Capítulo XII

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Haneul

2020
22 de mayo, viernes

—¿Cómo está Kookie? —pregunté a Hyun, quien me abría la puerta.

—Sólo se despertó para tomar agua y volvió a acostarse. Debe haber sido una buena noche si tiene esa resaca.

—Ya lo creo. ¿Puedo ir a verlo antes de salir?

—Claro, pasa —me mostró el camino con su mano.

Entré al cuarto, y vi a Jungkook acostado boca abajo, con los brazos colgando a los costados de la cama, babeando y roncando.

Las sábanas sólo le cubrían hasta la cadera, lo cual dejaba al descubierto su espalda.

Me senté en una orilla de su cama y le acaricié la espalda lentamente para que despertara.

—Jungkookie —susurré.

—¿Mina? —murmuró mientras vagamente abría los ojos.

—No, Haneul —dejé de acariciarlo y me levanté algo molesta.

Qué lamentable.

—Oh, lo siento —se terminó de despertar y se estiró una vez sentado—. ¿Qué haces aquí?

—Vine a verte. ¿Cómo te sientes?

—Se me parte la cabeza. ¿Qué demonios hice?

—Pues... te embriagaste y me llamaste para que fuera a buscarte.

—¿De verdad hice eso? Lo siento Han, seguro tenías cosas más importantes que hacer —se disculpó apenado.

—Descuida, para eso estamos los amigos, ¿no?

Asintió y miró hacia el suelo.

—Déjame recompensarte. Te invito a almorzar.

—Ah... bueno, anoche cuando te traje, Hyun me invitó a salir, así que me iré con él ahora.

—¿Ustedes saldrán? ¿Juntos y... solos?—me miró alzando una ceja.

—Sí, fue casi frente a ti, pero seguro no recuerdas.

Jungkook tragó con fuerza y me miró avergonzado.

—Perdón, no me acuerdo de casi nada.

—¿Casi nada?

—Bueno, recuerdo que me trajiste y yo te dije que... —paró en seco y no continuó.

—¿Me dijiste que querías dormir conmigo?

Me miró de reojo y aclaró su garganta.

—Si, bueno. No lo malinterpretes, fue porque estaba mal y necesitaba estar con alguien que me cuidara.

—Hagamos de cuenta que te creo —repliqué y se rió—. ¿Me contarás qué pasó después de que vuelva? Ambos sabemos que no es normal lo que pasó  —me acerqué a él y apoyé mi frente en la suya.

—Sí.

—De acuerdo. Adiós Kookie —besé su frente y salí de la habitación.

—¿Te gustaría ir a un lugar de videojuegos? —se acercó Hyun.

—Vaya, creí que jamás me lo pedirías —nos reímos.

Primero fuimos a un Shopping donde había una sala de juegos y, después de una hora, yo ya no tenía dinero para gastar.

Habíamos quedado en que cada uno pagaba sus fichas para jugar, pero me había salido mal.

—Ya, me cansé de jugar. Caminemos un poco.

—¿Te quedaste sin dinero, verdad? —me miró sonriendo.

—Tal vez —le devolví la sonrisa.

—Vamos, te invito a comer algo.

Me extendió su mano y yo la tomé para luego tomar su brazo.

Hyun era muy agradable y lindo. Creo que había comenzado a gustarme, y eso era bueno, supongo.

—¿Sabes porqué Jungkook estaba así anoche? —pregunté antes de tomar un sorbo del jugo que me había comprado.

—No, no lo sé. Es muy raro que se haya embriagado. La última vez que lo vi así fue cuando... bueno, ya sabes.

Suspiré nerviosa y dejé de tomar para mirarlo seria.

—Cuando Minseok murió. Tienes que terminar la oración. Es muy molesto que nadie se atreva a decirlo cuando fue lo que realmente pasó. A todos nos duele, pero es una realidad y hay que enfrentarla —dije en un tono exasperado.

—Es difícil para todos Han, no puedes negarlo.

—Jamás lo negaré porque Minseok fue parte de nuestra vida, pero falleció hace dos años ya. Lo amo y amé mucho, pero no puedo negar toda la vida lo que pasó, ¿entiendes? —Hyun se limitó a asentir con su cabeza y seguir comiendo—  ¿Es decir que esa fue la única vez que viste así a Jungkook? —seguí.

—Sí.

Entonces quizás tenga que ver con Minseok. Pero, ¿por qué después de dos años vuelve a comportarse así?

Después de pasar toda la tarde juntos, Hyun muy amablemente se ofreció a acompañarme hasta mi residencia.

—Me divertí muchísimo hoy Hyun, gracias.

—Me alegro, yo también me divertí.

Se acercó a mí y rápidamente rozó mis labios con los suyos, dándome así, un corto beso. Pero, como acto reflejo, yo me alejé inmediatamente.

—Lo siento, no debí haber hecho eso —se río nervioso y se rascó la nuca.

—No, está bien... sólo no me lo esperaba —tragué con dificultad.

Se hizo un silencio incómodo que parecía que había durado horas.

—Bueno, quizás deba entrar —rompí el silencio señalando la residencia a mis espaldas.

—Si, creo que será lo mejor.

—Adiós Hyun, gracias por este lindo día.

Esta vez me acerqué yo y le di un beso en la mejilla. Entré y me tiré en la cama.

No era que no me gustase Hyun, porque sí, había comenzado a gustarme. Pero el problema en mi vida amorosa, era que para mí sólo existía Jungkook, y sólo podía pensar en él.

Sabía que él siempre iba a ser mi mejor amigo y me había quedado más que claro que nunca iba a pasar nada más que eso, pero era mucho más fácil decirlo que creerlo.

Desgraciadamente, dentro mi corazón había un pequeño rastro de esperanza, que me decía que con Jungkook iba a pasar algo más.

A los diez minutos de haber llegado a la residencia, recibí una llamada de Jungkook, sacándome de todos mis pensamientos.

Atendí y hablamos por más o menos una hora. Charlamos de todo un poco, y todos fueron temas superficiales.

Lo sentía más tranquilo, pero aún escuchaba en su voz que estaba algo preocupado.

—Oye, lo que hiciste anoche, eso de emborracharte, ¿amerita noche manta? —cuestioné de repente, cambiando de tema.

—Definitivamente sí —respondió del otro lado Jungkook.

—Oki, voy para allá entonces.

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