Capítulo 19: ¿Qué dirías si...?

131 19 19
                                    

Kuroh:

Me encontraba aún afuera de la puerta de la mansión, solo, porque mi padre entró "solo un momento" a revisar unas alarmas. Estaba parado, a lado de la camioneta y recargando mi espalda sobre esta ensimismado en mi mundo que solo me di cuenta de la presencia de mi padre hasta que ya estaba igualmente recargado en la camioneta a mi lado.

Prendió un cigarrillo, volteó hacia arriba y me habló:

-¿Te arrepientes?

-No sé de qué hablas.

"Sé perfectamente de qué hablas, pero no sé a dónde quieres llegar con eso, por lo que no te daré mi brazo a torcer"

-Hijo, -dijo expulsando el humo de tabaco y volteándome a ver- ¿Sí te sabes la historia de cómo tu mamá y yo nos comprometimos?

-Pff, sí. -solté un bufido. No sé a qué viene esto, pero al ver su silencio que parecía dudar de mi palabra, decidí seguir hablando- me la contaron un montón de veces: estaban en una cita y tú traías el anillo en el bolso de tu pantalón, pero estabas a punto de echarte para atrás porque no querías escuchar el rechazo de mi mamá, pero ella ya lo sabía y cuando se dio cuenta que te querías arrepentir ella te miró a los ojos y –

- Me dijo: "¿Sabes, Karasuma? No soy tan paciente como aparento así que quiero saber ¡¿Ya me vas a poner el maldito anillo de compromiso en el dedo o qué?! ¡¿Quieres que me hinque?!"- dijo mientras movía su mano que sostenía el cigarrillo como si estuviera regañando a alguien enfrente de él, tratando de imitar a mi mamá. Sí, mi madre siempre ha sido una mujer de carácter fuerte, no por nada consiguió ser CEO en una de las empresas afiliadas a Ren-sama. Se me salió una leve risa al solo imaginármela teniendo a mi padre todo nervioso y sacado de onda- Y, a lo que quiero llegar con esto es, que, aunque te parezcas bastante a mí, en este caso tendrías que ser como ella y decirle claramente a Shiro-sama cómo te sientes.

Me ruboricé y tensé todo mi cuerpo. Creo que hasta dejé de respirar y empecé a sentir sudor en mi frente. Traté de no voltearlo a ver, una vez que te acorralan nunca es bueno ver a la cara.

-¿Tú de qué –

Quería hacerme el desentendido, pero no funcionó.

-¿Me lo vas a negar? ¿En serio? -preguntó con un tono indignado, casi como dijera "¿quién te crees que soy, mocoso?"- En la cena que tuvimos aquí hace un mes no dejabas de verlo con cara de bobo, como cuando eras un niño y escuchabas esa vieja grabación de caset, ensoñado y perdido.

-¿Estás decepcionado...como siempre?

Se me salió decir. Porque, además de que renuncio a un trabajo que literalmente me dio tendido y servido en plato, descubre que me gusta el hijo de su jefe: mi maestro.

-¿¡Qué?! -soltó casi colérico, lo que provocó que lo volteara a ver- Nunca he estado decepcionado, solo enfadado con tus berrinches infantiles y que anduvieras mariposeando con cualquier chica que se te atravesara, sí lo he sabido desde hace un tiempo. -responde a mi pregunta no dicha- Pero ahora, te gusta alguien tan bueno y puro de corazón, ¿qué más puedo pedir? Solo que seas honesto con lo que sientes, claro. Además, antes de que me digas algo tipo "No puedo porque soy su guardaespaldas" -Dijo esto tratando de arremedar mi voz, pero como 3 tonos más aguda- Te diré dos cosas importantes: 1) Si realmente te gusta esa persona, ser su guardaespaldas va a ser pan comido, porque siempre vas a querer protegerlo de todo, incluso, a veces, de ti mismo. Puede que tu renuncia incluso sea por tal motivo. Y 2) Si te preocupa que te rechace por ese detalle recuerda: ahora mismo dejaste de ser su protector, en este momento no están en una relación maestro-guardaespaldas, ahora solo eres un adolescente de 17 años que le gusta otro adolescente, ¿verdad?

DON'T TOUCH MY MASTER! (kuroshiro)Onde histórias criam vida. Descubra agora