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El pasillo se llenaba con el estruendo de las botas de Ren al caminar apresuradamente hacia la sala de interrogación.

Decir que se encontraba molesto era equivocarse con facilidad, estaba euforico. La niñata no solo había logrado debilitarlo lo suficiente para sorprenderlo si no que había revelado sus verdaderas intenciones de haber entrado a la nave en primer lugar.

Si antes su plan le parecía magnífico, ahora le parecía perfecto. No habría manera de que se negara, no ahora. La tenía atada a si mismo, tal como el quería.

Al llegar hizo una señal a los guardias para que quedarán fuera y el término a solas con Tara. Tara estaba atada de brazos y piernas en la misma silla donde había hablado con ella por primera vez, así al menos aseguraría su integridad física.

- Debo decir que estoy impresionado. No solo lograste derrumbarme si no que por poco logras huir. Te felicito. Te ha servido para nada.

Tara miraba el suelo, no tenía la mínima intención de responderle a Ren, la esperanza que le había arrancado horas antes había servido para afianzar más el desprecio que ella tenía por el. Estaba abatida, casi al límite de rendirse por vivir.

- Sin embargo... Puedo ofrecerte un nuevo trato..

- Puede meterse su trato por dónde le quepa...

- ¿Que dijiste?

Kylo le miro ofendido y tomando la barbilla de la chica le obligó a verlo a los ojos dejando atónito a Ren. En lugar de ver unos ojos llenos de irá, se encontro con unos ojos que reflejaban un corazón roto y un espíritu derrotado.

- ¡Que me da igual su propuesta! ¡La última vez que confíe en usted casi me mata!

- Te lo había dicho, en cuanto terminará las pruebas te dejaría ir-

- ¡Que más da! ¡A este punto no sé si mi padre o mi amigo estén con vida!

La chica sollozaba con fuerza, su rostro mallugado por sus heridas recientemente sanadas se hinchaba en un color rojo causado por la presión que ejercía al tratar de retener sus lagrimas. Ren estaba atónito, había lidiado con algo parecido en el pasado (las víctimas suplicantes eran su día a día). Sin embargo, lo último lo tomó simplemente desprevenido.

- No se puede confiar en un monstruo...

Ren se tenso y al acto soltó la barbilla de la chica haciendo que su cabeza volviera a colgar mientras sollozaba. Retrocedió, no muy seguro de que le estaba pasando, se encontraba aturdido, tanto que decidió sentarse frente a la chica.

Su mente traicionera lo llevo a su pasado, lo condujo por un pasaje de recuerdos dolorosos de un niño apartado por su propia familia, con un linaje de corrupción y traición que lo habían tornado en el hombre que era ahora. En el monstruo que ellos lo habían empujado a ser.

Ren entendió entonces que sería imposible ganarse su confianza, no si seguía con la misma estrategia que había adoptado antes. Entonces, en un acto un tanto desesperado, se retiró su casco.

Respiro profundamente llenando sus pulmones de aire y valor por lo que estaba a punto de hacer. Arrodillado frente a la chica, dejo su casco junto a él y habló:

- Si, soy un monstruo. Pero te aseguro que puedes confiar en mí.

Tara levanto el rostro rápidamente al no identificar la voz metálica a la que se había acostumbrado encontrando el rostro de un adulto joven de cabello negro alborotado que cubría una parte considerable de su rostro. Se había quedado sin palabras, así que el se limito a contar su propuesta, esperando que su estrategia haya sido suficiente para hacerla aceptar.

- Está es mi propuesta, de ahora en adelante, no tendrás que preocuparte por tu padre o tú amigo. Yo personalmente me aseguraré de que tengan todo lo que necesiten mientras tú sigues entrenando. Eso solo si terminas tu entrenamiento y entonces, tal como quedamos desde antes, te dejaré ir. Con tu familia y con tu espada.

- ¿No seguirás intentando matarme?

Ren frunció levemente el seño haciendo que Tara se tensara de nuevo. A pesar de ya no traer la mascara, le seguía pareciendo amenazante.

- La única manera de que tú vida pueda ser puesta en riesgo cuando esté entrenandote, es que no acates mis indicaciones al pie de la letra. ¿Comprendes?

- Vale... Acepto.

Con esta respuesta, Kylo se levantó volviendonse a colocar su casco y con un movimiento de su mano liberó a Tara quien calló al suelo de manos y pies.

- Llevenla al ala B y asignenle una habitación para si misma.

Kylo se giro una última vez dándole una última mirada a Tara, quien ya se había levantado y parado junto a los guardias que la escoltarian.

- Deshazte de esa ropa cuando termines de cenar. Te hace falta otra.

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Prometo que a partir de aquí, las cosas se ponen más interesantes.
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[[ C r a c k e d ]] (Kylo Ren)Where stories live. Discover now