Capítulo XIV

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Haneul

2020
22 de mayo, viernes

Jungkook finalmente pudo contarme lo que lo tenía tan mal esos días. Esa bendita promesa que había hecho hacía dos años atrás.

—La misma noche que Minseok murió, le prometí que cuidaría para siempre a Mina —levantó su cabeza y me miró—. ¿Entiendes eso? Me comprometí con él a proteger a su hermana. Y ahora, que siento todo esto dentro de mí, no sé si sea capaz de cumplir esa promesa porque ya no la amo y sólo pienso en esa otra persona —concluyó y tapó su cara con las manos.

—Jungkook... no tenía idea por lo que estabas pasando. Y de una vez por todas, ¿cuándo me dirás quién es esa otra persona? Nunca nos hemos ocultado nada, pero ahora hay muchas cosas que no me dices, como por ejemplo esto de la promesa, Jungkook.

—Lo siento, sé que debí contarte antes, pero siento que es mi deber ser fuerte siempre y ser un ejemplo, ya lo sabes.

Me puse frente a él y le quité las manos de la cara. Las tomé mirándolo fijamente para que él también lo hiciera.

Para mí era muy fácil ver lo que sentía a través de sus ojos. Siempre era transparente conmigo.

—No tienes que demostrarme nada a mí y mucho menos aparentar ser fuerte conmigo. Eres un ser humano. Eres gruñón, noble y amable. Siempre eres considerado, y te preocupas por los demás. Tanto que hasta mira, no puedes romper esa promesa —me miró con una sonrisa, pero antes de que se burlara, me atajé—. Alguien debe recordártelo de vez en cuando, no te agrandes.

Jungkook no hablaba, sólo me escuchaba y nos quedábamos en silencio por unos minutos, sin soltarnos las manos.

—Kookie, no puedes hacer que tu vida gire en torno a los demás. A veces tienes que tomar decisiones egoístas para ser feliz, y no creo que debas limitar tu felicidad por una promesa que hiciste hace dos años al pasar. Debes entender la diferencia entre cuidar a alguien y seguir por lástima.

—No puedo evitar sentirme responsable por Mina. Sabes que si tan solo yo hubiese estado allí...

—No sabemos qué hubiese pasado, pero así fue como se dieron las cosas. Conocí a Seok, y sé que él te pegaría fuerte en este momento, y te diría que dejes de ser un idiota.

—¿Entonces quiere decir que en este momento tomarás su lugar?

—Exactamente —dije, y le pegué una palmada fuerte en la espalda—. Así es cómo él te pegaría y te diría: "Jungkook, te amo, pero eres muy imbécil" —imité su voz con una voz grave. Largamos una carcajada y lo abracé—. Estaré contigo siempre Kookie, tomes la decisión que tomes, pero tienes que ser feliz, ¿si?

—Sí.







Jungkook

2020

4 de junio, jueves

Habían pasado tres semanas desde que le había pedido el tiempo a Mina, y no podía evitar sentirme más aliviado y a la vez culpable.

Mina me enviaba mensajes todos los días, pero yo sólo le respondía lo justo y necesario.

Necesitaba más tiempo para pensar, para estar tranquilo, pero el problema estaba en que a medida que pasaba más y más tiempo, sentía como si una piedra enorme reposara en mi espalda.

Aún no quería tomar una decisión acerca de lo que iba a hacer y por eso trataba de alargarlo lo más que podía.

Los exámenes finales estaban muy cerca, así que con Haneul habíamos planeado una tarde de estudio junto a Yoongi y su ahora novia (la que había conocido en la fiesta), Hyun y yo.

Quedamos en vernos todos a las tres de la tarde en la biblioteca, y el que llegara primero debía guardar los lugares para todos.

Hyun fue el primero en llegar, así que eligió una mesa grande de seis asientos dispuestos tres de un lado y tres del otro.

Yo fui el segundo en llegar, y me senté a su derecha después de saludarlo. A los pocos minutos llegaron Yoongi con su novia y se sentaron frente a nosotros.

Por último, cuando Haneul llegó, Hyun inmediatamente se levantó para llevar sus libros y saludarla con un muy afectuoso beso en la mejilla.

Al ver eso, involuntariamente mi respiración se hizo más pesada y fruncí el ceño. Yoongi me observó extrañado, y al ver su rostro, rápidamente volví la vista hacia mis libros.

—Eres raro Jeon —dijo Yoongi.

—Siéntate aquí —le ofreció Hyun, señalando su lado izquierdo.

—De acuerdo. Hola chicos —saludó una simpática Han.

Me puse triste al ver que ella había accedido a sentarse junto a él y no junto a mí, pero me lo aguanté, porque Yoongi no paraba de observar todos mis movimientos.

—Deja de bufar, sé que me extrañaste —susurró Haneul inclinándose para mirarme por detrás del asiento de Hyun.

La miré y rodé los ojos sin responderle nada.
Trataba de concentrarme, pero siempre los miraba de reojo para ver qué estaban haciendo.

Hyun aprovechaba cada ocasión para acercarse lo más que podía a ella y preguntarle alguna tontería, y Haneul siempre le sonreía.

No, no podía permitir eso, así que agarré mi teléfono y le envié un mensaje.

Kookie
Deja de coquetear, te ves muy mal. ¿Qué pensará Yoongi?

Cuando Haneul vio mi mensaje, sólo negó con su cabeza y siguió estudiando. Ni siquiera se molestó en responderme o mirarme. Así que le envié otro mensaje.

Kookie
Si no me respondes, te haré cosquillas.

Esta vez, cuando leyó el nuevo mensaje, levantó la vista y me miró enojada.

—Basta Jungkook, déjame estudiar. Voy a apagar el teléfono y espero que hagas lo mismo y te enfoques —me retó.

—Está bien, está bien —bufé haciendo un puchero y apoyando la cabeza en mi mano.

—¿Alguien tiene un lápiz? Olvidé el mío —pidió Haneul.

—Sí, toma —rápidamente saqué uno y se lo extendí por delante de la mesa, frente a Hyun.

Cuando ella lo tomó, sostuve fuerte el lápiz para que ella no pudiera sacarlo, y comenzamos a forcejear divertidos para ver quién ganaba. Pero nos detuvimos en seco cuando Hyun, quien estaba en medio de nosotros, cerró con fuerza sus libros y se levantó de su asiento.

—Me voy, así no puedo estudiar.

—¿A dónde vas? —preguntó Haneul mirándolo levantarse.

—A un lugar donde se pueda estudiar tranquilo.

—¿Quieres que vaya contigo?

—¡No! Necesito tu ayuda Han —intervine sin siquiera pensar.

¿Ayuda para qué? Si yo estaba en ingeniería y ella en Artes. No lo sabía, pero quería que ella se quedara conmigo.

—Bien, adiós —Hyun chasqueó la lengua, mirándome con desagrado, y se fue.

Una vez que Hyun desapareció por la puerta, aproveché y me deslicé hasta el otro asiento para sentarme junto a Han.

—Menos mal que se fue, era un estorbo.

Ella me miró mal y nuevamente negó con su cabeza.

—Cállate y estudiemos.

—A la orden —con una sonrisa gigante asentí, le di un pequeño beso en la mejilla y seguimos estudiando hasta la noche.

Cada vez más me convencía de que quería estar con Haneul y que quería que ella fuera mía, pero también sabía que para eso, primero debía aclarar las cosas con Mina.

Your eyes tellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora