Capítulo catorce.

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Capítulo catorce.

Llegamos a la casa de Judie. Era bastante normal; como una casa cualquiera. Entramos y como ya dije, era como la mía de normal. Tenía una cocina americana que comunicaba con el comedor; una mesa y cuatro sillas. El living era muy acogedor, la casa en sí era acogedora, y la TV no era muy moderna que digamos.

—Judie, ¿qué mie…? —dijo un chico al salir de una de las habitaciones del pasillo. Me miró de arriba y abajo y por poco me come entera. Me ruboricé al ver que me veía como un lobo a su presa.

—Jules, ella es Sascha. Sascha, él es mi odioso hermano, Jules.

—Mucho gusto —dijo él sin despegar sus ojos de los míos.

— ¿Qué haces despierto a estas horas?

—Esa pregunta te la debería hacer yo, pero de otra manera, ¿por qué mierda vienes llegando a la casa a esta hora?

—Yo hice la pregunta primero.

—Insomnio —respondió él.

—Ocurrió un percance y tuve que acompañarla todo el día. Bien, Sascha, vamos a dormir.

— ¿Dónde dormirá?

—Conmigo —dijo con un tono de “Já, yo la gané primero, no tú” y me hizo gracia.

— ¿Juntas? ¿En… la misma cama?

—Sí —dije yo. Ella me miró y sonrió.

—Con permiso, tenemos muchísimo sueño.

Me tomó de la mano, lo que hizo que el estómago se me encogiera y produjera una sensación de mariposas, y me condujo por el pasillo. Entramos a su habitación y prendió la luz.

La habitación me dejó muy sorprendida; era totalmente negra con muchos colores oscuros. Morado, gris, negro y café. Al entrar a la habitación lo primero que se veía era el gran ventanal que daba a un balcón pequeño. A la derecha de la puerta estaba la cama, su cobertor era un cielo de noche con pequeñas estrellas. Al lado de su cama estaba un velador y una cómoda. Luego había un escritorio y una puerta que daba, supongo, a su baño. En breves palabras, su habitación era muy… sombría.

—Eres la primera en conocer mi habitación. Ni si quiera mi mamá sabe que la tengo así… tan oscura.

Me faltó decir que había muchos posters en las paredes de bandas de heavy metal y la luz estaba cubierta por una esfera de papel gris. Eso le daba un aspecto muy… tenebroso a su cuarto.

—Me gusta, pero le falta color.

—Exacto. No creo que le ponga color, porque en sí, mi vida no tiene color.

—Yo le puedo dar color —dije tierna. Me atrajo hacia ella y me cargó en su hombro—. ¡Joder! ¿Cómo mierda me puedes sostener?

—Eres liviana.

Al decir eso, nos botó en la cama de dos plazas (sí, dos plazas para ella sola) y me pegó con un cojín. Yo tomé uno de Bob Esponja y se lo estampé en la cara. Ella se tapó la cara y empezó a sollozar. No sabéis lo nerviosa que me puse y pensé en que le habría roto la nariz o algo parecido y luego empezó a reír.

—Qué mala, tía.

Ella rio y fue hacia el baño. Volvió con su pijama negro y, mentalmente, me pegué en la frente con la palma de la mano. Le pregunté si me prestaba un pijama y me pasó uno gris que tenía estrellitas. Me lo coloqué y salí del baño. Ella ya se había acostado y estaba de lado esperándome. Con un poco de temor me acosté con ella y me puse de modo que quedáramos cara a cara.

— ¿Estas nerviosa?

—Un poco, sí.

—Ya hemos dormido juntas en tu casa… ¿por qué ahora te da vergüenza?

—Porque antes yo no sabía de mis sentimientos.

—Yo sí, y aun así tuve la valentía de dormir contigo.

Sonreí y le acaricié la mejilla. Me acerqué y ella y escondí mi cabeza en su cuello para cerrar los ojos. Me dormí fácilmente acurrucada con ella.

Desperté sin el calor humano de Judie, abrí costosamente los ojos y palmé el lado en el que había dormido ella; estaba vacío. Bostecé y fui a ver al baño. Antes de abrir la puerta sentí su voz; estaba hablando por su móvil.

—No, no quiero. No me interesa tu dinero. Renuncio.

Quedé atónita. ¿De qué hablaba? ¿Ella trabajaba?

—No. No me interesa, joder. ¡No lo haré! Que te quede claro, así que esta es nuestra última conversación.

Después de unos segundos sentí que quitaba el seguro de la puerta, actué rápido y me tiré a la cama en 2 segundos. Ella salió y fue a verme. Yo me estaba haciendo la dormida, por supuesto. Me tocó el hombro e hice como si despertase recién.

—Hoy no voy al instituto, ponte el uniforme y yo te voy a dejar.

—Bueno días —dije con sarcasmo. Ella se rascó la nuca y suspiró.

—Lo siento, buenos días, Sash.

—Ahí sí está más aceptable —reí y ella no hizo ningún gesto—. Dime que te pasa.

—Me siento mal, me duele el estómago, por eso no voy al instituto. Me pasas la materia.

—Oh, vale. Mejórate, ¿sí? Quiero que vayamos a algún lugar hoy después de clases…

—Sash, lo siento. No puedo. Debo ir a ver a mi mamá al hospital, y no quiero que me acompañes porque será muy aburrido para ti. Espero que comprendas —dijo con una sonrisa. Yo asentí y me besó la frente.

—Vale. Yo me voy a vestir. ¿Puedo ocupar tu ducha?

Asintió y yo fui al baño.

Llegamos al instituto y quedó inmóvil. Fruncí el ceño, me tomó de la muñeca y me atrajo hacia ella para darme un beso. Cerré los ojos y la abracé con ternura por el cuello. Nos separamos y le dije adiós.

Caminé por el pasillo y alguien me tomó por el brazo y me volteó. Maldije y luego vi que era Mic con el ceño fruncido.

—Dime que lo que vi, no fue lo que vi.

Reí por lo que dijo y al ver que su cara no cambiaba de expresión dejé de reír para ponerme seria.

— ¿Qué viste?

—Dime que no te diste un beso con Judie.

Me quedé de piedra. No sabía que responder, mi cara tomó un tono rojizo y abrí los ojos de par en par. Carraspeé y le dije la verdad.

—Sí viste que lo que viste. Me besé con Judie.

— ¿Qué cojones Sascha? ¡Sois mujeres!

— ¿Qué me estás queriendo decir? ¿Eres homofóbica, ah? Me puede gustar quien quiera, y me gusta Judie. —Dije susurrando lo último. Tampoco quería que todo el mundo supiese.

—Lucas es un chico, y está muy bueno, ¿por qué no él?

Mi corazón empezó a latir fuertemente y unas ganas de golpearla me vinieron a la mente, pero no lo hice, porque ella no tenía idea de lo que pasó ayer.

—No me hables de ese imbécil.

— ¿Qué hizo? —dijo y su rostro cambió a una mueca de preocupación.

—Me violó —dije en su oído sin que nadie escuchase, unas lágrimas cayeron por mi rostro.

Ámame antes de matarte (Lesbian) [Concurso]Where stories live. Discover now