Magia y hechizos

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No entendía porqué Loki era tan amable conmigo si en teoría era su prisionera. Cada hora que tocaba alguna comida me traía una bandeja, y si necesitaba ayuda, me daba él de comer. Podría haberme desatado y no tendría que haber hecho falta eso, pero al parecer le gustaba.

También trataba de buscar una forma de salir, y solo necesitaba cortar las cuerdas. No había oído ninguna llave en la cerradura ni nada, así que creía que no se molestaba en cerrarla bien.

- Aún no me has dicho tu nombre - me comentó un día mientras me daba una sopa.

- Brittany.

- Como superhéroina Wingirl, ¿No? - asentí -. ¿Eres midgardiana? Que yo sepa los midgardianos no nacen volando así por así.

¿Cómo porras sabía tanto de mi? Fue un misterio que nunca llegué a descubrir. Siempre que le preguntaba me respondía que tenía sus fuentes, pero lo dudaba.

Aquella tarde conseguí cortar la cuerda de las manos y desaté la de los pies. Libre, después de una semana. Fui a abrir la puerta, pero esta no cedía. Qué extraño. Entonces caí en la cuenta de que mi secuestrador era un mago. Seguramente no necesitaría llave porque sellaba la puerta con un hechizo. ¡Maldita sea!

Volví a sentarme rendida. Otra opción era fingir que seguía atada y cuando Loki estuviese desprevenido atacarle y salir. No, también cerraba la puerta detrás de él cada vez que entraba. Admiraba su forma de tenerlo todo pensado.

Loki volvió para la hora de la merienda. No pareció sorprenderse de que estuviese desatada.

- Veo que ya te has liberado - dijo sin más -. Supongo que ya no hace falta que te ayude a darte la comida - dejó la bandeja y se fue.

Una historia de lokosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora