Cap 29- Motivos II

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Disclaimer: Dachau pertenece a Jayne Stark

Capítulo XXIX - Motivos II

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La delgada columna de polvo se levanta en un horizonte vacío, mientras su inexistente paciencia llega, poco a poco, a su fin.

"¿Por qué estoy aquí?"

El rechinar de la madera perfora sus tímpanos de manera increíble; los gemidos, ahogados solo por los delgados muros del cobertizo, le molestan tanto como lo hace el polvo ardiente al impregnarse en su ropa, en su cabello o en su nariz; le molestan tanto como lo hacen los gritos de los refugiados al esperar la muerte.

Pero no hay prisioneros, no más.

"Todos se han ido"

Cruza los brazos sobre su pecho, descansando la espalda sobre una de las paredes exteriores del almacén de armas en que habían dormido la noche anterior; lleva tanto tiempo escuchando esos malditos lloriqueos que apenas puede creer que han terminado: la primera tanda de refugiados se ha ido.

Solo quedan ellos. Solo ellos esperan, impacientes, el momento de partir.

Media docena de judíos partieron esa madrugada, cobijados por el cielo nocturno y el frío helado de la oscuridad, contando con un viejo camión de carga, y la incipiente compañía de los hombres del comerciante Bo Kyung.

-¿Puedes verlos?- Murmuró Shinwon a su oído en aquel momento, mientras el transporte se alejaba a través del horizonte negro, desprendiendo un rastro interminable de polvo y tierra –¿Puedes ver sus rostros, Dahyun? Esos idiotas creen que estarán a salvo a donde sea que van, cuando en realidad, nuestro querido sargento los está enviando a un maldito campo de concentración.

Y tenía razón, Shinwon no era de equivocarse a menudo.

Aún recuerda las lágrimas de alivio descendiendo por sus mejillas, las miradas libres de angustia, y la codiciosa e imperceptible sonrisa en los labios del viejo Bo Kyung, cuyo verdadero negocio siempre había sido entregar a todo refugiado a cambio de dinero y protección.

Era un buen negocio, un negocio que había mantenido durante años. ¿Con qué derecho se atreven a intervenir?

-Yo haría lo mismo.

Recuerda haber visto la fornida mandíbula de su compañero caer con el rabillo del ojo, mientras ella, no sin cierta indiferencia, se dedicaba a arreglar un mechón olvidado de su perfecta cabellera rubia.

-¿D-De qué hablas?- La cuestionó entonces -¿Tienes la más remota idea de lo que estás diciendo?

–No arriesgaría toda una operación por un grupo de prisioneros sin nombre. Chaeyoung tampoco lo hará.

Y, aunque la acusadora mirada de Koh Shinwon la persiguió durante horas, tuvo razón, no lo hizo. Del escaso número de personas que viajaba en los dos vehículos pertenecientes al magnate del comercio, solo tres chicos, todos relacionados con Minari Myoui, fueron seleccionados para emprender el verdadero escape.

El resto, estaba destinado a Dachau.

-Somos soldados, Shinwon- Le dijo después de un rato, ignorando sus indignadas miradas y su desesperación –No lo olvides.

Al final, todo ha sido un éxito.

Solo Chaeyoung, Shinwon, y ella conocen enteramente la verdad; ni siquiera Yan, su amable compañero, conoce el destino final de aquellas personas. Solo ellos entienden por qué todos los matones se fueron de buena gana, dejándoles uno de sus valiosos camiones de carga y un considerable número de provisiones y mercancía.

Dachau - [TWICE FIC] (AU) - MICHAENG - 𝙁𝙞𝙣𝙖𝙡𝙞𝙯𝙖𝙙𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora