Capítulo XXII

4K 412 205
                                    

Jungkook

2020
2 de agosto, domingo

Después de que prometí no dejarla, Mina accedió a comenzar a ir al psicólogo.

Gracias a eso, la veía mejor, más animada y los ataques de pánico habían disminuido casi por completo.

Trataba siempre de distraerla y nunca dejarla sola. Así es que, aprovechando las vacaciones, salíamos a pasear, a acampar, a comer, al cine e incluso me quedaba a dormir con ella cuando me lo pedía.

Pero, ¿eso estaba realmente bien?

Amaba a Mina, pero ya no era la clase de amor que se supone que se tiene por una novia, sino más bien era cariño por una amiga. Es decir, el amor que me quedaba por ella era por el respeto y por todos los recuerdos juntos.

Pero supuse que, si ella era feliz y yo no, no importaba demasiado. Después de todo, una promesa debe cumplirse pase lo que pase, más cuando es a tu mejor amigo.

Entonces, si podía cuidarla de esa forma y así cumplir mi promesa, realmente estaba bien.

Todo lo que hacía y no hacía era para complacerla, para que no enfermara ni se sintiera mal. Sin embargo, al parecer yo era muy transparente, porque siempre me preguntaba lo mismo.

—Kookie, ¿estás conmigo por lástima o porque me amas?

—No digas eso Mina —me limitaba a responder y le daba un beso, pero realmente nunca respondía su pregunta.

¿Estoy con ella por lastima? Quién sabe.

Inmediatamente cuando ella me hacía esa pregunta, pensaba en Haneul.
Muchas veces la veía pasar por el campus o la biblioteca, y me moría por hablarle, pero no lo hacía, porque Mina siempre estaba conmigo.

Sabía muy bien que no merecía que Han me hablara o que me siguiera queriendo, pero yo era tan egoísta, que tampoco quería verla siempre con Hyun.

En la fiesta, los vi bailar juntos y vi que ella le sonreía. Una sonrisa que yo no había causado, sino Hyun.

Así que, cuando tuve oportunidad, la seguí hasta afuera y me comporté como el mayor de los estúpidos.

Verla vestida así, tan hermosa, y con su sonrisa radiante que no era para mi, me desestabilizó y reaccioné como un idiota.
¿Por qué me hacía eso? ¿Acaso era un castigo?

Ella supo muy bien cómo evitarme y, cuando se fueron, Hyun la abrazó. Supe en ese momento, que él la estaba conteniendo.

Enojado, volví con Mina y estuve el resto de la noche sentado en la barra, bebiendo cualquier cosa que hubiera.

—No eres el mismo de siempre —me reprochó Mina, ya era un hábito para ella hacerlo.

Pero tenía razón, yo había cambiado.
No era feliz.

Me sentía atrapado en un callejón sin salida. ¿Qué tenía que pasar para que yo pudiera salir?

Mierda, no sé cuánto más pueda aguantar esta farsa.

Your eyes tellOù les histoires vivent. Découvrez maintenant