —Me alegra escuchar que tuvo a alguien de confianza a su cargo.

Harry lo mira un momento —Así es.

Louis lame sus labios.

La azafata aparece a su lado y les ofrece bebidas a lo que ambos aceptan y agradecen.

—El atardecer es bello— retoma Louis.

Harry se asoma un poco y asiente —Sí, es precioso, ¿arriba de qué país estaremos?