Capítulo XV

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Jungkook

2020

19 de junio, viernes

Después de lo que pasó en la biblioteca, los días restantes transcurrieron con normalidad.
Todos estábamos concentrados en nuestras cosas mientras estudiábamos y rendíamos para los exámenes finales de ese semestre.

Fue un mes intenso, en donde yo solo quería estudiar y estar con Haneul, pero a lo segundo no podía hacerlo mucho ya que ella se la pasaba con Hyun.
Se veía feliz, quería creer, pero no tan feliz como cuando estaba conmigo. Pero si ella sonreía, entonces estaba bien.

¿Está bien que quiera que ella sólo sonría así para mí?
¿Está bien sentir esto por mi mejor amiga cuando se supone que debo cumplir esa maldita promesa?

Intentaba no preocuparme demasiado, pero era inevitable.

Mina cada vez empezaba a presionarme más para que tomara una decisión pronto sobre si seguir o terminar la relación.
Yo rogaba que ella decidiera por mí, para liberarme tanto de ella como de la promesa, pero no era así. Mina realmente quería continuar la relación.

Todo el tema de los exámenes, Mina, la promesa, Haneul y Hyun comenzó a hacerme mal y a frustrarme.
Era un fastidio para mí continuar dando vueltas sobre el mismo tema, así que opté por aislarme. Un tonto mecanismo de defensa, lo sé, pero mi cerebro no pudo con el estrés.

Era mucho más fácil encerrarme en mí mismo, que tratar de solucionar las cosas, y como no quería pensar demasiado, mi mente se bloqueó y olvidó de todos.

Me encerré en mi habitación a estudiar para los exámenes y jugar a la play, y sólo aparecía cuando debía rendir.
Dejé de hablar y ver a Haneul, dejé de responderle a Mina y traté de ignorar por completo a Hyun cada vez que lo veía en la habitación.

Poco a poco, sentía que me marchitaba por dentro, que me estaba encerrando en mis problemas.

¿Por qué Minseok? ¿Por qué te fuiste y me dejaste así? ¿Por qué te prometí algo tan difícil?

Haneul

2020
26 de junio, viernes

Después de la vez que fuimos a la biblioteca a estudiar, Jungkook comenzó a alejarse, a estar distante y no hablar con nadie, ni siquiera conmigo.

Al principio me dijo que los exámenes lo tenían así, estresado, y yo le creí, pero incluso cuando terminó de rendir siguió ignorándome.

Días después de los exámenes, me lo encontré de casualidad caminando en el campus. Él me vio y quiso evitarme, pero me paré frente a él.

—¡Oye! Soy yo —me acerqué y lo abracé, pero él no me devolvió el abrazo.

Intenté entablar una conversación, pero fue muy difícil. Le pregunté por su familia y me respondió cortante, le pregunté también por Mina y me cambió de tema.

Por último, cuando le pregunté por Hyun, su rostro cambió, haciéndome notar que había colmado su paciencia, porque sin despedirse, simplemente se fue.

Tres días después de eso, vi a Mina en la cafetería, pero al verme me evadió por completo y se fue de su lugar.
Definitivamente algo malo estaba pasando.

Por una semana completa intenté comunicarme con Jungkook, pero me ignoraba. Incluso fui hasta su habitación, pero siempre me atendía Hyun diciéndome que no quería hablar. Al menos así sabía que estaba vivo.

¿Será por ese alguien más que esta así? ¿O por esa promesa?

Jamás había visto así a Jungkook. Así que era hora de hablar seriamente con él, para ver cómo podía ayudarlo.
Tomé la manta y unos jugos, para ser fiel a nuestra regla, y le envié un mensaje.

2020
26 de junio, viernes

Han
Te espero a las seis, en el estacionamiento. Manta y jugo.

A las seis y veinte minutos, lo tenía frente a mí, con las manos en sus bolsillos y una cara que mostraba que no había estado durmiendo muy bien.

Sin siquiera hablarnos, me limité a subir al auto y él me siguió.

—¿Manejarás a plena luz del día sin licencia? —me miró consternado.

—Bueno, por si no sabías, saqué la licencia. Ah, claro que no lo sabes, si estos días desapareciste —repliqué y él no respondió.

Luego de unos minutos, al notar que no me estaba dirigiendo hacia el río, Jungkook me miró confundido.

—¿A dónde vamos?

—Ya sabrás.

Estacioné el auto y me bajé. Acto seguido, abrí la puerta del acompañante y Jungkook también bajó, pero con una actitud desganada.
En cuanto vio a dónde lo había llevado, su cara cambió drásticamente y volteó a verme enojado.

—¿Por qué me traes aquí? ¿Acaso es una broma de mal gusto? —se cruzó de brazos con la manta encima.

Negué con la cabeza y le extendí la mano para llevarlo.
Cada vez que nos acercábamos más y más al lugar que él ya conocía, su paso comenzaba a detenerse.

—Esto es ridículo —bufó.

Yo lo ignoré y seguí casi empujándolo hasta que llegamos.
Una vez allí, me puse frente a él y tomé sus hombros.

—Te traje aquí para que hables con él.

—¿De qué estás hablando? —su cara de desconcierto era hasta cómica.

—Sé que no vienes aquí desde que murió, y pensé que ésta era una buena forma para liberarte de lo que sientes. Pero como sé que no querrás hacerlo primero, yo comenzaré —aclaré mi garganta e inspiré profundo—. ¡Gracias Minseok por todo lo que vivimos juntos! Fuiste un gran amigo y compañero. Te amo por todos los recuerdos que creamos y te prometo que seré feliz. ¡Gracias! —extendí mis brazos hacia arriba y cerré los ojos.

Después de unos segundos, volteé a ver a Jungkook y él sólo me observaba perplejo.

—¿Ves? Es fácil y muy liberador. Ahora es tu turno —lo tomé de los hombros y lo posicioné.

—No quiero hacer esto, no le veo el sentido, Haneul.

—Sh, menos excusas y más acción. Vamos...

Se quedó un momento en silencio, seguramente pensando palabra por palabra.

—Gr...gracias Seok por todo... —apenas murmuró.

—¿Crees que hablando así te va a escuchar? Un poco más fuerte por favor —le exigí.

Tragó saliva, notablemente nervioso.

—¡G-gracias por ser mi hermano! Gracias por ser parte de mi vida y cuidarme... gracias por... —su voz de repente se calló y pude ver que algunas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas—. ¿Por qué nos abandonaste? No debías irte —soltó de golpe y dejó caer su cuerpo, cayendo de rodillas sobre el césped.

Ahora sus lágrimas caían fácilmente, mostrando que habían estado reprimidas durante mucho, mucho tiempo.

—¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no fui yo? —continuaba diciendo mientras limpiaba sus lágrimas.

En ese momento sentí la misma sensación que tuve en el hospital, cuando esperé a que saliera del baño. Sentí su dolor y desolación.

—No pudiste hacer nada Kook, nadie sabía que eso iba a pasar —me arrodillé también a su lado y lo abracé fuerte—. Estoy aquí Kookie, estoy aquí.

Se aferró a mí y agarró mi blusa con sus manos, mientras sollozaba y murmuraba: "¿Por qué?"

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