Capítulo quince

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Capítulo quince.

—Estás bromeando, ¡con eso no se juega!

—Joder, que es verdad —dije al separarme de su oreja. Mis lágrimas ya no eran disimuladas. Su rostro se tornó a uno de preocupación máxima y me abrazó con fuerza.

—Lo siento mucho, de verdad. Ese imbécil va a pagar, coño. Tranquila, llora y desahógate.

Me apoyé en su hombro y lloré. Me abracé a ella y me hundí en su cuello.

—Ya, ya. Tranquila. Vamos al baño, ¿sí?

Yo asentí y fuimos. Me limpié las lágrimas y mocos con la manga de mi chaleco.

Después de que me tranquilizara, nos dirigimos al salón y presté mucha atención en clases para luego explicarle todo a Judie. Tomé apuntes y opiné durante toda la clase. Cuando terminó el horario, salí y fui a mi casa.

Llegué, hice mis deberes y estuve el resto del día en el Notebook. Ya cuando llegó la noche, sentí golpes en mi ventana, que la dejé cerrada, y fui a ver quién era.

Abrí la ventana al ver que era Judie, y en sus brazos traía a July. Me extrañé porque traía a mi gata y la dejó en la cama, ella entró y se sentó en el colchón.

— ¿Por qué traías a mi gata?

—La encontré unas calles más allá y te la traje.

—Oh, muchas gracias —dije y me levanté, fui donde mi mochila y saqué algunos cuadernos—. Toma, ahí está la materia, y si no la entiendes, me dices.

—Vale, muchas gracias. Eh… Sash.

—Dime.

—Te tengo un regalo.

—Oh, Dios —susurré al ver una cajita de terciopelo roja. La tomé y la abrí. La miré sorprendida y sonriente. Era un collar, que consistía en una cadenita fina de plata bañada en oro con un círculo dorado en el cual decía “Sash” con letras blancas.

— ¿Te gusta?

— ¿Qué si me gusta? ¡Me encanta, joder! —dije y me abalancé para abrazarla.

—Me alegro mucho.

—Joder, esto debió ser muy caro… No tenías que porqué regalarme algo así.

—Tú lo vales —dijo y sonrió. Me mordí el labio inferior y solté un gritito.

—Me encanta… ¿Me lo colocas? —dije y levanté mi cabello para que me lo colocara. Ella pasó el collar y lo abrochó. Solté mi cabello y me mordí los labios. Me abalancé hacia ella y le di un beso. Me abrazó por la espalda baja y me apegó a ella. Acaricié su cabello lacio en el beso y me mordió el labio inferior. Reí y me separé.

—Hey, dolió.

Rio y me volvió a besar. Sus besos son tan… adictivos. Mi lengua se adentró en su boca y ella jugó con la mía. Nuestros labios se movían con facilidad y el sonido de nuestros besos llenaba la habitación. La escena se fue subiendo de tono y me acostó debajo de ella. Yo estaba con los ojos cerrados disfrutando del beso hasta que empezó a desabrochar mi blusa. Me separé de ella agitada y le detuve la mano.

—No. Eso no —dije seria.

—Vale —dijo alargando la “a”.

—Me dio sueño —reí—. Quédate a dormir, ¿sí? —dije y ella asintió.

Desperté con mi brazo depositado en su estómago y mi cabeza apoyada en su pecho. Era bastante cómodo porque sus pechos hacían de almohada. Me quejé al sentir que ella se estaba despertando.

—Buenos días, Sash.

—Holi —dije adormilada. Ella rio por mi “holi” y movió su hombro.

—Hey, duele estar con una cabeza apoyada en mi pecho toda la noche —dijo y me salí de su pecho para abrazarme a mi almohada y seguir durmiendo—. Hay que ir al instituto. Levántate.

—Supongo que trajiste tu uniforme en tu mochila.

—Sí. Y tú lo tienes en el closet. Anda a bañarte y vístete, mujer.

—No quiero —dije como niña pequeña. Me pegó una cachetada “suave” y abrí los ojos de par en par.

— ¡Hey! ¡Maltrato!

—Como tú digas. Ahora anda o te baño yo personalmente.

Pensé un poco la idea y volví a cerrar los ojos evitando reír.

Sentí que se levantaba y de un momento a otro ya estaba en el baño sentada en el retrete con ella desvistiéndome. Cuando caí en cuenta de que estaba desnuda grité y me tapé con las manos.

—No pensé que de verdad lo harías —chillé.

—Pues sí, ahora a la ducha, o te bañaré yo.

—Vale, ya voy.

La empujé fuera del baño todavía tratando de taparme mis partes. Abrí la cortina de la ducha y me adentré en ella.

Cuando terminé me puse el uniforme que me había dejado Judie en la tapa del retrete cuando me estaba duchando y me vi en el espejo. Alisé mi cabello y lo amarré en un tomate mal hecho. Tengo sueño, ¿vale?

—Ya terminé —dije saliendo del baño. Vi a Judie sentada con el uniforme puesto y acariciando a July. Sonreí—. ¿No piensas bañarte, eh?

—Me da flojera. Además no estoy hedionda —dijo con una mueca. Yo reí y tomé mi mochila.

—Vale, sal por la ventana —dije indiferente. Me hizo un puchero y yo suspiré—. Está mi mamá abajo, leyendo sus revistas como siempre.

—Jo —dijo de mala gana. Salió por la ventana y yo le grité:

—Te traigo comida, ¿vale?

Ella hizo un sonido con la garganta de afirmación y yo salí de mi habitación.

—Hola, mami —dije tierna. Ella rio y negó con la cabeza.

—Jamás madurarás.

— ¡Hey! Eso dolió —dije y me limpié una lágrima imaginaria de mi mejilla.

Tomé desayuno y le di un pan tostado con margarina y un jugo de piña a Judie después de salir de la casa. Nos fuimos caminando y el día se pasó volando.

Llegamos a casa y nos fuimos directo a mi habitación para hacer los deberes, los cuales nunca hacía ella, pero como me tenía a mí, ahora sería mejor estudiante.

Qué buena influencia eres, querida.

Lo sé, lo sé.

Llegó la noche y coloqué una película en mi TV. Nos acostamos y nos dormimos viendo la peli. ¿Os digo la verdad? Ni miré la película.

Ámame antes de matarte (Lesbian) [Concurso]Där berättelser lever. Upptäck nu