Capítulo XXVI

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Haneul

2020
5 de septiembre, sábado

Los días siguientes, Jungkook comenzó a llamarme casi todos los días pidiendo que nos juntáramos para hablar, pero dado a que cada vez que nos veíamos se hacía más difícil mantener la distancia, yo me negaba. Llegó un punto en el que dejé de contestar sus llamadas y responder sus mensajes.
El día que dormimos juntos le había dejado muy en claro que no nos volviéramos a ver hasta que él tomara una decisión maduramente.

3 de septiembre, 10 a.m.
Kookie
Contéstame Haneul, es urgente. Necesito que hablemos.

3 de septiembre, 3 p.m.
Kookie
Al menos si no quieres hablar conmigo, solo escúchame, ¿Si?

3 de septiembre, 7 p.m.
Kookie
Oye 🧐 eres una maleducada, ¿Cómo puedes hacerle esto a tu mejor amigo? Quizás me estoy muriendo y este es el último mensaje que pueda mandarte Eres mala.

4 de septiembre, 12 p.m.
Kookie
Lo siento :c te extraño mucho.

4 de septiembre, 9 p.m.
Kookie
No, me retracto, no lo siento. Tenemos que hablar, es en serio. Y si no respondes este mensaje, ya verás las consecuencias.

Por más que quisiera, me había prohibido a mí misma hablar con él, porque llegaba un punto en el que era tortuoso.

Él sabía muy bien que yo aún seguía enamorada de él, y siempre que estábamos juntos, se comportaba extraño, cuando fue él, quien me dejó muy en claro que había elegido a Mina.

No podía hacer como que nada pasaba.
Al menos, distanciarme era lo mejor que podía hacer como su amiga, aunque me doliera en el alma.

Haneul

2020
18 de septiembre, viernes

Estábamos llegando a la residencia con Do-Seul, volviendo de hacer las compras de la semana.

Mientras yo sacaba las bolsas de compras del baúl del auto, ella se encargaba de llevarlas hasta el lobby de la residencia.

Estaba tan concentrada en sacar todas las bolsas, que ni siquiera me había percatado de que Do-Seul ya no estaba llevando las bolsas, sino hablando con alguien.

—Hey Seul, ¿qué pasó? Ya bajé todo —dije cerrando el baúl, lo que me permitió ver con quién estaba hablando.

Era Jungkook, apoyado en su auto, con una actitud coqueta.

—Han, es Jungkook, y vino a hablar contigo —dijo divertida Do-Seul, mientras lo señalaba con el pulgar.

—Vamos Seul, entremos —tomé las bolsas que quedaban y me apresuré para entrar al lobby, pero Jungkook se interpuso y se paró frente a mí impidiéndome el paso.

—No puedes ignorarme para siempre, no seas infantil.

—Déjate de tonterías y hazte a un lado.

—¿O si no qué, tortuga?

—Sabes de lo que soy capaz —lo miré con actitud amenazante y luego lo empujé con el hombro para poder seguir, pero él aprovechó para tomame de un brazo y atraerme hacia él. Estábamos tan cerca uno del otro que podía escuchar los latidos de su corazón.

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