Capítulo 29

1.9K 105 29
                                    

Narra Peter.

Desperté en su cama, sobre el mediodía. Nos habíamos dormido a las ocho de la mañana después de una noche llena de amor. Estaba más feliz que nunca y me sentía en paz. Me quedé mirándola y acaricié su pelo. Estaba boca abajo, con la boca media abierta. Me reía porque hacía un ruido, como si soplara. Besé su frente, sus mejillas, su nariz y después le di un pico.

—Buenos días —. Me dijo cuando abrió los ojitos y se estiró —. Que lindo despertar con vos —. Se acomodó sobre mí pecho.
—No te hacés una idea de las ganas que tenía de que estemos así... —La abracé.
—Tengo un poco de miedo.
—Yo también pero creo que podemos hacer las cosas bien. No apurarnos, conocernos de esta forma, ir despacio y pasar tiempo juntos. No voy a volver a trabajar hasta dentro de tres meses así que pienso quedarme acá con vos.
—Pero no te vas a volver a España ¿no?
—No, no. Ya te dije que vine para quedarme.
—¿Cuándo vamos a hablar con nuestras familias y la de Agus?
—Cuando seamos novios, oficialmente. Este tiempo es para nosotros...
—¿Me vas a pedir que sea tu novia? —Sonrió.
—O me lo podés pedir vos —. Reí.

Nos levantamos porque no había nada para comer así que teníamos que ir a comprar.

—¿Qué te gustaría hacer que todavía no has hecho? —Preguntó y me pasó una manzana.
—Saltar en paracaídas —Contesté mientras preparaba el café.
—¡Sorpresa! —Exclamó y me tendió una tarjeta, era para hoy —. Ya sabía que era algo que querías hacer, me lo habías dicho, así que cuando me dijiste que ibamos a tener una cita, quise planear yo la segunda —. Sonrío.
—¿Te vas a tirar vos también? —Pregunté sorprendido y la besé.
—Puede que si —. Contestó y se encogió de hombros —. A lo mejor me animo.

Nos duchamos juntos, fuimos a hacer la compra, comimos algo rápido y nos subimos a mi coche para ir hacia allí. Nos dieron una clase sobre medidas de seguridad y sobre cómo teníamos que colocarnos, aunque iríamos enganchados con un monitor por ser la primera vez. Lali estaba nerviosa pero al final se animó.
Fue una de las mejores experiencias de mi vida. La adrenalina que sentís cuando estas en las alturas y estás mirando hacia abajo a punto de saltar, no sé compara con nada. Una vez te sentís caer es como si tuvieras alas y pudieras volar.

—¡No puedo creer que lo haya hecho! —Sonreí de oreja a oreja —¡Vamos otra vez! —Le pedí a Lali qué había tenido suficuente con una y se negó.

Después de una tarde espectacular volvimos a su casa. Sacó una botella de vino y yo me puse a hacer unas empanadas de jamón y queso. Estábamos muertos de hambre.

—Tengo un montón de ideas para que hagamos juntos pero ¿Qué te parece si nos hacemos un viaje de unos días?
—¿A dónde te gustaría ir?
—A Portugal, nunca fui y estuve mirando fotos y me encantaría conocer. Podríamos alquilar un coche ir recorrer bastantes zonas.
—Me parece un buen plan, podemos buscar algún vuelo para la semana que viene y así nos organizamos un recorrido.
—¡Sería genial! ¿Vos fuiste?
—Si, hicimos alguna escapada a Lisboa así que al menos ahí, te puedo hacer de guía turístico.

Me alcanzó una copa y me dio un beso.

—No puedo cocinar así —. Me reí.
—Estoy muerta de hambre así que mejor te dejo seguir —. Sonrió y se sentó enfrente de mí.

Mi celular empezó a sonar y antes de que pudiera hacer nada, Lali lo agarró.

—Dice Natalie que te extraña y te mandó una foto —. Me lo pasó —Me pregunto qué clase de foto será, tal vez una de ella con la Sagrada Familia de fondo —. Dijo irónica.
—Esto no volverá a pasar —. Me disculpé y borré la foto, estaba en la bañera —. Le diré que estamos juntos pero tampoco me gusta que agarres mi teléfono.
—¿Tenés algo que ocultar? —Levantó una ceja.
—No pero cada uno tiene su privacidad y siento decirlo así, pero yo no soy Agus. Me ganaré tu confianza porque sé que mi pasado puede hacer que te sientas insegura, pero vas a tener que poner de tu parte.
—Estaría bien que hagas una limpieza en ese celular. No me quiero ni imaginar la cantidad de minas como Natelie que tenés agendadas.
—Eso es otra cosa que no me podés pedir —. Metí las empanadas en el horno —. Yo ni te pregunté que pasó con Pablo ni con los otros chicos que conociste estos meses y vos ya me estás queriendo borrar mujeres de mi agenda.
—Es distinto.
—No, no lo es. Sos vos una mujer libre, estando conmigo vas a ser siempre libre de hacer lo que quieras y quiero sentirme yo así también.
—¿Quiere decir eso que querés libertad para seguir siendo un pirata?
—Si para vos la libertad solo pasa por estar con otras personas, tenés mucho que pensar.
—No entiendo que tiene de malo que te quiera solo para mi.
—No estamos hablando de eso. Que nosotros decidamos que queremos una relación en la que no habrá otras personas y seremos solo nosotros dos, no quiere decir que no seamos libres. Libres para hablar con quien nos dé la gana, para salir con amigos, para hacer un viaje sin el otro... Yo te voy a respetar siempre y haré todo lo que yo crea que tengo que hacer para que nuestra relación sea sana y duradera. Para que seas feliz y serlo yo. Pero todo lo que haga será porque yo quiero, tendrás que confiar en mí criterio sobre que cosas cambiaré así como yo confiare en vos. Si algo te molesta o te duele, venís y lo hablamos. Pero no me exigas.
—Pensás de una forma que me encantaría pensar —. Suspiró —. Será que estoy acostumbrada a otra cosa. Relaciones celosas, posesivas, en la que existen mil inseguridades... Sin confianza y con dolor. Relaciones en las que me pohibieron hacer cosas y yo hice lo mismo. La verdad es que  es triste ese amor...
—Uno aprende. A mi ahora me toca llevar a cabo todo lo que creo que aprendí sobre el amor y las relaciones pero sé que habrá problemas entre nosotros, aunque también sé que podremos solucionarlo si aprendemos a comunicarnos.
—Intentaré decirte que necesito hablar cuando algo no me guste, así me lo explicas.
—Eso es lo que tenés que hacer.
—Necesito hablar —. Sonrió y solté una carcajada.
—¿Qué te pasa? —Agarré su mano su fuerza.
—Me incómoda un poco pensar que tenés ese celular lleno de minas que te dicen que te quieren coger y te mandan fotos en bolas las veinticuatro horas del día.
—Lali, me extraña porque me conocés hace años y deberías saber que no le doy mi número a esas mujeres con las que pasé una noche. Así que tranquila porque la única que me manda estas cosas es Natalie y ya le dejaré claro que no lo haga más, si insiste, la bloqueo y ya está, pero cuando se lo pida lo dejará de hacer ¿Más tranquila? —Me acerqué para abrazarla.
—¿Seguro que no pasó nada con ella en España?
—Te lo juro.
—Estoy más tranquila —. Sonrió y nos besamos.

♡♡♡


Narra Lali.

El viaje que iba a ser de unos pocos días se acabó convirtiendo en un mes. Empezamos a recorrer Portugal empezando por el Alvarge, siguiendo por Setúbal, Lisboa, Sintra y las principales ciudades del Norte. Nuestra última parada fue Oporto, ya que de ahí salía nuestro avión de vuelta a casa. Estábamos sentados en una terreza de una bodega que se encontraba cruzando el Ponte Luis I, el cual conectaba Porto con Vila Nova de Gaia así que teníamos unas vistas hermosas de la ciudad. Nos habíamos aficionado al famoso vino verde y al bacalao, así que era lo que habíamos pedido para cenar.

—Que triste volver a casa —. Dije haciendo pucherito.
—Yo la verdad es que me harté de ver azulejos —. Bromeó —. Creo que no somos buenos turistas ¿Viste que todos estaban fascinados?
—Por eso me gustó más Sintra, tan de cuento de hadas y verde. Pero ciudad, Lisboa, muy por encima de Oproto.
—En un día la vimos entera.
—A dónde hay que ir con el grupo al Algarve, esas playas son una maravilla.
—¿Sabés algo de los chicos?
—Desde que vinimos acá no, con esto de quitar el WhatsApp y no meternos en ni cuna red social, estoy perdida. Igual debe estar todo bien, le dije a las chicas que si pasaba algo me llamen.
—Bueno fue un mes, malo será que no hayan sobrevivido sin nosotros.
—Deben estar deseando saber como me pediste que sea tu novia.
—No te lo pedí —. Sonrió.
—Por eso, todavía estás a tiempo y este lugar es lindo —. Reí.
—¡Llevás todos los días así! —Exclamó entre risas.
—Algún día me lo pedirás ya que tanto insisto ¡Te ganaré por cansancio!

Las vacaciones con Peter habían sido maravillosas. Era muy lindo ver como se podía conectar con alguien al compartir juntos todos los días y todas las horas. Lo tomamos con tanta naturalidad que no fue un problema, y si bien tuvimos alguna pelea por donde ir a comer, no fue más allá.
Tuvimos charlas muy interesantes, con una copa de vino verde siempre en la mano, sobre nuestros sentimientos, lo que queríamos y esperábamos de nuestra relación. Habíamos llegado a la conclusión de que ninguno quería tener hijos, que queríamos una caravana para recorrer el mundo y aprender idiomas. Así que ese era nuestro plan a futuro aunque aún nos quedaba mucho camino que recorrer.
Me sentía muy segura con él pero sabía que volver a la vida real me resultaría difícil.
Después de cenar, volvimos al hotel para descansar, nuestro vuelo hacia al mediodía así que queríamos descansar.

♡♡♡

Narra Peter.

Un mes había sido suficiente para que todo cambie. Lali y yo estábamos sentados en silencio, escuchando como la vida de nuestros amigos se había desmoronado mientras nosotros éramos felices.
Oriana había dejado a Eugenia sin darle ninguna explicación. Mery se había separado de Meme porque le había sido infiel. Candela y Vico habían descubierto que no podían tener hijos y estaban destrozados, porque era algo que estaban buscando y ambos deseaban.

—¿Y alguien sabe algo del Chino? —Pregunté.
—¡Se casa el hijo de puta! —Exclamó Eugenia —. Está la invitación en las cartas que les dejé encima de la mesa de la entrada.
—Bueno, al menos alguien es feliz... —Dijo Lali en un susurro para que solo pudiera escucharla yo.
—Ustedes están felices y nosotros desgraciados, a lo mejor este es Agustín, enojado desde el más allá y en vez de joderlos a ustedes se la agarra con nosotros porque enseguida aceptamos que se aman y no nos pusimos mal por él —. Soltó Euge con seriedad.
—A lo mejor Ori te dejó por pelotuda —. Le dije y me dio con el puño en el hombro.
—No entiendo que hice mal —. Suspiró —. Si hasta le pedí que se mude conmigo, total, estaba en mi casa todo el tiempo.
—Ya te va a hablar —. Le dijo Lali —. Siento que hayan pasado tantas cosas malas este mes...
—No todo es malo, yo me quité de encima un hijo de puta infiel, lástima que es el padre de mi hija y no puedo dejar de verle la cara de nabo que tiene —. Se deshago Mery.
—Tenemos que salir de joda —. Le dijo Eugenia —¡Vamos a levantarnos a todo lo que respire!
—Eugenia por favor, deja de hacerte la loquita que ya te vimos todos llorar por Oriana, como te venga a buscar no tardás ni dos segundos en volver con ella —. Le dijo Cande riendo.

Era agradable volver a casa, estar con los amigos tomando cerveza, charlando y comprobar que todos se tomaban bien que con Lali nos abracemos o nos demos algún beso. Deseaba que sean tan felices como yo ahora mismo, pero sabía que todo era cuestión de tiempo.

Inefable ||Laliter||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora