Capítulo dieciséis.

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Capítulo dieciséis.

Cuando despertamos, decidimos no ir al instituto por flojera nada más. Le mentí a mi mamá diciéndole que estaba enferma y que veía la luz. Se tragó por completo todo y me sentí un poco culpable, pero valdría la pena.

Estuvimos absolutamente toda la mañana en la cama conversando de cosas sin sentido. Cuando nos aburrimos de estar acostadas fuimos al living con total libertad, ya que mi mamá se había ido a un nuevo trabajo que había conseguido siendo secretaria. Nos sentamos en el sofá y me apoyé en su pecho, puse mis piernas como una sirena pone su cola y pasé mi brazo derecho por su estómago. Ella iba cambiando la TV de vez en cuando y haciendo zapping se quedó en el canal de noticias. Ocurrió un asesinato a unas cuadras de… ¿mi instituto?

Se ha encontrado el cuerpo de uno de los estudiantes del Instituto Boran School a unas cuantas calles de éste. Este cuerpo pertenecía a un chico y fue encontrado descaradamente mutilado. El asesino anda suelto y no se ha sabido quién es, ya que no ha dejado ninguna pista…

Miré y escuché la noticia con horror y miré a Judie con una cara de asco.

— ¿Quién habrá sido el chico? —Le pregunté y se encogió de hombros.

El chico tenía el nombre de Lucas Sanders, tenía diecisiete años y era uno de los chicos más populares, según las chicas acongojadas por su muerte. (…)

Mi estómago dio un vuelco y miré a Judie estupefacta. Ella sonrió y yo quedé perpleja.

— ¿Por qué cojones sonríes?

—Te dije que las iba a pagar. El muy desgraciado no merecía vivir.

— ¡Pero no es para que sonrías y seas feliz! Está bien, me violó y fue muy duro para mí. Lo pasé mal y todo. Pero no es motivo para que sonrías.

Ella se quedó unos segundos callada y suspiró.

—Lo siento —murmuró cabizbaja.

—Vale. Pero no te alegres nunca más por una muerte. En todo caso, el asesino no debió ser tan descarado como para mutilarlo de esa manera —dije refiriéndome a las imágenes que mostraban en la pantalla.

—Él lo merecía.

—Tú no fuiste a quién violó. Fui yo, yo debí haberme encargado de él y yo debería de estar feliz y decir esa frase. No tú. No trates de ponerte en mi lugar, porque no funcionará.

—Sé perfectamente lo que sientes —dijo separándose de mí—. No creas que eres la única que lo ha vivido. Me pongo en tu lugar porque puedo.

Quedé estupefacta.

¿De qué habla?

No lo sé, pequeña lista. Ahora le voy a preguntar.

— ¿De qué hablas?

—Mi padre. Simplemente mi padre. Se encargó de quitarme mi inocencia y violar casi todas las noches a mi madre. Bueno, ya pagó; con cárcel y muerte —dijo esto último con total calma, pero lo demás lo soltaba con dificultad, no debe ser fácil tener semejante padre. Apreté mis labios y solté un suspiro.

—Lo… lo lamento, Judie.

Ella se quedó callada y me abrazó. Yo extrañada la correspondí y luego se separó de mí uniendo nuestras frentes y mirándome directamente a los ojos. Cada vez que miraba sus ojos yo me derretía, ese color celeste tan puro pero con tantos secretos que tal vez jamás conoceré.

Unió nuestros labios y cerramos nuestros ojos. Disfruté cada segundo de aquel beso, que si mi yo del pasado lo hubiese visto, le daría asco. Me puse encima de ella a horcadas y entrelacé mis dedos en su nuca. Ella me acarició los muslos y pasó sus manos a mi trasero. Reí divertida y me separé.

—Hey, no tienes tantos derechos —dije divertida.

Sus manos sin previo aviso se ubicaron en mis pechos y en ese instante no pude reprimir nada. Incliné mi cabeza hacia adelante haciendo que mi cabello cubriera mis lados y miré seductora a Judie.

—Esto es guerra.

Mis manos bajaron por su torso y llegué a su pelvis. Introduje un dedo en el pantalón y bajé su cremallera.

Al bajar su cremallera se me vino a la mente de inmediato el recuerdo de cuando Lucas se bajó su cremallera aquel día. Saqué la mano rápidamente y bufé. Me salí de encima de ella y coloqué un mechón de cabello de tras de mi oreja.

— ¿Qué sucede, Sash?

—Na… nada. Solo… No puedo.

— ¿De qué hablas?

—Solo… Me acordé de algo. Lo siento —dije y miré hacia otro lado, evitando que viera lo avergonzada que estaba.

—Sash… —hizo que la mirara y sonrió comprensiva—. Dime lo que te pasa, si quieres.

—Al… Al bajar tu cremallera… M-me acordé de como Lucas se bajaba su cremallera para…

Al momento de decir eso, las lágrimas brotaron sin permiso y Judie me abrazó de lado. Acunó mi cara en sus manos y limpió con sus pulgares mis lágrimas. Me dio un beso en la mejilla y me abrazó.

—Tranquila. Si te sientes incómoda o algo, solo dímelo y pararé.

—Gracias. Pero… de verdad lo lamento. No sirvo.

—No digas eso, Sash.

—No sirvo, ¿te das cuenta? Gracias a esto… No podré satisfacerte ni nada. No puedo, simplemente no puedo.

Todas mis palabras salían con dificultad. Ella sonrió de lado y me limpió las lágrimas.

—Al diablo mis necesidades, ¿vale? No haremos absolutamente nada si no quieres, que te quede claro, ¿vale?

Asentí y me calmé un poco.

—Además… No sé cómo se hace —dije riendo avergonzada. Ella soltó una carcajada.

— ¿Hacer el qué?

—Eso… Es que las dos somos mujeres, y no sé cómo se hace.

—En las estupideces en las que te preocupas, Sascha, por Dios. Si quieres te doy clases —dijo con picardía.

Le pegué en el brazo, estallamos en carcajadas y por el momento se me olvidó por qué tenía pena. Me acosté en su regazo y empecé a jugar con su cabello.

—Es muy liso tu cabello. ¿Te lo alisas?

—Es natural, bitch.

Reí y empecé a hacerle una trenza mal hecha.

—Y tú, ¿te lo encrespas?

—Natural, bitch —dije imitándola con su voz, o un intento de su voz.

—Hey, yo no tengo tan grave la voz —frunció el ceño. Reí y le pegué en el hombro juguetona.

—Eso es lo que crees tú.

—Já, que gracioso, ahora yo soy el hombre de la relación por tener, según tú, la voz grave.

—Eres alta, eso es un punto —dije y reí sonoramente.

—No solo por ser alta tengo que ser el hombre.

— ¿Crees que yo podría serlo siendo una hobbit?

—Buen punto.

Pensamos en lo que estábamos conversando y estallamos en carcajadas muy sonoras. ¿Os dáis cuenta? Estamos viendo quién es el hombre y quién la mujer… Dios.

Ámame antes de matarte (Lesbian) [Concurso]Where stories live. Discover now