Capítulo VIII

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Haneul


2020
20 de mayo, miércoles

Hacía dos semanas que con Jungkook no hablábamos. Ni mensajes ni llamadas, ni mucho menos juntadas.

Era rarísimo que ninguno llamara o mandara un mensaje pidiendo disculpas, pero claramente eso reflejaba que ambos creíamos tener la razón.

De mi parte, yo no iba a disculparme porque era él el que se había comportado como un idiota.

—Yoongi, ¿me acompañas esta tarde a la biblioteca? Tengo que buscar un libro en el almacenamiento, y como está oscuro me da miedo ir sola —le pedí, más en un tono imperativo que como pregunta.

—Si, claro. ¿Le tienes miedo a la oscuridad? —preguntó y luego de ver mi cara, se rió.

—Sí, es algo que no he podido superar aún —me encogí de hombros siguiendo en lo mío.

Llegamos a la biblioteca y entramos al almacenamiento. Obviamente Yoongi iba delante de mí, porque me daba terror entrar primera a un lugar tan oscuro.

—Me pregunto porqué el interruptor está tan lejos de la puerta —dijo Yoongi caminando hacia la salida, una vez que encendió la luz.

—Ni idea.

Mientras yo buscaba el libro que necesitaba, Yoongi estaba en la puerta mirando su teléfono.

—Ya vuelvo Han, en el grupo el profesor de taller me ha pedido que vaya a la sala. Seguro es para devolverle unas herramientas.

—Ah, bueno. Vuelve rápido así después apagas tú la luz.

Asintió y mientras se iba, pude ver que se reía de mí.

Encontré el libro rápidamente, pero allí había tantos otros interesantes, que decidí quedarme a ojear un par hasta que Yoongi volviera. Pues yo no iba a apagar esa bendita luz.

¿Pero, leyeron alguna vez eso de las leyes de Murphy, que dice que si algo puede salir mal, va a salir mal?
Bueno, eso fue justamente lo que pasó en ese momento.

Entretanto yo hurgaba otros libros, todas las luces de la biblioteca comenzaron a apagarse gradual y rápidamente, incluyendo la del almacenamiento.

Por el pánico, solo atiné a ponerme de cuclillas y tapar mi cara con las manos.
Escuchaba que las personas salían de la biblioteca preguntándose qué estaba pasando.

Pasaban los minutos y la luz aún no volvía. Rogaba que Yoongi apareciera pronto para sacarme de allí, porque yo no tenía en mente salir sola.

Después de quizás diez minutos, alguien tocó mi hombro y me extendió la mano.


Jungkook

2020

1 de mayo, miércoles en la madrugada
2 a.m.

Me despertó una llamada de Mina y atendí preocupado ya que no era común que a esa hora llamara.

—¿Está todo bien? ¿Estás bien? —me froté los ojos para despertarme.

—Si, pero quiero decirte algo rápidamente.

—¿Estás bien? ¿No te dio un ataque? —pregunté preocupado.

—Estoy bien Jungi, en serio, pero quería avisarte que no tienes que hacerle caso a Haneul con lo que te diga, porque va a hablarte mal de mí.

—¿Ah? ¿Y por qué haría eso?

—Porque me vio hablando con un chico en el bar al que fui y me miró mal, así que no le creas.

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