Cap 14- Demencia

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Disclaimer: Dachau pertenece a Jayne Stark

Capítulo XIV - Demencia

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Descienden. Descienden. Descienden.

Pareciera que los confusos pasillos, que serpentean de un lado a otro a través de la laberíntica estructura del condominio sin nombre, descienden sutilmente, guiándoles en silencio hasta un centro oscuro, terrible y letal.

Sin duda alguna, aquel detalle había sido la razón de su repentino abandono.

Con la pobre luz de un farol encendido como única lumbrera, las escalofriantes profundidades imaginarias le recuerdan a uno de los tantos libros que su difunto abuelo solía leer, aquel donde un célebre poeta (Cuyo nombre no recuerda en ese momento) desciende hasta la profundidad del abismo para alcanzar, irónicamente, su camino al paraíso.

"Dante" Recuerda después de un rato "Su nombre era Dante"

Por unos momentos, mientras lucha por llevar algo de aire a sus cansados pulmones, se pregunta si aquel hombre, en algún punto de su Divina Comedia, llegó a sentir el mismo sentimiento asfixiante que estas paredes carbonizadas evocan en él.

-¡Por Dios!- Exclama la chica de facciones hermosas mientras se aproxima a "él" con la delicadeza de un ángel guardián- ¿Estás bien?

Respira profundamente.

Cada pasillo que cruzan solo contribuye a agotarlo un poco más, haciendo que se detenga cada cierto tiempo para tomar bocanadas desesperadas de aire; la acumulación de polvo, sumado a la humedad intensa podrían representar la muerte para todo individuo con el descaro de poseer una salud delicada.

Podrían representar su muerte.

-Estoy bien- Utiliza sus pocas fuerzas para emitir ese susurro cortante, deseando que sus pulmones se acostumbren lo antes posible a las cenizas en su alrededor –Solo un poco más.

-¡Pero ni he comenzado a sudar!- Reclama a sus espaldas la voz del demonio desconocido –He recorrido marchas veraniegas mil veces más desafiantes.

-¡Termina con eso!- Aboga a su defensa el ángel guardián –Si necesitas ayuda yo podría...

-¡No!- Responde inmediatamente al continuar la marcha –Puedo hacerlo solo...

Así lo hace. Lentamente, haciendo gala de un esfuerzo sobrehumano, logra recuperar las fuerzas necesarias para continuar su descenso a la profundidad de su propio mundo: hacia su demencia, hacia su gueto personal.

Gueto.

Curioso nombre para llamar al único refugio que posee.

Se lamenta amargamente por su terrible infortunio: precisamente tenía que pasarle a él, solo a él, precisamente en la hora de su guardia.

Sí, ver a la diosa con vida alegró su ser, pero su tortuosa marcha habría llegado a su fin hace eones de no estar caminando en círculos inútilmente, de no intentar despistar al demonio con una sonrisa socarrona que se divierte a costa suya.

-¿Realmente está cansado, chico?- No responde, simplemente se limita a continuar su incesante marcha a través de pasillos sin fin.

El demonio (Que aparentemente es una chica) le desconcierta en sobremanera, tanto que se pregunta cómo es que la pequeña diosa, representación corpórea de toda bondad, se involucró con una de esas soldados que solo respira muerte.

Cualquier otra persona hubiese preguntado directamente.

Pero Park Jihyo, a la que todos conocen como un estratega nata, prefiere formular su propio escenario analítico destinado a aclarar sus propias conclusiones.

Dachau - [TWICE FIC] (AU) - MICHAENG - 𝙁𝙞𝙣𝙖𝙡𝙞𝙯𝙖𝙙𝙤Where stories live. Discover now