Capítulo XXV

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Haneul

2020
2 de septiembre, miércoles

Los rayos de sol que entraban por la ventana de mi habitación hicieron que poco a poco abriera los ojos.
Al principio me costó entender que en realidad estaba en casa de mis padres. Froté mis ojos y me senté en la cama, tratando de recordar qué hacía ahí. El sueño había sido tan profundo y tranquilo que me había olvidado de todo.

Pero luego me di vuelta, e inmediatamente recordé todo.
No podía creer que había dormido toda la noche con Jungkook.
Mi corazón dio un vuelco al verlo a mi lado, dormido, con su brazo aún en mi cintura y todo su cabello negro semi-largo en la cara.

Ésa, sin duda, era la imagen más hermosa que había visto. Su rostro relajado, sus tatuajes que que parecían una obra de arte en sus brazos, sus piernas... En sí, todo su cuerpo era una obra maestra.
Cuando entré en razón, mi corazón se aceleró.

Deja de mirar el cuerpo de Jungkook.

Lentamente quité su brazo y me levanté lo más despacio posible para no despertarlo. Me fui hasta la cocina para ver qué comer, ya que según el reloj de pared, eran como las dos de la tarde.

Habíamos llegado a eso de las cuatro de la mañana, es decir que habíamos dormido como nueve o diez horas.

Una sonrisa se asomó por mi rostro. Había tenido el mejor descanso de toda la historia. Al parecer, Jungkook me transmitía paz. Sonreí al saber que él aún tenía ese poder sobre mí.

Pero en cuanto encendí mi teléfono y vi que tenía más de diez llamadas perdidas de Mina, la sonrisa se esfumó al instante.
¿Qué estaba haciendo? Por un momento me había olvidado de que Jungkook estaba de novio y que no me había elegido a mí. Por un pequeño momento fui muy feliz sin pensar en eso.

Me olvidé completamente de avisarle a Mina que Jungkook estaba conmigo.

Haneul
Mina, Jungkook está bien. Durmió en casa de mis padres. En cuanto despierte le diré que vaya a verte.

Mina
Gracias.

Espero no causar más problemas.

Mientras buscaba qué hacer de comer, Jungkook se acercó y me sorprendió con un beso en la frente.

—¿Ya estás despierto?

Qué pregunta estupida.

—Sip —se sirvió un vaso de agua con su aún pelo despeinado.

—Bien, ¿quieres algo para comer? —pregunté, tratando de parecer tranquila y despreocupada.

—No, gracias —dejó el vaso de agua en la mesada y se acercó para abrazarme.

—Bueno, me alegro. Te daré unas pastillas para la resaca —fui a buscarlas y cuando volví a la cocina, vi a Jungkook haciendo café—. Tómalas con el café.

—Gracias Han —se acercó para darme otro beso en la frente, pero disimuladamente me alejé.

¿Cómo podía comportarse así, si él ya había tomado una decisión en donde yo no estaba?

—Te aviso que hablé con Mina y le dije que en cuanto despertaras irías a verla.

—¿Por qué hiciste eso? En realidad, quiero quedarme aquí todo el día —dijo decepcionado.

—No, Kook. Debe estar muy preocupada aún. Tengo como diez llamadas perdidas de ella.

—¿En serio no quieres que me quede? —vi en sus ojos que una luz se apagaba.

—¿En serio vas a hacer como que no pasa nada aquí? —pregunté irritada—.
No, no es que no quiera que te quedes. Lo que quiero es que te hagas responsable de tus acciones y tomes las decisiones correctas —froté mi cabeza nerviosa.

—Aah ya veo, no quieres que me quede porque seguramente Hyun se pondrá celoso, ¿verdad? —levantó las cejas, creyendo entender la situación.

—Te dije que no te acordarías de nada hoy —negué con la cabeza y me reí por inercia

—Claro, ahora que eres su novia, seguramente se pondrá celoso si me ve aquí y se entera que dormimos juntos.

—Tú no eres el Jungkook del cual me enamoré, definitivamente —solté sin pensar muy bien lo que acababa de decir.

—Te recuerdo que ahora estás de novia —afirmó convencido, cruzándose de brazos.

—Qué doble moral la tuya. Anoche te dije que Hyun no es mi novio.

—¿Cómo que no? Pero si-

—No sé qué pasará por tu cabeza, pero que quede claro que no soy como tú. Yo sé muy bien lo que quiero y casi siempre respeto mis sentimientos, sin importar lo que los demás hagan —lo interrumpí, algo frustrada.

—¿A qué te refieres con eso? ¿Cómo soy yo? —se acercó peligrosamente a mí e hizo que me pusiera nerviosa.

—¿Sabes qué? Es mejor que te vayas,  Jungkook. Prefiero no volver a verte hasta que aclares tu mente y madures. ¡Ya deja de jugar conmigo! —exclamé.

—No estoy jugando contigo. Entiende que lo que siento se contrapone con lo que debo hacer.

—No es tan difícil lo que tienes que hacer. Por favor, ahora ve a ver a Mina —dije y me fui a mi habitación.

Desde allí escuché que la puerta se cerró y recién ahí volví a la cocina.
Quizás esa no era la forma correcta para hablar o solucionar las cosas, pero ya me sentía saturada.

Él había elegido a Mina, así que, ¿Estaba tan mal lo que yo estaba haciendo?

Pues para mí no, porque si yo pude serle sincera a Hyun, él también podía serlo con Mina.

Y sabía que estaba esa promesa que le había hecho a Minseok, pero ¿En serio creía que Mina estaría bien y sería feliz sólo con estar con él, siendo él tan infeliz? ¡Ni siquiera la amaba!

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