Hasta el fin del mundo

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Como había prometido, al día siguiente me puse el traje que Loki me había conseguido y al que amé. ¡Ese traje es tan yo...! ¡Me encanta! Y aun lo llevo, jeje.

Salí por primera vez en un mes de aquel paraíso para ver el mundo real. Nada había cambiado, realmente.

- Sígueme - me indicó.

- Hasta el Ragnarok - susurré como una verdadera loka.

Creo que me oyó, porque antes de girarse vi como dibujaba una pequeña sonrisa en su rostro.

Sí, ahí ya sabía que es el Ragnarok. Loki ya me había hablado de ello. De hecho, siempre me hablaba en modo asgardiano, así que yo me había acostumbrado y usaba expresiones como "midgardianos" en vez de "humanos", o "el Ragnarok" en vez de "el fin del mundo".

Fuimos a la torre Stark. ¡Por Loki, cuanto tiempo sin verla! Y la verdad es que no la echaba de menos. Tony también tenía Netflix y todo eso, pero con Loki aprendí que para ser feliz no solo basta con la mejor pantalla que ni siquiera estaba aún en el mercado y con miles de canales.

Ahora que lo pienso, creo que Loki se esforzó para que en su piso estuviese igual o lo más parecido posible a la torre.

- Ve arriba de todo. Yo iré luego. Antes tengo un asunto que resolver.

- Vale.

Volé luciendo mi traje hasta lo más alto de la torre donde había un aparato extraño y un cubo azul eléctrico brillando. ¿Que sería aquello?

No mucho después llegó el y me pilló observando el cubo raro.

- Se llama teseracto - me aclaró -. Lo utilizaremos para traer a mi ejército.

- ¿Tienes un ejército? ¡Que guay!

Justo después apareció Stark metiendo sus narices en mi oportunidad de hacerle un cumplido a mí dios.

Le costó reconocerme, ya que a parte de cambiarme el traje, mi pelo y maquillaje eran también diferentes. Antes lo tenía corto y recogido en dos trenzas. Ahora suelto y largo. El maquillaje era colorido. Ahora negro y con pintalabios rojo (antes de un rosa cursi).

- Hola de nuevo, cuernitos - me miró -. ¿Y tú quien eres?

- Shaean - respondí.

- ¿Es un nombre?

- De villana.

- Me suena tu cara.

¿Veis lo que os digo? ¡Ni se acordaba de mi existencia y solo había pasado un mes!

- ¿Brittany? ¿Bry? - le refresqué.

- No me suena...

- ¿Fly? ¿Bfly? ¿Wings? ¿Wingirl?

- ¡Ah...! La que vuela... ¿Cuernitos no te había secuestrado?

¡Encima sabía perfectamente que estaba secuestrada y ni se había molestado en buscarme! Maldito Playboy...

Una historia de lokosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora