Una historia de lokos

Frigga

Frigga me invitó a dar un paseo por los jardines del castillo, por cierto, muy bonitos y bien cuidados.

- Loki ya me ha contado que habéis formado una familia - sus ojos brillaron al nombrarlo. Supongo que la noticia de ser abuela la debió dejar super contenta.

- Sí - sonreí al pensar en Luke.

Le había dejado durmiendo, otra vez, pero Twist le vigilaba. Era un gato listo, y cuidaba bien de Luke.

- ¿Cómo lo habéis llamado?

- Luke.

Supongo que se dio cuenta de las consonantes, que eran iguales que las de Loki, y que lo escogimos a posta, al menos yo.

- Me encantaría verlo - dijo soñadora y con el rostro brillante.

- Está en Midgard. Puedo ir y traerlo.

- Bueno, no hace falta que hagas tantos viajes. Te acompaño.

Nos dirigimos al Byfrost para después volver a Midgard. Luke seguía durmiendo, y Twist le vigilaba desde nuestra cama.

Frigga cogió al pequeño en brazos.

- Hay, es monísimo...

- Sí, se parece a Loki.

Daba gusto verla disfrutar tanto con su nieto. Se notaba que estaba muy contenta por Loki y porque hubiese tenido un hijo.

Twist bajó de la cama y se puso a dar vueltas entre mis pies pidiendo que le subiese en brazos. Al parecer también era tan celoso como Loki.

Lo cogí y le hice suaves caricias entre las orejas.

- Magestad - llamé su atención - ¿Por qué han castigado a Loki?

- Por lo que pasó en Midgard, me temo - respondió un poco más desanimada.

- ¿Cuando se le quitará el castigo?

- No lo sé, Brittany. De momento está en el calabozo de Asgard. He intentado que esté a gusto allí llevándole muebles y libros, pero se nota que echa de menos estar aquí.