Capítulo III

4.8K 511 80
                                    

Haneul

2020
1 de abril, miércoles

Yendo a una de las primeras clases del día, me encontré con Mina en el camino. La saludé y estaba lista para seguir caminando, pero ella me detuvo para comenzar a charlar, cosa que me sorprendió mucho, pero me agradó.

—Hey Haneul, ¿cómo estás?

—Muy bien, contenta por mi nueva adquisición, ¿Jungkook te contó? —respondí muy entusiasmada, cubriendo mi cara con los libros que llevaba en los brazos.

—No... no me contó nada —contestó confundida.

—Ah... me compré un auto. Mejor dicho, mis padres me lo compraron.

—¿En serio? Qué lindo —notaba algo de tristeza en su voz.

—¿Está todo bien?

—Si... es decir, ahora con Jungkook nos vemos mucho más seguido, pero es como si él no estuviera del todo presente cuando estamos juntos. Lo noto disperso y distante.

Ya veo, por eso me paró para hablar.

Quería ayudarla, pero más que alejarme de Jungkook para que tuvieran tiempo juntos, no podía hacer. Lo demás era algo que ellos debían solucionar.

—¿Tú podrías hablar con él? Te lo pido porque sé que ustedes se cuentan todo.

—No sé si sea buena idea. Eso es algo entre ustedes —moví la cabeza hacia los lados, no muy convencida.

—Por favor, eres su mejor amiga.

—De acuerdo, hablaré con él —accedí.

—Gracias Han, de verdad te lo agradezco —me abrazó fuerte y me sorprendí.

—Pero, ¿qué quieres que hable exactamente con él? —la alejé disimuladamente.

—Supongo que espero que contigo se desahogue.

—Ah, bueno... Luego de las clases, iré a buscar a Jungkook para hablar.

—Gracias.

Jungkook

2020
1 de abril, miércoles

No quería enfrentar que ya no sentía absolutamente nada por Mina. Es decir, aún tenía cariño y respeto por todo lo que habíamos vivido juntos, pero el amor poco a poco se había esfumado.

Había prometido cuidarla, y me sentía una basura por no querer cumplir esa maldita promesa, y cada vez que estábamos juntos, me exigía algo que ya no podía darle.

Ella no era mala, y nunca me había hecho algo para que yo sintiera ese desamor, pero era un sentimiento muy fuerte que me era imposible ignorar.

Todo había comenzado ese último tiempo, cuando alguien entró a mi vida y me dio vuelta el mundo. Ese alguien comenzó a gustarme más de lo que debería, y eso me molestaba mucho.

Sentía que no era leal ni a mis palabras ni a Mina, y era frustrante. Más cuando ella estaba pasando por un momento tan difícil.

—Novio no novio, te buscan —interrumpió mis pensamientos Hyun.

—Deja de llamarme así de una vez —bufé bastante irritado.

—Oye, ¿qué te pasa? Siempre te digo así. No seas estupido —me golpeó en el hombro.

Salí y ahí estaba Haneul esperándome.

—¿Qué te pasa? —soltó de repente.

—Hola primero, ¿no? —abrí mis ojos sorprendido por su saludo.

—No, ¿qué pasa? Mina está angustiada porque estás distante con ella. No soy ninguna paloma mensajera, pero me puso mal verla así —comencé a jugar con mis pies mientras los miraba—. Hey —levantó mi barbilla con su mano e inclinó su cabeza para mirarme mejor—, ¿qué sucede Kookie?

—Vamos al río.

Han me dio las llaves de su auto, ya que aún no se le daba muy bien manejar, y conduje hasta el río.

Nos sentamos sobre la manta, que ahora siempre se encontraba guardada en el baúl de su auto, para ocasiones como ésas, y en un negocio cerca compramos cervezas.

Las salidas improvisadas con Haneul eran siempre las mejores. Sabía que con ella podía hablar de todo sin prejuicios ni restricciones. Realmente disfrutaba mucho estar a su lado.

—Bien, lárgalo —demandó mientras estiraba sus piernas en la manta.

—Sabes bien todo el tiempo que llevamos con Mina.

—Mhm —respondió mientras bebía.

—Bueno, creo que ya no siento lo mismo que antes —dejó de beber la cerveza y se detuvo para prestarme más atención—. Necesito aclarar mi mente porque me siento culpable cada vez que estoy con ella. ¡Ni siquiera puedo besarla sin sentirme mal!

Hizo un breve silencio y comenzó a cortar el pasto que estaba a su lado, haciendo distintas formas y jugando con él.

—¿Desde cuándo sientes eso?

—Desde hace un par de meses, y en parte es porque... —tragué con dificultad antes de seguir hablando. No se lo había dicho a nadie, pero, ¿quién mejor que ella para decirlo?—... hay alguien más.

Volteó todo su cuerpo hacia mí, haciendo un movimiento brusco con su cabeza. Sus ojos se abrieron y parte del brillo que siempre veía en ellos, se había esfumado.

—¿Cómo que alguien más? ¿Qué hiciste? —balbuceó a punto de retarme.

—No la engañé, si eso estás preguntando. Han, me conoces, sabes que no soy así —repliqué.

—Lo sé, lo sé, pero me descolocó —aclaró un poco más calmada—. Bueno, ¿Quién es ese alguien? ¿Qué piensas hacer?

—No tengo idea. Quiero a Mina, es una gran chica. Y desde que... bueno, ya sabes... —hice una pausa antes de continuar—... desde que eso pasó, quise estar allí para ser su pilar, pero no sé si quiero seguir siéndolo y me siento una basura por pensar en eso.

—Hey, hey —me abrazó de costado y yo apoyé mi cabeza en su hombro. Su perfume floral me hacía recordar a cuando eramos adolescentes. Siempre usó la misma fragancia, y era muy Haneul—. No te sientas obligado a estar a su lado por lástima. Tú no eres, y nunca serás él, y jamás podrás reemplazar ese lugar. Eres su novio, y como tal, sólo debes cumplir ese rol.

—De eso se trata, no sé si quiero seguir cumpliendo el rol de su novio. Como te dije, en mi vida apareció alguien y me hizo sentir cosas que nunca antes sentí.

—¿Quién es, la o lo conozco?

La miré confundido por su pregunta.

—No soy gay, Min Haneul —protesté enojado.

—Bueno, no me consta —respondió divertida encogiéndose de hombros.

—¿Quieres que te lo demuestre? —me acerqué a ella hasta estar a cinco centímetros de su cara.

Cuando mos miramos a los ojos, ella los desvió rápidamente y me tiró en la cara el pasto con el que había estado jugando.

Nos reímos y me separé de ella para acostarme y así mirar las estrellas. Ella me imitó y después de unos segundos habló.

—Qué mierda son los sentimientos.

Sí, definitivamente los sentimientos son una mierda. Pensé.

Your eyes tellWhere stories live. Discover now