Capítulo XVII

3.9K 419 168
                                    

Haneul

2020
26 de junio, viernes

Una vez que Jungkook pudo calmarse, lo llevé al río para así relajarnos y distraernos de la intensa tarde que habíamos vivido.

Jungkook llevó la manta, y la acomodó en el suelo. Luego, me senté en ella y di palmadas a mi lado para un invitar a Jungkook a sentarse junto a mí y, acto seguido, él lo hizo.

—Gracias por llevarme a ver a Minseok, realmente me hacía falta hablar con él. Es increíble lo que me conoces Han—agradeció con una sonrisa ladina.

—Quiero que estés bien, y se me ocurrió que eso podía hacerte bien —me encogí de hombros y tomé un poco del jugo que había llevado.

—Lo sé, y estaré bien, aunque aún me falten cosas por sanar.

Asentimos mirando un punto fijo y tomamos otro sorbo de jugo.

—¿Y Mina? ¿Por qué ya no los veo juntos? —pregunté de repente, aprovechando el momento de sinceridad.

Suspiró lentamente y se acomodó para quedar frente a mí.

—Nos tomamos un tiempo. Hace dos semanas que no le hablo, pero desde hace unos días ella me está presionando para que pronto tome una decisión sobre si seguir o no —lo miré sorprendida escuchando sus palabras. No me esperaba eso para nada, y él notó mi expresión. Sonrió desganado y continuó hablando—. He pensado en dejarla. En terminar con ella ahora, antes de que sigamos sufriendo. Le estoy mintiendo Han, y me siento una persona horrible.

—No seas tan duro contigo mismo —dije y tomé su mano. Él miraba al piso y no levantaba la mirada—. Es difícil terminar una relación de muchos años, lo comprendo.

Jungkook continuaba mirando hacia el suelo y yo levanté su cara con mis manos para acariciar sus mejillas. En ellas pude ver que aún había rastros de las lágrimas que había soltado durante la charla en el cementerio.

—Mírame Kookie —levantó su vista y después apoyó su frente en la mía—. ¿Sabes que te quiero?

—Y yo a ti, tortuga —contestó tiernamente.

—Casi nunca me dices así —sonreí.

Demomios, no sé muy bien cuándo comencé a enamorarme de él, pero sé que a su lado es donde quiero estar para siempre.

Él sonrió levemente y fue ahí, que entonces me di cuenta que tenía una debilidad por Jungkook. Una debilidad que me hacía amarlo profundamente y querer cuidarlo siempre.

Un pensamiento fugaz apareció en mi mente. Necesitaba con urgencia probar sus hermosos labios.
Muchas veces había sentido la tentación de hacerlo, pero nunca me había animado.

Cerró sus ojos mientras apoyaba su frente en la mía, y de un momento a otro, sin pensarlo mucho, me acerqué a él y, lo besé.

Sabía que lo había tomado por sorpresa, y que seguramente no iba a reaccionar rápido,  pero al notar que no obtenía una respuesta de él, me alejé casi al instante y me di la vuelta aclarando mi garganta.

—Dios mío, discúlpame, en serio perdóname. No tengo idea de porqué hice algo como eso. De verdad lo siento Jungkook —tapé mi cara con las manos.

No podía levantar la mirada por la vergüenza. Había sido el peor error del mundo. ¿Cómo se me había ocurrido algo así?

Estúpidos impulsos.

Sumida en mis pensamientos y pánico, no me había percatado de que Jungkook se había acercado a mí.

Con su mano, suavemente alejó mis manos del rostro, tomó mi barbilla y unió una vez más nuestros labios, con un deseo que nunca antes había sentido.

En cada uno de sus besos pude sentir todo el deseo contenido que habíamos estado reprimiendo.

Muchas veces había imaginado los besos de Jungkook, pero ¡Demonios!, ninguno de mis besos imaginarios superaba esto.

Sus labios eran suaves y tenían un leve sabor a menta.
Sus manos acariciaban mi espalda, y lentamente bajaban a mi cintura, para aferrarme más a él.

Después de unos minutos, se alejó un poco de mí para observarme.
Sonreímos casi tímidamente al darnos cuenta de lo que acababa de pasar.
Acarició mi pelo y después me dio cortos besos en todo el rostro mientras yo sonreía sin poder creer lo que estaba pasando.

Sus hermosos ojos de bambi brillaban por el reflejo del río e intenté sacar una fotografía mental del momento, porque
ése, con total seguridad, se había convertido en el día más feliz de mi vida.

Haneul

2020

27 de Junio, sábado
5 p.m.

No podía creer lo que había pasado la noche anterior.

Jungkook y yo habíamos pasado toda la noche juntos en el río, abrazados y haciéndonos mimos.
No nos habíamos dicho casi nada, sólo nos limitamos a disfrutar el momento juntos y a probar nuestros labios, que parecía que hacía mucho tiempo lo queríamos.

Estaba muy, muy feliz. Incluso la cara me dolía de tanto que sonreía.

En un momento, mi compañera de habitación, Do-Seul, se reía de mi expresión, porque involuntariamente, sonreía todo el tiempo.

¿Jungkook sentía lo mismo por mí? Y nunca me lo había dicho. Dios, no podía estar más feliz.

Pero desgraciadamente, esa sensación pronto se esfumó y se convirtió en algo raro, como un mal presentimiento que me llevaba a pensar que algo andaba mal, cuando me llegó un mensaje de Jungkook que decía:

"Hablemos".

Your eyes tellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora